Han sido colocadas
todas mis huellas,
olfateo mi propio rastro.
La vida se vuelve a veces
para ver si la sigo.
***
Se puede recordar el olvido
y seguir siendo olvido,
de nada, de ámbar,
de hombros, de cintura,
de risas, de miradas…
***
Ojo manantial,
Almarjal,
destorciéndose sobre la superficie
agua,
borbotones hacia la piel.
***
Se acerca el horizonte o desaparece,
el deseo brota entre las piernas,
llueve el pubis,
las axilas, la silueta del cabello,
los pezones, las pupilas,
las ventanas abiertas...
***
un verso
un beso
un vaso,
las palabras
los labios
el agua,
la armonía de las cosas
descolocadas...
***
Supone el mar un espíritu
cuyo cuerpo no comprende
de inmenso lugar inconcreto
y muerte por unos bordes de espuma,
ilusión de agua y aire,
burbujas de eternidad,
en un instante que se rompe
como un beso irrepetible...
***
Huyo con el mar mil veces al día
y regreso siempre atraído
por el instante de espuma
donde se confunde el ser.
Se arrepiente el mar un día
y estancado no vuelve
a la playa.
Se entrega a ser piedra.
.........
......
* Francisco Álvarez Hortigosa (Casariche, Sevilla, 1961) es doctor en Historia y profesor de Enseñanza Secundaria. Ha publicado un libro sobre La vida escénica en Jerez de la Frontera durante la segunda mitad del siglo XIX (Anagnórisis, 2012). Estos poemas son inéditos.
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