jueves, 28 de febrero de 2008

José María Merino, premio Salambó

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Que un volumen de microrrelatos obtenga un premio literario prestigioso, que concede un jurado compuesto sólo por escritores, es siempre noticia pero, en esta ocasión, me parece que el reconocimiento es triple: a un libro valioso, a un género que todavía lucha por su aceptación debido a la miopía de la crítica, a pesar de haber dado ya frutos importantes, y a un editor (Páginas de espuma) que viene apostando por las formas narrativas breves.

En La glorieta de los fugitivos, el libro que ha conseguido el Premio Salambó, se recoge una generosa selección de los dos primeros libros que José María Merino le había dedicado al género, Días imaginarios (2002) y Cuentos del libro de la noche (2005), junto a un buen puñado de inéditos. A quienes hayan seguido su trayectoria literaria, no debió sorprenderles la aparición del primero de esos volúmenes, al que en su momento ya se le concedió el Premio NH al mejor libro del año de narrativa breve. Los cien textos que lo componen, su estilo, la utilización de los motivos de lo fantástico para mostrar su visión crítica del mundo y la reflexión metaliteraria, son las armas que viene manejando el autor con absoluta solvencia, como experimentado escritor de ficciones y lúcido crítico. Y por si todo ello fuera poco, reaparece el profesor Souto (volveremos a encontrarlo en los textos inéditos), “maniático de los signos”, uno de sus personajes más emblemáticos.

El caso es que Merino debió pensar que si Félix de la Concha, autor del cuadro que aparece en la cubierta de la edición de Seix Barral, y a quien, además, va dedicado el conjunto, pintó la ciudad de Pittsburg durante todos y cada uno de los días del año, en otros tantos cuadros, por qué no escribir las impresiones que puede producir la realidad a lo largo del mismo período. El conjunto adopta así la forma de un diario, en el que vemos transcurrir los meses, algunas de sus fechas señaladas, los episodios de la vida real. En suma, textos varios, prosa narrativa breve: del artículo de opinión, la carta (excelente la de Charlotte Brönte) o el informe policial, al cuento literario o el microrrelato.
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José María Merino en el Belvedere, Postdam, 2007


El libro, por tanto, puede leerse como las variadas anotaciones de un “diario personal pasado sin disimulo por los filtros de la ficción”, pero también como un “jardín de flores curiosas”, por usar las denominaciones que se utilizan en la breve nota de presentación. Los textos tienen su origen en recuerdos y sueños, en las noticias de los medios de comunicación, en lecturas, reflexiones o intuiciones del autor.

Los temas que trata son variados: la ecología, la guerra, la emigración, la mendicidad, lo anestesiante del fútbol, el mal uso del progreso científico (“la candidez de ciertos científicos y sus erróneas expectativas”), los orígenes de las fiestas tradicionales, etc. Merino remeda ‘géneros’ (del sueño al informe policial); rememora moldes clásicos (el mito, la leyenda o la tradición) o utiliza símbolos para mostrarnos y explicar aspectos de un presente bastante más conflictivo de lo que se nos quiere hacer creer.

En un autor tan consciente del material literario que maneja, tenía que aparecer la reflexión metaficticia, sus clásicas tesis sobre cómo la ficción ordena la caótica realidad (“a la ceguera de la realidad debe oponerse la lucidez de la ficción”, nos dice), o bien acerca de que “lo imaginario y lo vivido constituyen ya una memoria única y confusa”. Se trata aquí, además, del papel del lector, del valor del tiempo en la narración y de la estrechez de miras de los llamados estudios culturales. En muchos de estos textos el autor dialoga con la tradición literaria. Así, en el que cierra este primer libro, titulado “Cien”, transforma el celebérrimo microrrelato de Monterroso sobre el dinosaurio, en un diálogo entre el autor guatemalteco y Kafka.
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Merino y Mari Carmen, su mujer, en el Belvedere

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Merino se inventa un año y, al imaginárselo, nos lo presenta con todos los ribetes de una realidad, de una historia verdadera, que tiene los peores visos de las grandes inocentadas. Estos Días imaginarios, por tanto, deben leerse como una muestra más de que -según escribiera Montaigne- la costumbre nos roba el auténtico rostro de las cosas.

Además, al autor le debemos alguna de las contribuciones teóricas más sobresalientes a la narrativa brevísima, recogidas en Ficción continua (2004). En la primera salida de los Cuentos del libro de la noche, publicada por Alfaguara, aparece también otra faceta del autor, su interés por la ilustración, que venía cultivando en las dedicatorias privadas de sus libros. El caso es que Merino, frente al concepto de microrrelato que se está imponiendo en España, prefiere optar por el de cuento desde el mismo título del libro, tal y como hicieron hace muchos años Borges y Bioy Casares en una imprescindible antología, lo que queda ratificado por las denominaciones de varias piezas. Creo, de todas formas, que estos textos se entienden mejor dentro de la tradición y práctica actual del microrrelato. El libro debe leerse sin perder de vista las diversas series que se generan en el conjunto. Así, el volumen se abre y cierra con dos piezas significativas. En la serie que contiene más textos va marcando las horas de la noche, desde “Las doce” a “Las seis”, aunque al llegar a “Las cuatro”, de manera excepcional, le siga inmediatamente “Las cuatro y media”. La pieza titulada “El despistado” está compuesta por microrrelatos. Y la que podríamos llamar `serie de las estaciones´, por cuatro, conforme al orden tradicional de primavera, verano, otoño e invierno. No falta tampoco un “Cuento de hadas”, una “Micronovela” (creo que si no lo llama microcuento es porque aporta toda una serie de elementos que no desarrolla, aunque bien pudiera hacerlo) y un “Relato verídico”, e incluso un texto titulado “El efecto iceberg (ensayo)”. Con ellos se apela a los géneros, desde el mismo título, y se propicia otras lecturas posibles.
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“En el libro de la noche nuestras páginas están en blanco”, reza la cita de Chuang Tzu, de donde proviene el título del volumen. Creo que lo poco que sabemos de este escritor tiene su origen en un libro que en 1889 publicara Herbert Allen Giles con el nombre del autor chino, pero quizá su difusión en el mundo hispano provenga de la Antología de la literatura fantástica (1940), de Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo, y de los Cuentos breves y extraordinarios (1951), de los dos primeros. En esta última recopilación aparecen “La discípula” y el titulado “Sueño de Chuang Tzu”, del que el mismo Merino se ha servido en diversas ocasiones para aquilatar su propia poética, sustentada en la incapacidad para distinguir sueño y realidad. A decir verdad, el escritor chino utiliza una variante de aquella metáfora clásica en la que el mundo era un libro donde podíamos leer. ...
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Mari Carmen, José María Merino y FV en L'Orangerie


