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La II Guerra Mundial pudo haberse evitado
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Si el crítico vienés Jakob Neumann, que presidía el
jurado, hubiera dado su voto de calidad a cierto óleo firmado por un tal Adolf
Hitler en la Bienal de Bellas Artes de 1912, acaso el joven aspirante a pintor
no hubiese dejado su profesión por la política. Inútil reprochar nada a Neumann;
sobre todo cuando el propio Adolf Hitler ordenó su fusilamiento a las pocas
horas de aquella entrada apoteósica en la Austria del Anschulss. Lo que nunca
supo el dictador fue que la decisión de Neumann nació de un escogido lote de
vinos que había recibido de un importante bodeguero vienés, cuyo hijo, con
veleidades pictóricas, obtuvo aquel premio. Obvio es decir que tal ignorancia
salvó la vida del bodeguero, no la de su hijo.
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Promesa rota
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Carmela estaba tan enamorada de Marcelo que aceptó que
su perro Tobi, un alegre labrador de color canela, viviera con ellos.
A los pocos meses, Marcelo enfermó de gravedad y, en el
lecho de dolor, le suplicó a Carmela que no abandonara a Tobi, que lo mantuviera
con ella tras su muerte; ella con lágrimas en los ojos así lo
prometió.
Pero, una vez sola, se sintió incapaz de convivir con el
juguetón y alegre Tobi, tan hiperactivo, y lo llevó a sacrificar. A los pocos
meses Carmela dio a luz a un niño. Era sano y hermoso. Cuando el médico le
golpeó en la espalda para abrir sus pulmones con un arranque de llanto, el bebé
aulló, un aullido de perro.
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El catedrático de Enología
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Fue el catedrático más joven de España.
Seis días después de haber tomado posesión murió.
Sobre su féretro comenzó a llover a cantaros.
Alguien dijo que el cielo también lo lloraba.
Lo que caía no era agua, sino vino.
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* Juan Pedro Aparicio (León, 1941) es narrador, autor entre otros muchos libros de dos de microrrelatos, publicados por Páginas de Espuma: La mitad del diablo (2006) y El juego del diábolo (2009). Con Retratos de ambigú (1989) obtuvo el Premio Nadal, pero entre el resto de sus novelas -todas ellas notables- prefiero, La forma de la noche (1994). Con su último libro de cuentos, La vida en blanco (Menoscuarto, 2005) obtuvo el Premio Setenil. También ha cultivado la literatura de viajes y la novela policíaca. Estos tres microrrelatos son inéditos.
.......* El cuadro es de Lucien Freud.
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18 comentarios:
Tres microrrelatos donde la paradoja crea ese extrañamiento necesario en toda literatura breve. ¿Qué tendrá León para dar tan buenos escritores?
Abrazos
No es por contradecirte, Jesús, pero a ver quién me cita un buen escritor leonés de menos de 50 años.
Jajaja, cierto. Pero seguro que más de una provincia española firmaba por tener entre sus conciudadanos a Juan Pedro Aparicio, Luis Mateo Díez y José María Merino (al que considero leonés pese a su accidental nacimiento en La Coruña). Podemos dejarlo en que tiene una buena alineación titular, aunque veterana, y una pésima cantera.
Estoy seguro de que muchos buenos escritores, de menos de 50 años, de procedencia diversa, han aprendido con Aparicio a meter en un texto la carga justa de ironía, necesaria para provocar un rictus de complacencia con la lectura, al margen de que el tema planteado contenga además su dosis dramática.
Tengo al autor por un maestro consumado, de lectura indispensable e inagotable.
Claro, y Gamoneda, Colinas, Trapiello, Llamazares, Juan Carlos Mestre... Y entre los más jóvenes solo recuerdo a Pablo Andrés Escapa y al autor de microrrelatos Fermín López Costero. Saludos.
Con cariño, el primero de los relatos, "La II Guerre Mundial...", está mal puntuado en su última frase, de ahí que pierda fuerza. ¡Qué importancia la del corrector!
Sobre las canteras, ¿cómo se puede hablar de pésima? ¿Acaso se conocen todos los escritores de una región? ¿Acaso no hay muchos que peleamos por hacernos un hueco pero no se nos da el vuelo de salir en ninguna antología? No se puede ser injusto y generalizar. Hay muy buenos escritores inéditos. Lo que pasa es que no van de fiesta en presentación, de revista a editorial, vendiendo sus bondades...
Ah! Un caluroso saludo
Rubén, tienes razón, el corrector ha fallado. Ya está corregido y el texto espero que recobre fuerza. Otra vez andaré más atento.
Respecto al comentario sobre la cantera leonesa, yo no me lo tomaría tan a la tremenda, lo que queríamos apuntar es que no ha habido un relevo generacional, con nombres de tanta calidad.
¿Qué puedo decirte sobre la última parte de tu comentario? Ojalá hubiera tantos buenos escritores inéditos como dices. A ver si se dan a conocer, porque mientras sigan inéditos nada podemos decir de su obra.
