Ayer se cumplió el centenario del nacimiento del periodista, traductor y crítico literario Juan Ramón Masoliver. Nació en Zaragoza, pero a los 4 años su familia se trasladó a Barcelona, donde su padre trabajaría como ingeniero. Y en la capital catalana falleció en 1997, tras una vida cumplida, en la que se codeó nada menos que con Joyce, Ezra Pound, con quien hizo en Rapallo el suplemento literario L´Indice, Dalí, Luis Buñuel (fue figurante en La edad de oro), los poetas del 27, Max Aub, Josep Pla y con gran parte de los escritores españoles de la postguerra. Como traductor, se ocupó de Guido Cavalcanti, vertió al italiano la lírica de los poetas del 27, y Carlo Emilio Gadda, entre otros muchos. En 1989 se le concedió el Premio Nacional de Traducción, de cuyo jurado formé parte, teniendo el honor de defender con éxito su candidatura, secundado por Esther Benítez. Quizá su último gran descubrimiento literario fuera Javier Tomeo. Así, en varias ocasiones coincidí con ambos en los estrenos barceloneses de sus obras teatrales.
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Estuvo en los inicios de la facción catalana de la aventura surrealista, en revistas como hèlix (con minúscula), de Vilafranca del Penedès, y el Butlletí de l’Agrupament Escolar. Formó parte del núcleo primero de la revista Destino, y fue jurado del Premio Nadal y del Premio de la Crítica. Juan Ramón Masoliver era un hombre apasionado, a menudo arbitrario en sus juicios, ¿pero quién no lo es que ame las letras?, de esos dandis bajitos, pero de buen porte, que ha dado el país. Su enamoramiento por una mujer casada con un amigo suyo falangista, lo llevó a abandonar el país. Había tenido una juventud aventurera y airada que prolongó en los primeros años de postguerra con estancias en Italia, Grecia y Oriente Medio, como corresponsal de La Vanguardia, periódico al que dedicó su vida. Se contaba, y era cierto, que había estado casado en París con una princesa rusa, pero que se separó porque ella no quiso seguirlo cuando regresó a España, al estallar la guerra civil. En Italia cayó en el espejismo de la Italia fascista de Mussolini. Como requeté, estuvo durante la guerra con el bando nacional, colaborando en las labores de prensa y propaganda, al mando de Dionisio Ridruejo. Cuando lo conocí, a finales de los 80, se le recordaba como director de la excelente revista Camp de l´arpa. Entonces, le gustaba definirse como "anárquico suelto" y, a diferencia de tantos otros, nunca se arrepintió de sus veleidades franquistas, aunque tanpoco blasonara de ellas. Pero fue, antes que nada, un tipo culto, brillante e independiente, que como diría hoy un moderno, fue siempre a su bola...
Estuvo en los inicios de la facción catalana de la aventura surrealista, en revistas como hèlix (con minúscula), de Vilafranca del Penedès, y el Butlletí de l’Agrupament Escolar. Formó parte del núcleo primero de la revista Destino, y fue jurado del Premio Nadal y del Premio de la Crítica. Juan Ramón Masoliver era un hombre apasionado, a menudo arbitrario en sus juicios, ¿pero quién no lo es que ame las letras?, de esos dandis bajitos, pero de buen porte, que ha dado el país. Su enamoramiento por una mujer casada con un amigo suyo falangista, lo llevó a abandonar el país. Había tenido una juventud aventurera y airada que prolongó en los primeros años de postguerra con estancias en Italia, Grecia y Oriente Medio, como corresponsal de La Vanguardia, periódico al que dedicó su vida. Se contaba, y era cierto, que había estado casado en París con una princesa rusa, pero que se separó porque ella no quiso seguirlo cuando regresó a España, al estallar la guerra civil. En Italia cayó en el espejismo de la Italia fascista de Mussolini. Como requeté, estuvo durante la guerra con el bando nacional, colaborando en las labores de prensa y propaganda, al mando de Dionisio Ridruejo. Cuando lo conocí, a finales de los 80, se le recordaba como director de la excelente revista Camp de l´arpa. Entonces, le gustaba definirse como "anárquico suelto" y, a diferencia de tantos otros, nunca se arrepintió de sus veleidades franquistas, aunque tanpoco blasonara de ellas. Pero fue, antes que nada, un tipo culto, brillante e independiente, que como diría hoy un moderno, fue siempre a su bola...