Por su parte, Merino, célebre insomne (hace poco apareció un artículo, al respecto, en El País Semanal), contrapone las páginas del “libro del día”, donde lo escrito suele permanecer inalterable demasiado tiempo, a las del “libro de la noche”, que “son de sombra, tienen varios significados, y además pueden borrarse continuamente para escribir otras”, como si de un palimpsesto se tratara. En la contracubierta se afirma que estos textos breves, habida cuenta de que “el espacio nocturno de la imaginación está hecho de iluminaciones, de súbitos centelleos”, fueron “soñados o pensados al hilo del sueño”.

Arranca con “Página primera”, un microrrelato que sirve como advertencia inicial, donde se narra que hay seres que viven lo oscuro, son los “habitantes de la casa en la noche”, como aquellos dos duendes de Lorca (Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín) que andaban “por lo oscurillo”. Esta pieza inicial se completa con “Las doce”, una “hora de límites”, en donde se explica que esos personajes se reúnen, hablan y dejan rastros, aunque nunca nadie consiga verlos. Y en “Divorcio”, el yo crítico, acusador, que aparece en el espejo al cumplir cincuenta años, se hace insoportable. Pero al llegar a los sesenta ya no refleja nada, la imagen se ha evaporado, lo que supone un alivio. Este microrrelato es una variante, aún más pesimista si cabe, de uno de los mejores cuentos del autor, titulado “Imposibilidad de la memoria”.

No faltan, según suele ser frecuente entre los cultivadores del género, las relecturas de mitos u obras literarias célebres, como ocurre en “Andrómeda”; “La vuelta a casa”, a propósito de La Odisea; “Metamorfosis”, sobre un hombre lobo pacífico que consigue sobrevivir; “El lugar debido”, que trata del paso de la laguna Estigia; “El final de Lázaro”, acerca del resucitado de la Biblia; y “Ni colorín ni colorado”, revisión de la historia de Cenicienta.

Los más afortunados, creo que son “Poca luz”, “Los días robados”, “Telúrica”, “Crisis de percepción”, “La gran catarata”, “Satánica” y “Casas pintadas”. En el primero, la rueda de la fortuna gira para que el protagonista, preceptor de los hijos de un conde que habita un castillo, se vea perjudicado o favorecido por la escasa iluminación de sus estancias. Al final, le cuesta la vida y acaba convertido en un fantasma.

......... José María Merino y Gemma junto al arquero de L'Orangerie.
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En “Los días robados” el personaje olvida las imágenes de los viajes felices que ha realizado a lo largo de toda su vida, y sólo le quedan los recuerdos ajenos. En “Telúrica”, mientras se cocina un calamar, se evocan los distintos lugares de donde provienen los diversos elementos e ingredientes que utiliza para su guiso. El narrador protagonista de “Crisis de percepción” ve y advierte cosas que los demás no aprecian, con lo que los médicos le diagnostican “pérdida grave del sentido de la convención”. Para curarse decide mentir, acomodarse como los demás y compartir las opiniones generalizadas, esto es: que el rey va vestido, que ciertas películas y novelas son excelentes... Por su parte, el obsesivo protagonista de “La gran catarata” se distrae con algo secundario, dejando de percibir lo principal, ya que en vez de fijarse en la espectacular catarata, se entretiene en sacar un lápiz que se había quedado incrustado en una ranura.

La más humorística de todas estas piezas es sin duda “Satánica”, en donde el mismo Diablo, mostrado a la manera tradicional (rojo, desnudo, con cuernos y alas doradas, patas peludas cabrinas y bigote y perilla de mosquetero, como la ilustración que reproduce un diablo popular mexicano), es quien se le manifiesta al autor, para quejarse -con la voz de Marlon Brando en El padrino- de que en un “libro de la noche” no se le haya prestado ninguna atención, como si del Augusto Pérez unamuniano se tratara. La segunda parte del microrrelato empieza con la aparición de la mujer del narrador. Satanás, tras ser exorcizado por ella, acaba convertido en una masa y congelado en el frigorífico. En la conclusión, se comenta que quizás en “el libro de la noche” ya no reine el crimen, pero aun así, en “el libro del día” “el mundo sigue dominado por la hipocresía, la guerra, el horror”, de ahí que al narrador le dé miedo imaginar a quién puede corresponder su señorío. Tampoco falta la chanza en microrrelatos tales como “La tostadora”, en el que unos extraterrestres se asustan al encontrarse en su mesa de desayuno una especie de platillo volante pilotado por seres humanos. Por último, el microrrelato que cierra el libro, “La gran trama / El desenlace”, puede leerse como un aviso a los críticos, a su exagerada manía de señalarle antecedentes e influencias a los libros, y como una breve reflexión sobre el modo en que surgen las ficciones.

