"Escribir de manera profunda acerca de un escritor significa, en la práctica, privarse de releerlo", le comenta el escritor francés Michel Houellebecq a Gonzalo Garcés en una entrevista (El País, 25 de abril del 2015). Si esta sorprendente opinión, de un escritor que pasa temporadas en la provincia de Almería, fuera cierta, o el análisis del libro era muy exhaustivo y brillante o la obra resultaba poco consistente y profunda.
Las obras literarias que merece la pena releeer se caracterizan precisamente porque siempre encontramos en ellas nuevos matices o aspectos en los que no habíamos reparado, u otros motivos de reflexión, entusiasmo y satisfacción. Y es precisamente esa invitación a la reelectura, a encarar nuevos análisis, lo que distingue y caracteriza a los grandes libros de ficción.
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1 comentario:
Anoche vi la película "El secuestro de Michel Houellebecq" surrealista, irónica, desternillante a ratos. Por primera vez tuve la imagen del autor que se encarna a sí mismo como protagonista. La realidad -desmenuzada fotograma a fotograma-, sordidez y gozo entretejidos, adquiere tintes de irrealidad o de broma pesada para aquellos que gustan de buscar tres pies al gato en la relación obra-autor. Juego patafísico. Los secuestradores dando pelos y señales de su vida al secuestrado y el secuestrado hermético como una esfinge disfrutando de la situación. La creación como juego de hipótesis para ver donde nos llevan. Profundidad.
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