domingo, 21 de noviembre de 2010

Fabricio Caivano, Premio Nacional de Periodismo Cultural

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Debía de estar de viaje aquellos días porque no me había enterado de la concesión del Premio Nacional de Periodismo Cultural a Fabricio Caivano. No sé si a vosotros este nombre os dice algo, pero para mí es importante porque forma parte de aquellos empeños titánicos que se hiceron durante la hoy tan denostada transición para poner al país a la hora del presente en el campo de la pedagogía. El caso es que Caivano fundó en 1974 la excelente revista Cuadernos de pedagogía, de la que yo era suscriptor y que leía con un cierto fervor, recién licenciado, y donde en 1980, a través de Sergio Beser, publiqué uno de mis primeros artículos sobre la historia de la enseñanza de la literatura en los años más duros del franquismo.
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Caivano, además, fue editor de la revista Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil (CLIJ) y es colaborador de El Periódico de Cataluña. En las declaraciones que ha hecho estos días a la prensa, que le ha prestado mucha menos atención de la que debiera, quizá porque no se ocupan del tipo de cultura del que tendrían que ocuparse, ha comentado lo siguiente: "Soy un periodista de sesenta y pico años [nació en 1942]; llevo muchos años dedicándome a esto y creo que se ha premiado mi recorrido en un periodismo diferente, dedicado a la reflexión y al pensamiento sobre la educación y la cultura".
Pero Caivano, hombre multifacético, coordinó la sección de cine documental Tiempo de Historia, de la Semana de Cine de Valladolid, entre 1984 y el 2005, y ha sido asesor y guionista del programa educativo Aula Visual, de TV-3. En 1983 fue nombrado miembro del Consejo Escolar del Estado y del Grupo de Educación de la UNESCO de Cataluña.........

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Estos son los datos más o menos fríos y objetivos. El caso es que nunca había tratado personalmente a Caivano, pero en el 2008, tras asistir como público a un diálogo que mantuvo Cristina Fernández Cubas con un individuo que apenas nada sabía de su obra, por no recordar que hablaba con faltas de ortografía, nos fuimos a cenar con la escritora y su editor, Juan Cerezo. Estaba reciente la publicación en Tusquets de los cuentos completos de la autora, que tanto éxito tuvieron. El caso es que, cuando estábamos empezando a cenar, apareció Caivano en el restaurante. Acababa de asistir al acto y era viejo amigo de Cristina, por lo que tuvimos la fortuna de que se quedara con nosotros un buen rato. Para mí fue una alegría conocerlo, poder comentarle lo importante que fue aquella revista de pedagogía para la gente de mi generación. Luego, cuando nos dejó, pude saber algo más de su historia personal y de su trayectoria vital. No he vuelto a coincidir con él, pero ahora me gusta recordarlo y compartir su satisfacción por este merecido reconocimiento público a tantos años de trabajo serio y riguroso.
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1 comentario:

silvia dijo...

Yo también, como docente, que comenzó en la enseñanza de Lengua y Literatura en Secundaria en el 2004 he leído artículos de CUADERNOS DE PEDAGOGÍA. CREO que son un clásico y una pieza clave para enfocar los retos actuales.

También he conocido CLIJ con magníficos números. Estaría genial que ahora fuese digital, por la comodidad y el precio.
GRACIAS POR COMPARTIR EL HECHO Y TUS IMPRESIONES.