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Merino, Mari Carmen y FV junto a la Casa del dragón, Postdam
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De los llamados “Inéditos y dispersos”, destacaría “Para una historia secreta del éxito”, “Temores infundados”, “El desposeído”, y “La verdadera historia de Romeo y Julieta”. El primero podría ser la biografía de más de un autor español de éxito, aunque no lo sea de ninguno en concreto, ni el autor haya pretendido tal cosa. En el segundo, que reproducimos, se disipan los temores de quien acostumbrado a llegar volando a su oficina, se levanta pensando que no podrá hacerlo. “El desposeído” es un relato humorístico en el que el narrador es abandonado por su sirena que lo deja por el trasgo del desván, llevándose éste además, y es lo que más siente, su colección de sellos. Y en el último de los citados, realiza una relectura –“la verdadera historia”- de los amantes de Verona, barajando a sus protagonistas con los de Otelo, en la que ella se fuga con un trapecista, mientras que él no consigue enamorar a Desdémona, más interesada por Otelo.

La segunda parte de La glorieta de los fugitivos, compuesta por “La glorieta miniatura”, organizada en lo que el autor llama “veinticinco pasos”, está dedicada a la reflexión, en forma de microrelatos, sobre las formas narrativas breves, entre los cuales destacaría los que se ocupan del Quijote. Lo que no acabo de entender, en cambio, permítanme que me ponga chinche, es por qué el libro lleva por subtítulo “Minificción completa”, puesto que no es ni una cosa ni la otra, según hemos visto. Respecto al término de minificción, cabe decir que estas piezas no son, en rigor, minificciones, ya que con aquel concepto denominaríamos también (aunque no sea partidario de esta inútil casuística) a los textos breves no narrativos, sin que sea éste el caso que nos ocupa. Pero lo importante, al fin y a la postre, es que sin duda constituye un libro significativo, al que con este premio se le hace justicia, compensando la escasa atención prestada por la crítica hasta ahora. La muestra que les doy a continuación, "Temores infundados", no es más que una mínima prueba de las muchas piezas de calidad que atesora un volumen que los interesados en la buena literatura deberían de conocer.


Merino y Mari Carmen en el restaurante Al Sarago, Berlín


"Temores infundados"

Esta mañana me he despertado con un miedo angustioso a no poder volar, y la desagradable impresión persistía mientras iba subiendo por la escalera de la terraza, con la gabardina bien ceñida y mi cartera colgada de una mano. Sin embargo, me he lanzado al vacío, he emprendido el vuelo sin problemas, y he llegado con toda puntualidad a la oficina.
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P.S. Nada me alegra más que haber acertado en mi pronóstico, entre otras razones porque me libra de quedarme manco, al menos por esta vez...
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* Fotos de Gemma Pellicer.
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miércoles, 27 de febrero de 2008

Trece consejos para escribir microrrelatos, por Orlando Romano



Como llevo 35 largos años vinculado al género de la brevedad (nací hace 35 años en un parto muy prematuro) ofreceré 13 consejos para los que se inician en el arte de escribir microrrelatos.

1. Imagina que tu historia, mientras es leída, aferra al lector por la garganta. Lo que significa que si la historia es innecesariamente larga, el lector muere por asfixia.
2. Acción, acción, acción. Sólo los genios conciben micros eficaces empleando la inmovilidad. Si no eres un escritor de genio, y no puedes resistirte a la inmovilidad, dedícate a la poesía, la pintura o la fotografía; o a construir edificios, que es más rentable.
3. No ames la brevedad como a tu novio/a. Ámala mucho más. O corres el riesgo de dejar de amarla.
4. El título es tan importante como el micro. A veces más.
5. Nunca te propongas escribir un microrrelato que complazca a todo el mundo. Tu meta será complacer a unas poquísimas personas: Francisca Noguerol, Lauro Zavala, Fernando Valls, José Díaz, Clara Obligado, Laura Pollastri, David Lagmanovich, Edmundo Valadés, Juan Armando Epple, Violeta Rojo, María Tena, Guillermo Samperio, Dolores Koch, Antonio Fernández Ferrer y a Miguel Gomes.
6. Debes leer, de rodillas, a Ana María Shua, Raúl Brasca, Luisa Valenzuela, Julio Torri, Juan José Arreola, Gabriel Jiménez Emán, Marco Denevi, Pía Barros, Rafael Pérez Estrada, Ramón Gómez de la Serna, Enrique Anderson Imbert, Virginia Vidal, Luis Mateo Díez y Augusto Monterroso.
7. Cuando, vanidoso, sientas que tus creaciones han alcanzado una cima inalcanzable para otros, lee a los autores citados en el punto anterior. Un microrrelatista debe tener los pies sobre la tierra. Respeta al maestro, y aprende.
8. Si algún periodista te formulase la original pregunta: "¿Qué libro se llevaría usted a una isla desierta?", responderás con orgullo y aplomo: la Antología de cuentos breves y extraordinarios, de Borges y Bioy Casares. Alguien que sienta verdadero aprecio por su formación literaria no haría otra cosa.
9. De ninguna manera leerás los microrrelatos de Max Aub.
10. El microrrelato es enemigo de la repetición superflua, que (salvo brillantes excepciones) frena la historia, quitándole agilidad. Como si ahora yo dijera: no leas los micros de Max Aub.
11. Este consejo se lo debo a Bioy Casares: "Joven, al carajo con el suspenso".
12. Cortar, reducir, abreviar, sintetizar. Máximas fundamentales del microrrelato. De ahí que estos 13 consejos queden en 12.




