jueves, 6 de mayo de 2010

El Cervantes del móvil

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Hace unos días, en mi clase de Teoría e historia de la representación teatral, le eché una pequeña bronca a una alumna porque estaba consultando su móvil mientras una de sus compañeras comentaba Après moi, le déluge, pieza de teatro de Lluïsa Cunillé. Más tarde me arrepentí, al leer en un periódico de hace unos días, siempre leo los periódicos con retraso, que Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, durante la entrega del Premio Cervantes al gran escritor mexicano José Emilio Pacheco se había pasado casi 11 minutos, precisa el periodista, consultando su teléfono móvil. En fin, no encuentro metáfora mejor de lo que significa la cultura para muchos de nuestros políticos. Ah, pero eso sí, cuando el escritor terminó su intervención, la señora presidenta aplaudió como si se hubiera enterado de lo que allí se decía. Los maestros tradicionales, por conductas como ésta, solían mandar a los alumnos desconsiderados a un rincón de la clase, con las orejas de burro puestas. Pero, ahora, qué podemos hacer con los políticos que votamos. Yo, aun a riesgo de irritar a los pedagogos, que tanto daño han hecho y siguen haciéndole a la enseñanza, los condenaría de rodillas al rincón, a que leyeran una novela completa de Juan Manuel de Prada. ¡A ver quién sobrevive! Seguro que entonces no volvían a consultar más el móvil en un acto público, por la cuenta que les trae...
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13 comentarios:

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

La cosa está tan extendida, Fernando, que yo he visto a personas cultas y de indudable educación jugando con el aparatito. Siempre he dicho que el móvil tendría que haber llegado con un curso previo (de un año para algunos) de ciudadanía. ¡Cuántas conversaciones con móvil han jodido comidas y reuniones! A buen seguro que más de uno/a habrá interrumpido incluso el coito para coger el móvil. En fin, no pidamos agua a las rocas. Un abrazo.

David Moreno dijo...

Considero que es una falta grave de educación. Así nos va.

Un saludo indio

Carlos dijo...

Pregunto: ¿Juan Manuel de Prada es un mal escritor por motivos de fallos técnicos de narrativa y/o de estilo o nos cae mal por su ideología beato-conservadora y su deriva hacia al 'comentarismo' político como medio de vida?. Me gustaría conocer estas fronteras entre calidad literaria e ideología. Personalmente creo que él mismo, pese a su don literario y cultura, está abandonando su valía literaria por otros recursos de fama efímera y facilona. Escribir bien es jodido y una tarea anónima. Opinar en la Cope o Intereconomía o hacer halagos de los discursos y viajes papales, un éxito fácil de cómodo publicista. Pero el ridículo que pueda desprender el personaje no sé si salpica a su obra... (sinceramente me gustaría leer opiniones)

Miguel dijo...

Generalmente me parecen interesantes tus opiniones; las literarias y las otras. Y hoy me ha hecho mucha gracia que castigaras a los políticos a leerse entera una novela, si así se le puede llamar, de Juan Manuel de Prada. No puedo estár más de acuerdo, pero como sé que tienes lincado a Javier Marías y ello será por que te gusta y no por masoquismo, te emplazo a que analices la frase con la que da comienzo "Tu rostro mañana": -No debería uno contar nunca nada, ni dar datos ni...- Como dije es sólo la primera línea, luego se pone peor, pero quisiera saber tu opinión sobre ella y sobre ese escritor tantas veces propuesto, por otros (y por él mismo), candidato al Nobel de literatura. Si quieres saber la mía, es la misma que la que hace Isidoro Merino en La Fiera literaria http://www.lafieraliteraria.com/primera_linea.html
Por lo demás, date una vuelta por los contenidos de ese blog, igual encuentras grata y jocosamente diseccionado alguno más de tus amigos.

mariajesusparadela dijo...

Qué crueldad. Maltrato psicológico es mandar leer al señor de Prada.
Tendrás problemas, colega...no sé si denunciarte, para no hacerme cómplice, señor Torquemada.

Sandra dijo...

Fernando, tan estupendo como siempre. Me encanta el castigo que propones!

Fernando Valls dijo...

Carlos, JMdeP es un escritor rancio.
Miguel, es imposible tomarse en serio a los señores de La Fiera Literaria, toman el rábano por las hojas.
María Jesús, no entiendo lo que dices, y me parece -además- que no sabes quién fue Torquemada.

Isabel Mercadé dijo...

No he dejado de sonreír leyendo la entrada, Fernando. Pero, ¿no es esta señora la que ante la pregunta sobre qué opinaba de Saramago respondió: Sara Mago, sí, una escritora interesantísima, o lo he soñado?
Un abrazo.

Fernando Valls dijo...

Sí, Bel, se le atribuyen ese disparate. La literatura no es lo suyo, a pesar de estar emparentada con el poeta Jaime Gil de Biedma.

RFT dijo...

Al comienzo de su "Viaje entretenido al país del ocio" (Eds. Guadarrama, Madrid, 1975) Don Ramón Pérez de Ayala contaba: "Bien que he conocido un político español, amanuense del lápiz (pues cuando se servía de tinta le caían borrones) quien al final de sus epístolas por de contado añadía esta posdata protocolaria y propiciatoria: "
Pierda usted desde ahora toda "esperanza". El parentesco no puede servir para solventar la incultura de esta señora y tenga la absoluta seguridad de que si Jaime Gil de Biedma levantara la cabeza, renegaría de tal condición familiar.
En cuanto a estas políticas zafias,lo que podemos y debemos hacer es expulsarlas, ponderando comentarios como el que usted ha escrito.

RFT dijo...

Por un error de Blogger el texto de Ramón Pérez de Ayala apareció mutilado en lo esencial. Decía así:
"Bien que he conocido un político español, amanuense del lápiz (pues cuando se servía de tinta le caían borrones) quien al final de sus epístolas por de contado añadía esta posdata protocolaria y propiciatoria: Perdone usted, las faltas de ortografía se deben a que escribo a lápiz."
Lo dicho, abandone usted toda "esperanza..."

MARIA FABIANA CALDERARI dijo...

Una entrada sensata, Fernando.
Las anécdotas abundan en todos los espacios. Recuerdo que durante el desarrollo de una audiencia testimonial, el abogado de la contraria adelantaba por celular (mensaje de texto) el pliego de interrogatorio a los demás testigos que aguardaban afuera. Se trataba de un profesional mayor y muy conocido, y sentí vergüenza de solicitar su apercibimiento…Que triste que algunos avances tecnológicos nos causen detrimentos espirituales.
Saludos cordiales.

Pilar dijo...

A mí no me parece maltrato psicológico, sino un castigo justo, que pondría también a pedagogos, psicopedagogos y parapsicólogos varios, que tanto, tantísimo daño han hecho a la enseñanza.
Pilar Galán