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...... Este año el Premio de la Crítica vuelve a fallarse en Barcelona. Desde 1977, que se otorgó en Sitges, no se concedía en Cataluña. Pero hay que recordar que, por los buenos oficios de Masoliver, entre 1960 y 1969, los miembros del jurado se reunieron en Vallensana, muy cerca de la masía rodeada de pinos que heredó de sus padres, en la que se había retirado a vivir con su excelente biblioteca. Otra razón más para que el próximo 17 de abril, cuando se haga público en Barcelona el fallo del jurado, le rindamos homenaje. Quien quiera leer algunos de sus artículos debe buscar su libro Perfil de sombras, que Destino editó en 1994. Su Fundacíón, patrocinada por el ayuntamiento de Montcada, y la revista que edita, por el empeño y buen hacer de la escritora y periodista Sonia Hernández, mantienen vivo el recuerdo de este insólito, sabio y singular personaje.
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........* En la primera foto, de izquierda a derecha, aparecen Pietro Minoletti, Masoliver, Basil Bunting y Eugen Haas, compañeros en el suplemento cultural L'Indice, que dirigía Ezra Pound en Rapallo (Italia). Es una cortesía del Archivo Fundación OAL Juan Ramón Masoliver. En la tercera foto aparece Masoliver con su sobrino, Juan Antonio Masoliver Ródenas, escritor y crítico literario, en una imagen de los años 70 en Vallençana. Cedida por Juan A. Masoliver Ródenas.
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7 comentarios:
Excelente retrato, Fernando, y mejor recordatorio de este gran personaje que fue Masoliver, cuya vida hubiera podido entrar perfectamente en una novela de Baroja. ¡Qué gran revista fue Camp de l’Arpa! (por cierto, tú que lo sabes casi todo: ¿de dónde el nombre?). Yo le tengo mucho aprecio a una colección de la primera postguerra, “Poesía en la mano”, de la editorial Yunque (con sede en Trafalgar, 31), cuyo primer volumen fue una traducción de poemas de Dante, vertidos por Masoliver. Más interesante aún su volumen “Las trescientas. Ocho siglos de lírica española que recoge JRM”, impreso en julio de 1941. El último autor es García Lorca, y unas páginas antes hay hasta seis poemas de Machado: para que luego hablen…
Un abrazo, Joaquín
Joaquín, Camp de l´arpa es un topónimo del Clot, en Barcelona, donde parece ser que había un dolmen.
Ayer en La Vanguaria habia un articulo de Sònia Hernández y Otrr de LLàtzar Moix.
http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20100314/53898420889/cien-anos-de-inconformismo-la-vanguardia-barcelona-italia-joaquim-molas-oriente-medio-guerra-civil-e.html
http://www.lavanguardia.es/cultura/noticias/20100314/53898441342/liebre-que-corre-la-vanguardia-ezra-pound-the-times-zaragoza-londres-bunuel-joyce-lorca-dali.html#coment
Desgraciadamente debo decir que esta efeméride ha pasado sin pena ni gloria, ya que no se ha realizado ningún evento al respecto, que la fundación que lleva su nombre no ha promovido ninguna acción. Tan sólo faltan unos días para salir del centenario, y me entristece mucho ver que la población de Montcada i Reixac que le nobró "Hijo adoptivo". De todos modos es gratificante encontrar muestras de cariño para una persona que siempre mantuvo abiertas las puertas de su casa. tan sólo me pregunto, ahora que faltan unos días para que finalice el año del centenario de su nacimiento... ¿se realizará algún evento?.... se admiten sugerencias!.
Joan.
Acaba de caer en mis manos un ejemplar de Las trescientas de Juan Ramón Masoliver. Soy profesor de lengua y literatura de ESO y Bachillerato y me ha gustado conocer un poco mejor la figura del autor del volumen a partir de esta entrada en su blog. Por cierto, me ha encantado saber que Juan Ramon Masoliver fue director de la revista Camp de l'Arpa (como usted mismo, si no me equivoco). En el fervor de mi adolescencia me aficioné a leer esta revista (mi primera revista literaria) de la que aún conservo algún ejemplar. Camp de l'Arpa constituyó, junto a algunos volúmenes de poesía, uno de los umbrales del inabarcable mundo de la literatura. Agradecido.
Pues, no, alopez47, nunca dirigí `Camp de l´arpa´. La única revista literaria que he dirigido es `Quimera´. Saludos.
¡Quimera! Otra de las revistas literarias que leí en su momento... Hoy en día intento estar al día del mundo literario a través de Babelia.
Atentamente.
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