* Orlando Romano (1972) nació en Tucumán (Argentina) y es periodista y escritor. Algunas de sus obras más destacadas son: Cuentos de un minuto (microrrelatos, 1999), Perro-diablo (novela, México, 2007) y Escritores preferidos de nuestros escritores (entrevistas, 2007). Sus microrrelatos están incluidos en diversas recopilaciones, como la de Laura Pollastri, El límite de la palabra. Antología del microrrelato argentino (Menoscuarto, Palencia, 2007).

* La primera foto es de Elliott Erwitt, 1954; la segunda, en la que aparecen los escritores argentinos Orlando Romano e Ildiko Nassr, está tomada por Gemma Pellicer en Buenos Aires, durante el 2006.

martes, 26 de febrero de 2008

BENITO DEL PLIEGO

"Memoria"

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"Poema inflable"
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"Velo I"




"Velo II"



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"Objeto de consumo"

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"Cookie Cutter"

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"Poema desenroscable I"

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"Poema desenroscable II"



"De los objetos como poema. Unas notas para salir al paso de un espectador virtual"

Encontrar, elegir, manipular un objeto encontrado con algún tipo de intención poética no es, en lo esencial, una operación muy diferente a la que lleva a cabo el escritor con las palabras de una lengua, pero tiene la ventaja de resolver alguno de los problemas más incómodos de la poesía contemporánea. Por ejemplo, el de la necesidad de hablar desde un sujeto (que suele además ser bastante estereotipado) y el de la ficción de la comunicación de un mensaje. De los objetos me gusta su impersonalidad y el hecho de que su presencia aporta más preguntas que respuestas. No es mal punto de partida para la poesía.
La resistencia de algunos a denominar poemas a los objetos o imágenes manipuladas parece, por otra parte, totalmente irrelevante, en un momento en que la fragmentación de las tradiciones nos permite elegir con total indulgencia precedentes y lenguajes. Tampoco creo que sea posible arrogarse ninguna pretensión revolucionaria; hay al menos un siglo de tradición y deslumbrantes desarrollos bastante cercanos, como el de Joan Brossa, Antonio Gómez, Chema Madoz o Rodolfo Franco.
En lo personal, me fascina que lo descartable y cotidiano pueda proponer interrogaciones de cierta tenacidad sin ningún tipo de ruido. Utilizar lo que la sociedad de consumo pone en circulación me parece una forma de diálogo crítico.



* Benito del Pliego (Madrid, 1970) ha publicado tres libros de poesía: Fisiones (Madrid, 1997) surgió dentro del proyecto de artes gráficas y literatura Delta Nueve; Alcance de la mano, apareció un año después en Nueva Orleáns en edición de autor; e Índice (2005), recibió el Premio Internacional de Poesía Gabriel Celaya. Se espera la publicación de un nuevo poemario titulado Fábula. También es autor de poemas objeto y poemas visuales, como los que aparecen en Todos o casi todos. Antología de poesía visual, experimental y mail-art en España (Palencia, 2004). Como investigador-ensayista ha trabajado especialmente sobre Juan Larrea y León Felipe. En la actualidad prepara dos antologías: una de la obra poética de José Viñals, en colaboración con Andrés Fisher; y otra, sobre poetas latinoamericanos afincados en España. Es profesor en el Departamento de Lenguas y literaturas extranjeras de Appalachian State University, Carolina del Norte, Estados Unidos.

* Las fotografías de los poemas objeto son de Ana Morente.

lunes, 25 de febrero de 2008

9 carteles del viejo mundo del CIRCO

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1869




Forepaugh Show, 1879

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1890



c. 1920

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1928

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Circo Ringling, 1930



1935



1959

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"¿Qué pintores han pintado estos carteles? [Se refiere a los del circo, en general] Desde luego han sido unos pintores excéntricos que fueron los mejores interpretadores de las cosas que se dejan pintadas en las vallas y en las paredes. Al hacer los programas de circo pusieron la ilusión de los que pintan sus cuadros para llevarse una primera medalla. Su cuadro expresivo, genial, de gran escenografía, va a alcanzar las mayores posibilidades de exhibición en el mundo, pegado en todas las esquinas del Universo"". RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA, El circo (1917).

domingo, 24 de febrero de 2008

Sobre el microrrelato, entrevista de Sònia Hernández

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¿Cuál cree que es la situación actual del microrrelato en las letras hispánicas? .

Me parece que, en general, la calidad de los libros que se están publicando es muy superior al interés que muestran los lectores y los críticos. A los lectores de microrrelatos les ocurre como a los de cuentos y poesía, que cuando dan con un libro bueno se enganchan para siempre. Uno de los mayores inconvenientes que padece el género es que, tanto en la prensa como en algunas revistas, se presentan como microrrelatos piezas que apenas nada tienen que ver con él, pues se limitan a ser frases breves, más o menos ingeniosas.
El microrrelato, valga como definición, es un texto narrativo brevísimo que debe contar una historia, de la que sólo se nos muestra una parte mínima, ya que el resto suele permanecer escondido. En realidad, comparte con el cuento muchas de sus características (tales como la concisión y la precisión, la ambigüedad, el final enigmático, la utilización de la elipsis...), pero en el microrrelato se llevan hasta sus últimas consecuencias; y después, también tiene las suyas propias. Por citar una sociológica, más que literaria, se halla al margen de todo comercio literario y, por tanto, constituye un territorio de libertad y de experimentación. En cambio, padece un gran inconveniente, y es que, dada su brevedad, hay gente que cree, escritores incluidos, que escribir microrrelatos es tarea fácil.

