.....
Pobre José R. Espíndola que tras años de éxito se vio obligado a abandonar su habitual caracterización de Drácula. Según anota Mariano Candela en el conocido libro Carnaval de Barranquilla (p. 136): “tuvo que retirarse del carnaval porque los médicos encontraron que el disfraz lo afectaba psicológicamente”
Atendiendo válidas inquietudes científicas decidí en la debida fecha ir a investigar. Me interesaba saber si la dolencia de Espíndola era causada por invasión psíquica del atavío en sí, por influencia indirecta del carnaval o por el calor provocado en esas latitudes tropicales por la pesada capa negra forrada de rojo que todos conocemos. Al pobre Espíndola lo encontré internado con permanente disfraz de camisa de fuerza y no supo aclararme cosa alguna. Entonces, llevando mi inquietud científica a extremos de autosacrificio, pude comprobar que la causa de su mal se debía al simple hecho de llevar su caracterización al extremo del realismo. Porque la sangre de los barranquilleros, si bien se hace efervescentemente dulce y deliciosa en esos días fastos, afecta a quienes tienen la digestión lenta. Como yo.......
.....
“Silabario atroz”
.....
Papá pega, pisa, pone, puja.
Mamá merece mis molestas muecas.
.....
“Cuento de hadas”
....
A los ojos de las princesas doradas todo príncipe azul resulta pálido.
.....
“What’s in a name?
Intríngulis pacífico, del Pacífico Sur”
......
En Nueva Zelanda, patria de origen, ¿qué fue primero, el kiwi fruta o el kiwi pájaro?
Para mí que fue el pájaro, como quien dice fue primero la gallina y no el huevo primordial. La fruta es ovaladita como huevo, de fina cáscara áspera y parda, algo velluda. El pájaro, también ovalado, es de plumón castaño oscuro y carece de alas. Por incapacidad de vuelo corretea por los bosques y con su larguísimo pico ligeramente curvo extrae insectos de la tierra y de las ramas caídas. En esas islas exóticas no existen los animales depredadores, el kiwi no tiene enemigos naturales, es un sobreviviente de tiempos remotísimos. Sólo los habitantes de las islas lo depredan, no para hacerlo a la plancha o en guiso, no; ni siquiera lo tocan. Lo respetan. O no tanto. Por causa nominal ejercen apropiaciones indebidas: hasta ellos mismos se autodenominan kiwis, robándole al pobre pájaro su calidad de rara avis para convertirlo en una marca neozelandesa de fábrica........
2 comentarios:
Me gustaron Frecuentación... y, especialmente, Cuento de hadas. Qué difícil es hilvanar esos microrrelatos en apenas una frase.
"Silabario atroz" y "Cuento de hadas", o la agudeza hecha microrrelato. (Cuesta decir más con menos palabras).
Un abrazo
Publicar un comentario