Los seguidores de Brasil, los pocos pudientes que podían asistir a los estadios, se pasaron toda la primera fase del campeonato burlándose de los rivales que iban cayendo eliminados, como México, Chile o España; tras su humillante derrota con Alemania, un acontecimiento (que no evento) en la historia de los mundiales, los hinchas argentinos cantaban una y otra vez una canción burlesca sobre la selección anfitriona; pero cuando los argentinos perdieron la final, a la que nunca debieron de haber llegado por su juego, durante las celebraciones en Berlín los jugadores alemanes inventaron un baile en el que sus rivales argentinos andaban como los gauchos, encogidos como primates, mientras que los germanos triunfantes andaban erguidos, ¿quizá como los suevos, vándalos y alanos? Por una vez acudimos al tópico: si saber perder con dignidad es difícil, parece que conseguir ganar sin tener que humillar a los rivales ya no es posible. Esta actitud, el juego casi siempre de nivel mediocre, la arbitraria decisión de nombrar a Messi mejor jugador del campeonato (con Maradona echando al fuego toda la leña que pudo...) y los caprichosos criterios de los árbitros, me parece que han sido los aspectos más negativos de un mundial que recordaremos, sobre todo, por el 7 a 1 que Alemania le endosó a Brasil en su propia casa. Es una lástima que esta merecida victoria dejara a los jugadores alemanes demasiado erguidos.
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1 comentario:
Es una lástima esa falta de ética deportiva con el rival vencido, pero que dió la batalla hasta el final. Y lo digo yo, que tanto contra Brasil y contra Argentina, siempre estuve del lado de la selección teutona...Eso me entristece pues es una forma de decepción.
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