¿Cuáles pueden ser los factores que han hecho que la situación sea ésta?
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Pues me imagino que el desconocimiento y la pereza de periodistas culturales y críticos...



¿De dónde provienen los autores actuales, qué influencias tienen y en qué tradiciones se inscriben?

De la búsqueda de nuevas formas de expresión, cuyo origen está en el simbolismo y las vanguardias. En España, desde las vanguardias históricas, el género ha tenido excelentes cultivadores, nada menos que a Juan Ramón Jiménez (los llamados Cuentos largos), Ramón Gómez de la Serna (Disparates y otros caprichos), Federico García Lorca (Pez, astro y gafas), Max Aub (Crímenes ejemplares), Ana María Matute (Los niños tontos), Antonio Fernández Molina (Las huellas del equilibrista), Javier Tomeo (Historias mínimas), Luis Mateo Díez (Los males menores), Rafael Pérez Estrada (La sombra del obelisco y El ladrón de atardeceres), José Jiménez Lozano (El cogedor de acianos y Un dedo en los labios), José María Merino (La glorieta de los fugitivos), Julia Otxoa (Un extraño envío)... Creo que la recopilación de David Lagmanovich (La otra mirada. Antología del microrrelato hispánico, Menoscuarto) se convertirá, con el tiempo, en una referencia principal.

¿Qué relación se establece entre el microrrelato y otros géneros, como la poesía?

El microrrelato comparte elementos con otros textos narrativos breves y, sobre todo, con la poesía, pero es un género distinto, que tiene, como he señalado, sus propias peculiaridades, e incluso ahora ya podemos empezar a trazar su tradición e historia. Muchos textos narrativos breves que entendíamos mal, que no sabíamos situar en la historia literaria o nos parecían meros divertimentos (los citados de Juan Ramón Jiménez, Gómez de la Serna o Lorca, por no salir de clásicos indiscutibles), hoy los comprendemos y apreciamos mejor, tras el desarrollo del género en estas últimas décadas.

* Sònia Hernández es periodista. Colaboradora habitual del suplemento Cultura/s de La Vanguardia, ha escrito en varias revistas y publicaciones literarias, como Revista de libros. Es autora del libro de poemas La casa del mar (Emboscall) y de los cuentos Los enfermos erróneos, que aparecerá en el mes de marzo en la editorial La otra orilla. Sólo algunos fragmentos de estas respuestas fueron utilizados para un reportaje sobre el microrrelato que publicó la revista Qué leer.

sábado, 23 de febrero de 2008

Don Hermógenes, entrevistador

El pasado sábado apareció en el suplemento cultural del ABC una de las entrevistas más absurdas y disparatadas que he leído nunca, me refiero a la que le hace el profesor Antonio García Berrio al pintor José Manuel Broto. Lo más sorprendente es que se anuncia como una sección fija con el título de “Palabras cruzadas”. He dejado pasar unos días para ver si suscitaba alguna reacción, pero por lo visto sólo ha reparado en ella el periodista y escritor Antón Castro, que la tacha de abstrusa e ininteligible, de ser “uno de los ejercicios más enrevesados e incomprensibles que he leído jamás sobre arte contemporáneo”. Quienes conocemos los libros de don Antonio nos ha parecido más de lo mismo, pero lo que seguramente ignora el sorprendido escritor gallego es que tan confuso y farragoso estilo haya creado escuela en la universidad española.
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Por qué se ha metido a entrevistador García Berrio es difícil de adivinar. Lo que resulta evidente es que toda una vida dedicada al estudio de la retórica no le ha servido para saber en qué consiste el lenguaje periodístico, aquel que esperan encontrar los lectores de una entrevista en un suplemento cultural. En el ten con ten, parecía como si el excelente pintor que es Broto, quien me imagino que debió de sentirse incómodo, siguiera los complicados razonamientos del entrevistador por cortesía... No me extrañaría nada que, en un momento dado, el pintor llegara a pensar que si éste es el lenguaje de la ciencia, de la crítica, mejor seguir pintando y permanecer casi mudo, de ahí que le comente: “Me hice pintor para no tener que hablar...”.

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Pero, por fortuna, ni ese suele ser el lenguaje habitual de la crítica, ni siquiera el del ensayo, ni debería serlo nunca, sino que sólo son las maneras de aquel don Hermógenes que retrató Moratín en La comedia nueva. La prueba está en el propio suplemento cultural del ABC, que con acierto dirige Fernando R. de la Fuente, en cuyas páginas puede leerse con provecho y satisfacción los artículos y críticas de José María Pozuelo, Miguel García-Posada, Miguel Sánchez-Ostiz, Luis García Jambrina, José Luis García Martín, Andrés Ibáñez, Manuel Lucena, Anna Caballé, Félix Romeo, Mercedes Monmany, Juan Malpartida, Jerónimo López Mozo, etc. En fin, que la pieza chirría y que el profesor debería pensar en qué medio está escribiendo y a qué público se dirige. No parece que sea pedirle mucho, si es que desea meterse a entrevistador.
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* Ann Hamilton, "Alep", 1992-1993.

