Jueves, 26 de julio del 2012. Luanda ........
Llegamos ayer desde Namibe en vuelo de las líneas
angoleñas. Se notó que el piloto era militar, pues trajo el avión haciendo
caballitos todo el tiempo. La próxima vez que escuche el nombre del “comandante
Pereira” me bajo antes de que despegue. Según nos cuentan los locales es muy
normal que los pilotos militares se hayan incorporado tras la guerra a la línea
aérea. Hay que dar gracias de que no haya hecho un picado para aterrizar.
Solventado este pequeño inconveniente, nos recibe la caótica Luanda, totalmente
opuesta a la tranquila Namibe. Interminables filas de coches, motos y personas
llenan las calles. Todo tipo de edificio convive uno junto al otro, el más
lujoso con los más desfavorecidos comparten calles y plazas. Todoterrenos de
lujo junto a utilitarios, motos y caminantes disputándose asfalto, baches,
aceras y terrizos........
......Namibe, aeropuerto Yuri Gagarin |
Namibe, mercado del pescado |
Luanda |
Tenemos una reunión con el agente financiero. Si
me hubieran preguntado antes de entrar al edificio, habría asegurado que allí
no podría vivir nadie, simplemente viendo las condiciones del inservible y
oxidado ascensor, la limpieza de la escalera, los cristales rotos. Pero yo de
adivinador podría ganarme el dinero pero no la fama. En el segundo piso
entramos en una, digamos, oficina moderna. La televisión de plasma con Sky News
en la sala de reuniones, da un aire bananero al ambiente, pero acoge. El señor
financiero, joven, impecablemente vestido, moderno, ipad última versión con
funda de cuero rojo, en lugar de apagar el televisor para la reunión, cambia a
un canal local donde echan un partido de fútbol. Mucho aparato pero no funciona
la conexión a Internet, por lo que no podemos ver en Google Earth el
emplazamiento de la fábrica. Sobre el tema financiero no hay ningún problema
sobre la mesa, a todo, que sí. Este es un síntoma claro de que luego vendrán
los problemas, cuando ya no haya margen de maniobra, y todos los reunidos, que
nos declaramos ahora amigos del alma, pasaremos en un instante a ser enemigos
no declarados.
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Llegamos al hotel Costa. Nota media: no
recomendable. Pago por adelantado, sobre 160 dólares la noche. Aunque es un
invierno suave, es invierno, y mi cama sólo tiene sábanas. Llamo al
recepcionista, me dice que no hay manta ni cobertor, que mañana tal vez. Acabo
arropándome con la toalla y la chaqueta. Es África profunda, tampoco hay que
esperar peras.
..........Aeropuerto de Luanda |
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Mercado de Luanda |
* José Luis Puntas Aguilar (Ribera del Fresno, Badajoz, 1963) reside en Sevilla y es Ingeniero Industrial. Escribe microrrelatos y poemas, mientras que intenta hilar
más largo... Es aficionado a la natación, el ciclismo, el triatlon, el tenis, la vela y a leer blogs, mientras mantiene el
suyo propio: Entre Génesis y Apocalipsis (http://codivergencia.blogspot. com).
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* Os recuerdo que podéis mandarme vuestras crónicas de viajes. Publicaré encantado aquellas que me gusten.
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* Os recuerdo que podéis mandarme vuestras crónicas de viajes. Publicaré encantado aquellas que me gusten.
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7 comentarios:
Triste viaje. Y yo tampoco puedo ver su blog. Otra vez será.
Buen aterrizaje, José Luis, dan ganas de no ir a Luanda, desde luego. Lo que llegamos a hacer por trabajo... Me pareció estar en esa ciudad miserable, en esa reunión con el partido de fútbol en la tele.
Besos
Sean como sean tus viajes, siempre es ameno leer tu relato de estos.
Un abrazo
Beatriz
Gracias Julia U., Puri, Beatriz, por vuestros comentarios.
Gracias a Fernando por su generosidad y buen hacer al frente de esta nave que la lleva a recalar en tantos puertos. Mi paisano el de la tele, dice "el loco soy yo", pero yo creo que somos muchos más.
Un abrazo fuerte
José Luis, estupenda crónica para saber adonde no ir. Enhorabuena por subir a esta nave.
El año que viene le digo a mi suegra que nada de Marinadorciudadevaciones, que donde se ponga Luanda...
Enhorabuena por el viaje, el de esta nave.
Abrazo.
José Luis, un día de estos tenemos que compartir experiencias en eso de volar con pilotos militares... ¡no sabes como te entiendo!
Buena crónica, sobre todo para saber donde no ir por lo menos por ahora.
Besitos
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