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¿Cabe un microrrelato en el imán que se pega en la nevera? Puede que sí. La FNAC, con motivo del pasado Día del libro, le lanzó el reto al escritor catalán, quien ha entrado al trapo, dándonos la versión catalana y castellana. Parece ser que se han tirado 50.000 unidades y puede conseguirse comprando un par de libros. Veamos el resultado......
"De nuevo"....
En cuanto acaba el libro y lo cierra ya lo ha olvidado por completo. De modo que observa un instante la cubierta, con curiosidad, y acto seguido busca la primera página y empieza a leerlo.
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El texto se refiere a los últimos años de vida de su madre, quien padecía una enfermedad bastante parecida al Alzheimer. En algunas ocasiones la encontraba leyendo un libro del que no recordaba nada una vez que lo había terminado. Entonces, volvía a leerlo, una y otra vez, dejándose llevar por la misma historia. "Creo -comenta el autor- que es un drama que alguien lea un libro que le apasiona y que al dejarlo boca abajo y ponerse a hacer otra cosa, vuelva y no recuerde nada e inicie de nuevo su lectura". En cuanto a la manera de enfrentarse a este relato brevísimo, afirma que ya había tenido otras experiencias semejantes con este tipo de relatos mínimos, allá por los años ochenta. Asegura, además, que ha tenido las mismas dificultades con las que se encuentra cuando escribe uno de sus cuentos: "El cuento es un sprint, no es como una novela, donde puedes divagar y hacer correr diez páginas. Aquí debes ir pim, pam, pum, sin que nada sobre".
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El texto se refiere a los últimos años de vida de su madre, quien padecía una enfermedad bastante parecida al Alzheimer. En algunas ocasiones la encontraba leyendo un libro del que no recordaba nada una vez que lo había terminado. Entonces, volvía a leerlo, una y otra vez, dejándose llevar por la misma historia. "Creo -comenta el autor- que es un drama que alguien lea un libro que le apasiona y que al dejarlo boca abajo y ponerse a hacer otra cosa, vuelva y no recuerde nada e inicie de nuevo su lectura". En cuanto a la manera de enfrentarse a este relato brevísimo, afirma que ya había tenido otras experiencias semejantes con este tipo de relatos mínimos, allá por los años ochenta. Asegura, además, que ha tenido las mismas dificultades con las que se encuentra cuando escribe uno de sus cuentos: "El cuento es un sprint, no es como una novela, donde puedes divagar y hacer correr diez páginas. Aquí debes ir pim, pam, pum, sin que nada sobre".
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Monzó, aprovechando que el Ebro pasa por Zaragoza, y con la sorna que lo caracteriza, les propusó a los responsables de FNAC que el próximo año podrían encargarle un cuento cuyas letras fueran en un saquito para que los lectores pudieran ordenarlas. Y el que consiguiera reconstruir el texto original, ganaría como premio unos cuantos libros. En fin, por qué no, todo es posible en este disparatado y divertido mundo del libro.
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P.S. Mario Garvín nos remite al blog El desván de las palabras, donde aparece reproducido el imán. Gracias.
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12 comentarios:
Del relato del imán se puede decir que menos es más. El saquito de letras es un juego perfecto adptable a todas las edades. Un abrazo
Primitivo
Cualquier iniciativa es buena para incitar a la lectura.
El micro del imán, muy bueno y muy real tristemente sobretodo en personas con ese tipo de dolencias.
Un saludo indio
Me encanta. Fernando, en tu correo electrónico tienes una imagen que te acabo de mandar. Un saludo,
Mario
El libro tendría que ser leído de una sentada, no me convence. Si interrumpe la lectura pierde el hilo.
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"Deja" por "Acaba" , es más triste pues nunca llegara al final.
En la explicación de Monzó , el libro no está terminado.
La iniciativa es muy buena, otra más, de cómo este género se adapta a muchos formatos.
Del microrrelato decir que me parece normal y algo predecible. Creo que le falta algo para ser un buen microrrelato pero ya se sabe, gracias a los concursos y demás, aquí vale todo.
POr otro lado, he decir que he leído mucho a Monzó y que sus ideas son muy sugerentes.
¡Qué grande es Monzó! Inversamente proporcional a sus micros.
El microimán es una buena iniciativa, aunque estaría mejor que se hubieran decantado por reproducir microtextos clásicos de grandes autores de microrrelatos... Así contribuirían también a difundir el género un poco más.
El micro de Monzó está bien, pero no me enamora tanto como para leerlo cada día en mi nevera.
Sin embargo... no me importaría releer un millón de veces "Veritas odium parit", de Marco Denevi, por ejemplo:
Traedme el caballo más veloz —pidió el hombre honrado— acabo de decirle la verdad al rey.
Lo que son las cosas, antes de conocer el detalle sobre la madre del autor, pensé que Monzó se estaba mofando de cierta literatura, la de los best sellers, por ejemplo, pues a menudo tales libros según se terminan de leer se olvidan.
¡Monzó siempre tan genial y genuino!
Qué buena idea la del saquito, a ver si le hacen caso.
Saludos.
Del microrrelato decir que me parece normal y algo predecible.
¡Voto a Bríos!
Genial Monzó. Un saludo.
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