MANUEL TALENS

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"Final feliz"

Matilde Johnson falleció en su lecho hospitalario de Montevideo el 25 de marzo de 1987 a los 90 años de edad. Juan Robecchi, el nuevo enfermero de la planta, acababa de darle los buenos días. El certificado médico atribuyó la defunción a un fallo cardiorrespiratorio, lo cual no es falso, pero sí impreciso. Robecchi era de piel morena, pelo negro y ojos verdes, herencia de un abuelo siciliano, y en realidad Matilde Johnson lo confundió con Rudolph Valentino, el sueño incorrupto de su juventud. La causa del óbito, que ningún médico acertó a descifrar, fue una amorosis coronaria aguda.
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* Manuel Talens (Granada, 1948) es narrador y traductor, entre otros autores, de Georges Simenon, Edith Wharton, Blaise Cendrars y Derek Walcott. Ha publicado las novelas La parábola de Carmen la Reina (1992) e Hijas de Eva (1997) y los libros de relatos Venganzas (1994), Rueda del tiempo (2001), con el que obtuvo el Premio Andalucía de la crítica, y La sonrisa de Saskia y otras historias mínimas (2003). Acaba de aparecer su última novela La cinta de Moebius (Alcalá, Jaén, 2007). El microrrelato que publicamos es inédito.

jueves, 21 de febrero de 2008

La poesía catalana en el 2007, por Pere Ballart

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Como quiera que la selección de lo más excelente de un período literario cualquiera, aun a pesar de no exceder un lapso tan corto como es sólo un año, tiene siempre mucho de arbitrario, he decidido imponer a mi repaso del año poético 2007 en catalán la mayor de esas posibles arbitrariedades: cerrar en una lista de sólo diez nombres —la sempiterna tentación del decálogo— la copiosa producción de todo ese ejercicio. Los tres primeros son de poetas perfectamente consagrados, que han dilatado su trayectoria con nuevos volúmenes de interés, los tres publicados por Proa: Joan Margarit con Casa de Misericòrdia, un jalón más de su poesía de emociones, que no vacila en salir al encuentro del lector; Bartomeu Fiol, que vuelve a sus orígenes con Continuació o represa dels poemets de Montsouris, y Álex Susanna, que con Angles morts afina todavía más su diálogo entre arte y realidad. Otros tres nombres se dejan inscribir en el ámbito de la poesía de mayor voluntad conceptual: el de Albert Roig, que se reescribe en el lujoso poemario A l’encesa (Edicions 62), y los de dos miembros del grupo de los llamados «imparables»: Maria Josep Escrivà, que con Flors a casa (también en Edicions 62) descuella en la poesía contenida, y Lluís Calvo, que firma en Al ras (Perifèric) un brillante ejercicio metaliterario. Mi tercer y último trío está compuesto por poetas que siguen apostando por los pretextos realistas: Valentí Puig, que ofrece en Passions i afectes (Edicions 62) unos poemas muy notables de narratividad cuasi novelesca; Jordi Llavina, que con su Diari d’un setembrista (Bromera) certifica su magisterio en la nitidez de las imágenes poéticas, y Jordi Julià, que en Principi de plaer (Tres i Quatre), su mejor libro hasta hoy, hermana lírica y sociología en una mirada a la sociedad hipermoderna. Y completo los diez con el más joven de los escogidos, el manacorí Sebastià Sansó, que en Cartografies devastades (Sa Nostra, El Turó), demuestra que el entusiasmo no tiene por qué ser siempre sinónimo de vaguedad o de impericia.

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* Pere Ballart es profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad Autónoma de Barcelona, además de crítico literario en el diario Avui.

* Manuel Cabestany, "Composición de casas y persianas", 1992.

MERCEDES GÓMEZ BLESA

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"El pasajero"

¿No es hogar, acaso, para el pasajero
este ciclópeo recinto geométrico,
esta cúpula poliédrica de formas caprichosas,
este templo de grandes cristaleras incendiadas,
mastodonte de luz, paladar del aire,
pupila de nieve, espejo del cielo?
¿No es aquí, en la diáfana sala de espera
de una anodina terminal de aeropuerto,
donde el solitario pasajero se siente,
a la vez,
propio y extraño,
forastero y en casa,
dentro, estando fuera,
cerca, estando lejos,
arropado con calor maternal
por los mismos luminosos eléctricos
de idénticas tiendas,
por los mismos colores estridentes
de idénticos bares,
por los mismos textos publicitarios
de idénticas marcas
de cualquier otro aeropuerto del mundo?

En este dejá vu, escenario sin sorpresas,
el hombre solitario que ha facturado
su vergüenza, pero no su desconfianza,
se descalza y eleva con parsimonia las piernas
y las reposa en el asiento de enfrente,
como hace cada día después del trabajo
en el sofá de su casa y se rinde al sueño,
como se rinde cada noche ante el televisor,
sin importarle las cómicas muecas
que su cara mostrará a los otros
o las extrañas posturas de su cuerpo,
tan inverosímiles como un fantasma,
o el oscuro e indescifrable mensaje
que componen sus rítmicos ronquidos.

Cuando despierta, el pasajero
-que sigue con su pudor facturado-
se afeita y lava los dientes en el baño
frente a la hilera infinita de espejos,
acudiendo al gesto mecánico de siempre,
en medio de un sin otros,
que imitan sus mismos abúlicos gestos
como espectros de mirada perdida.