No te había vuelto a ver por aquí desde que te publiqué unos microrrelatos. A ver si en otra ocasión regresas para comentar algo que te haya gustado. No creo que te hayan faltado ocasiones desde entonces. Saludos cordiales
Efectivamente, Fernando, aquellos son nombres muy consagrados, con un oficio y un prestigio fuera de toda duda. A muchos de nosotros, escritores menores de 30, partiendo de aquellos, nos interesa encontrar formas nuevas, si es que las hay, pero acaso esa postura no nos permita salir del anonimato. ¿Es una solución el escribir al gusto de los jurados de concursos? He sido tentado tantas veces...
Es verdad que no he comentado, pero siempre leo las entradas e indago minuciosamente sobre cada nuevo escritor que nos haces conocer. Quizás pueda sorprenderte con algún nuevo micro, me dediqué a escribir muchos desde aquella entrada. Todo, eso sí, consentimiento tuyo mediante.
Un fuerte abrazo
Rubén, te recomiendo un artículo reciente de Vila-Matas (http://www.enriquevilamatas.com/relecturas.html) y déjate de excusas y tentaciones... Saludos.
¡Jaja! ¿Ha sonado a excusa? No pretendía... Desde luego, no me considero, ni me consideran, un antiintelectual ni un melancólico, según divide Vila-Matas. Por diferentes razones, no puedo permitirme ni una cosa ni otra.
No hablaba de dificultad sino de gustos, de quien escribe y de quien lee, por ahí iba mi consulta. Quería indagar en los detalles mínimos que convierten a un escritor aceptable en uno bueno; a uno entretenido en uno que te agarra y te lleva lejos.
Creo identificarme con quien me lee, también soy un lector ansioso, rodeado de estímulos tecnológicos, con poco tiempo para tanto material, por eso intento no acabar con la paciencia del lector. ¿Es un trato justo?
Rubén, disculpa que haya tardado tanto en contestar, pero he estado desconectado del todo de Internet, hoy en día las verdaderas vacaciones pasan por serlo también digitalmente. Te has molestado por mi alusión a que la cantera leonesa es pésima y puede que tengas buena parte de razón, ni soy experto ni conozco a todos los escritores de la región, claro que esta condición anulará prácticamente toda autoridad para hablar de los escritores leoneses. Por otro lado la existencia de un buen puñado de escritores inéditos no la pongo en duda, pero mientras sean inéditos me temo que tanto para mí como para cualquier otro, seguirán muy cerca de la inexistencia, y puedes estar seguro de que lamento que se pierda la excelencia.
Como no me acabo de sentir identificado con ese tipo de escritor que se pliega a exigencias de concursos o va promocionándose de revista en editorial, pese a que he participado en algunos concursos y he tratado de darme a conocer a través de revistas o cualquier otro medio que he creído interesante y oportuno, no me detendré en esta parte suponiendo que hablas de mí. Creeré que realizabas tu ración de generalización sin mala intención a la que al final todos tenemos derecho, más aún en el entorno de unos comentarios en un blog que tienen más de tertulia que de lección magistral o crítica sesuda.
Un abrazo a los dos, gracias por el espacio.
¿Qué tal, Jesús? Efectivamente, no me refería a ti. Con todo el cariño, no conozco tu obra más que por lo que he visto en tu blog. Tampoco generalizaba; no es que los inéditos no vayan a fiestas y presentaciones y los editados, o que lo pretenden, sí. Solo hablaba de una bandada de pájaros que ya sabemos todos que existen...
Por cierto, he añadido a mi blog la pegatina de tu iniciativa ABLACC.
Saludos
Uy, la ABLACC, una iniciativa bienintencionada que no me pareció que interesara demasiado. Me has hecho recordarla, tal vez la active de nuevo.
Un abrazo, Rubén.
Perdóname, Jesús, pero no sé qué es la ABLACC. ¿Podrías explicarlo, en síntesis?
Claro, Fernando. La ABLACC es una asociación ficticia que pretendía fomentar la lectura y el comentario críticos en la blogosfera. Y para apoyarla creé un blog en el que se realizaban pequeñas actividades, propuestas, etc, que sirvieran para lanzarse sin miedo. Pero no fue muy seguido y acabé abandonándolo. Te dejo el enlace:
http://ablacc.blogspot.com.es/
Gracias, Jesús, ya me lo he mirado. Ya va siendo imprescindible que aparezca una crítica del microrrelato que conozca bien la materia y que sea independiente, para ocuparse sobre todo de los nuevos autores, analizándolos y valorándolos. Saludos.
A mí, este proyecto ABLACC, desde que supe de él, me gustó mucho.
La iniciativa de Fernando también me parece interesante. No sé cómo se podría hacer, ni quién, pero sería muy necesario, la verdad.
Saludos a todos
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