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En los utilísimos comentarios que Ramón García Domínguez ha escrito para la edición de las Obras completas de Miguel Delibes publicadas por Destino y Círculo de Lectores, en el 2008, recuerda que Josep Vergés (entonces José), el editor de Destino y fundador del Premio Nadal, además de la revista del mismo nombre, se mostró siempre reacio al cuento, de lo que es buena prueba su propio catálogo. Así, en una carta del 26 de febrero de 1952, le comenta a Delibes: "Creo que es un error editorial publicar libros de cuentos en un país donde casi no se venden novelas". Juicios como éste explican muchas de las carencias que la normal difusión de los libros del género padecieron en la postguerra.
......En los utilísimos comentarios que Ramón García Domínguez ha escrito para la edición de las Obras completas de Miguel Delibes publicadas por Destino y Círculo de Lectores, en el 2008, recuerda que Josep Vergés (entonces José), el editor de Destino y fundador del Premio Nadal, además de la revista del mismo nombre, se mostró siempre reacio al cuento, de lo que es buena prueba su propio catálogo. Así, en una carta del 26 de febrero de 1952, le comenta a Delibes: "Creo que es un error editorial publicar libros de cuentos en un país donde casi no se venden novelas". Juicios como éste explican muchas de las carencias que la normal difusión de los libros del género padecieron en la postguerra.
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1 comentario:
Sí Fernando, el menosprecio editorial por el cuento en España ha sido un error histórico que ha perdurado hasta hace muy poco. Las consecuencias de ese error se manifiestan de distinta manera. Por un lado, la ausencia de secciones dedicadas a publicar cuentos originales en los grandes diarios, y por otro, las carencias literarias que observamos en la mayoría de los cuentos que se publican. Dentro de este mismo contexto podemos constatar una inflación de cuentos y cuentistas (editados y autoeditados) que parece buscar una compensación a ese menosprecio histórico, del mismo modo que el «destape» lo buscó respecto de la negación de lo erótico como algo natural.
Supongo que hay que esperar que escampe para que el cuento y su escritura ocupen el lugar que les corresponde. Claro que también hay que hacerse a la idea de que siempre habrá cuenteros conviviendo con cuentistas de la misma forma que hay verseros conviviendo con poetas.
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