¿Existe, acaso, mayor intimidad
que la que hay entre tanta gente,
que son tierra y agua, pero nunca barro,
hilos sueltos, sin formar encaje?
¿No desplegamos nuestro biombo
con nuestra rumia interior
en medio de esta suma de solos,
de este público amorfo
de labios sellados,
formado por un tú y otro tú,
nunca un nosotros?
¿No somos, en esta aséptica sala,
escaparates que nadie mira?
¿No estamos rodeados de espectadores
huérfanos de palabra,
que sólo leen o escuchan,
pero jamás hablan,
conectados por su cordón umbilical
a sus MP3, su i-Pods, sus PCs
y que sólo, de vez en cuando,
se atreven a ojear de soslayo,
con disimulo, a hurtadillas,
para no estallar con la mirada
la delicada crisálida de cristal
que nos aísla en este archipiélago
aséptico, de suelos pulidos
que despierta nuestro rumor secreto
y crea una intimidad pública
o una privacidad cercada de espejos?

¿No está el pasajero en este lugar de paso,
en esta sala de espera, en este purgatorio,
a salvo de la utopía del cielo
o del infierno de la historia?

* Mercedes Gómez Blesa, doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, ha centrado sus investigaciones en el ámbito del pensamiento español contemporáneo, dedicando especial atención a las relaciones entre poesía y filosofía. De ahí su interés por la obra de María Zambrano, autora a la que ha dedicado numerosos ensayos. Su primer libro de poemas se titula Los nuevos bárbaros (2007). Acaba de editar el libro Las intelectuales republicanas: la conquista de la ciudadanía (2007). Esta poema es inédito.
.....

martes, 19 de febrero de 2008

JULIO PRIETO

4 SEDEMAS VISUALES


...............Quién da más

...............In
...............noven, hagan
...............juego

..............da
..........da......da
......da............. da
..da..................... ma
......ma ............ma
..........ma... ma
..............ma

...............No va
...............más,
...............m’hijito


-------------------------------------------------------

......................................(Un coup de dés…)


...............de de da da
...............de de de do
...............de de du da
...............de de da do
..........................................de
......................................de do da
..................................da do de du da
......................................de da de
..........................................do

...............di qué des
...............dén

...............des
...............echa
...............dos

...............des
...............lindes
...............que des
...............digo

...............des
...............de
...............dónde

...............de
...............rruido

...............de
...............do
...............nado

...............de
...............caí
...............do

...............cómo
...............
...............ya más

...............de
...............pende


------------------------------------------------------------------

...............uña del gozo, derrectora
...........................................hora
...........................................oh
...........................................r
...............duna del pozo, erectora
...............don
...............de
...............dón
...............de
...............vulva del ojo, exlectora
...........................................hora
...........................................o
...................................-......agua
..............cuna del trozo, excretora



------------------------------------------------------------------

........................(teorema de Gödel: esfinge de la calavera.)



...............cómo
...............cómo decir
...............cómo decir que
...............cómo decir que todo
...............cómo decir que todo está
...............cómo decir que todo está dicho

...............si todo está dicho

...............cómo decir que todo está dicho
...............cómo decir que todo está
...............cómo decir que todo
...............cómo decir que
...............cómo decir
...............cómo


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* JULIO PRIETO (Madrid, 1968) es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Nueva York. Fue profesor de literatura en varias universidades norteamericanas y actualmente reside en Berlín, donde es becario de la Fundación Alexander von Humboldt. Es autor del libro de ensayos Desencuadernados: vanguardias ex-céntricas en el Río de la Plata (Beatriz Viterbo, 2002) y del volumen de poesía titulado Sedemas (Vitruvio, 2006).

lunes, 18 de febrero de 2008

Boquitas pintadas, 5

"La grandeza está vinculada a la moderación. Los extremismos no pueden ser democráticos. La moderación es un elemento central de la democracia".
GREGORIO PECES BARBA
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"¿El teatro es un enfermo con buena salud? -Es el arte del futuro. Su materia prima es la imaginación del espectador, y ésta no tiene límite. Cada día más gente se da cuenta de que hay pocas experiencias tan intensas como ver y oír a un hombre que representa ante otros el misterio de la vida".
JUAN MAYORGA (entrevista de Carmen Rodríguez Santos).
.
"En todas partes y en todas las épocas, vivir en exclusiva de la literatura de ficción ha sido la excepción y no la regla. Sin embargo, cad vez más escritores viven de ella, aunque la complementen con trabajos paraliterarios. Los escritores catalanes, también. Y la pregunta es: ¿eso es tan bueno? Porque estoy firmemente convencida de que, aunque a corto plazo resulte beneficioso para los escritores, no lo es en absoluto para la literatura".
IMMA MONSÓ

"Me preocupa el hecho de que, de un tiempo a esta parte, algunos editores parecen emplearse a fondo en halagar al público femenino más allá de toda medida: la lectura (o la escritura) de las mujeres lleva camino de convertirse por sí misma en la temática y el objeto de una especie de subgénero literario transversal dotado de especial glamour".
MANUEL RODRÍGUEZ RIVERO

"El contertulio se diferencia del experto en que no se le requiere para que opine sobre un campo específico, para nada; al contertulio sólo se le exige que sea vehemente, no respete el turno de palabras y anime el cotarro (...) El verdadero contertulio es el que tiene tres tertulias de media al día...".
ELVIRA LINDO

"Algunos de los altos cargos nazis eran admiradores de Hammet, sobre todo Goering y Reinhardt Heidrich". PHILIP KERR

"Los exterminados en masa escapan a nuestra compasión. El bienestar individual es compatible con el horror masivo y remoto. La experiencia de la II Guerra Mundial marca la mirada sobre las guerras de hoy, cuando fabular sobre las barbaridaes nazis se ha convertido en un tópico literario en el que está resuelta de antemano toda duda sobre el bien y el mal".
JUSTO NAVARRO

"Si Paris Hilton es una superdotada [comenta la prensa que su coeficiente intelectual es de 132], entonces cualquier cosa puede ser posible, desde la cuadratura del círculo a la existencia de las hadas".
ROSA MONTERO

"Se habla de la censura como de algo superado. Qué risa. Ya no existe el comité cercenador de antaño, es cierto, pero los productores, las autonomías que sueltan pasta y especialmente las televisiones, no dejan de cribar con celo cuanto patrocinan (...) El dinero, amigos, es el mayor censor".
DIEGO GALÁN

"¿En el espacio de la Comunidad de Madrid debería exponerse a Esperanza Aguirre?
-No, porque lo que se expone es arte contemporáneo.
¿Y ella es más antigua?
-Es que lo que se expone es arte"
LOURDES FERNÁNDEZ (Directora de Arco), le responde a Karmentxu Marín

* Boceto de Ornella Muti, por Ricardo Asensio, 1978.

domingo, 17 de febrero de 2008

SANDRA BIANCHI


"Espejito, espejito"

Todos creen que es la más engreída porque se mira en cuanta superficie reflejante encuentra a su paso. Se mira en los espejos de su casa, en los de las petacas de rubor de las perfumerías, en los de los baños públicos, en los retrovisores de los autos.
Nadie cree que no es delectación sino peregrinaje.
Se mira en las siluetas que le devuelven las vidrieras de los comercios, en los ventanales de las casas, en las paredes transparentes de los supermodernos edificios.
Nadie cree que no es obsesión sino una pregunta recurrente.
Se mira en sus poses, registradas en las pantallas de las cámaras de seguridad, en las de los teléfonos celulares y en las de las webcam.
Nadie creería que ya no quiere verse más. Se ha mirado en los papeles aluminizados de los regalos que da y recibe, en las cacerolas de acero, la retrataron sus voluminosos aros de plata, atravesó el jarrón con el agua de las flores. Sólo le queda la cara de la luna.
Pero cuando llegue hasta allí, su rostro no será el mismo y seguirá sin encontrar lo que no se le ha perdido.



"Uno y el universo"

Una misma pregunta en busca eterna de su mítica respuesta. Por eso la muchacha comenzó a escribir poemas y pintar cuadros, luego a cursar posgrados y más adelante a viajar a destinos exóticos con un signo de interrogación en la palma de la mano.
Convencida de que todos venimos al mundo para interrogarlo, imaginaba que algunos- los bon vivants que gozan del vino y de los rayos del sol sin más– encuentran tempranamente una respuesta sencilla mientras otros seguirán su impenitente derrotero.
Por eso la muchacha tuvo también que estudiar idiomas, para indagar en inglés, alemán y portugués sin olvidar dedicarse a la fotografía, por aquello de robarle el alma a la cosa y desnudar el enigma.
Pero pasaron años, casi una vida, cuando dentro de su propio sueño en el que leía un libro de cierto autor argentino muy renombrado, se dio cuenta de que por fin llegaba el momento de la esperada revelación. Y fue ahí cuando pudo escuchar bien clarito que el escritor con su voz de viejecito le decía Nena, dejá que todo fluya, dejale algo al universo.
Entonces del asombro se le cayó el libro al suelo y del hueco de la mano se le escapó esa pregunta que hasta el día de hoy sigue flotando en el aire.

* La narradora argentina Sandra Bianchi, profesora de Letras, ha realizado actividades diversas como editora, crítica literaria, periodista y gestora cultural.

* En la segunda foto, de Gemma Pellicer, tomada en Buenos Aires, 2006, la autora aparece escoltada por José María Merino y el narrador argentino Raúl Brasca.

Adiós a Berlín, y 5 (en 18 fotos)

Herbersrts., en el barrio de Schöneberg
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El Gasometer, a la izqda., símbolo de la llamada Isla roja de Schöneberg, donde nació Marlene Dietrich

. Ampliación de L.M. Pei del Museo de Historia de Alemania. Al fondo, el Dom y la Fernsehenturm (la torre de la televisión)

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Palacio de Bellevue, residencia del presidente de la nación

.Casa de las culturas del mundo, también conocida como la ostra preñada

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El Tiergarten, con el monumento a Bismarck y la Siegessäule (columna de la Victoria)

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Detalle de un puente sobre el Spree

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La Hauptbahnhof

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La puerta de Brandeburgo, a la dcha., vista desde la cúpula del Reichstag

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La Postdamer Platz, con los edificios en liza de Renzo Piano, Kollhoff y Janh

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Cúpula de la Postdamer Platz
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La Neue Nationalgalerie, de Mies van der Rohe, custodia el arte del siglo XX
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La Martin Gropius Baus, dedicada a exposiciones de fotografía
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Puente de la estación de Gleisdreick
...El Volksbühne, Teatro del pueblo, cerca de la plaza Rosa Luxemburgo

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Fuente en la Grimmstr., en Kreuzberg

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La fortaleza de Spandau

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El oso berlinés, en versión española, compuesto a base de trencadís (azulejo troceado)




* Fotos de Gemma Pellicer