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SIGNOS
VANOS
A esta hora de la noche, en Cuernavaca, el cónsul inglés Firmin
ha salido de
smoking, llueve, llueve, en busca de unos tra-A esta hora de la noche, en Cuernavaca, el cónsul inglés Firmin
gos de mezcal o de whisky.
Y Swann pide un coche que le lleve al salón de Madame
Verdurin, donde quizá esté Odette.
En el destierro, allá en el Ponto Euxino, una tierra de bárbaros,
lágrimas asoman a los ojos de Ovidio cuando acude a su
mente la memoria de los últimos años pasados en Roma, y
termina
vertiéndolas a través de su cálamo.
Alto en su soledad, Luis Cernuda esperaba el acorde: momento
Alto en su soledad, Luis Cernuda esperaba el acorde: momento
intemporal, suma de los momentos temporales y placeres
terrestres.
Y un estertor de Mozart era Eliot, esperando en su desolado
Y un estertor de Mozart era Eliot, esperando en su desolado
Miércoles de Ceniza que el fuego y las rosas fueran uno.
Y Dante, güelfos y gibelinos, a la espera de las causas finales,
Y Dante, güelfos y gibelinos, a la espera de las causas finales,
Beatrice.
A esta hora de la noche Ricardo Molina, bajo la pálida luz del
A esta hora de la noche Ricardo Molina, bajo la pálida luz del
moriles, escucha el trueno sombrío y sordo del flamenco
en alguna taberna de la Córdoba oscura.
Y hay quien se dispone a salir esta noche tan cálida a tomar unas
Y hay quien se dispone a salir esta noche tan cálida a tomar unas
copas con algunos amigos.
Y quien tiende en el patio interior la ropa íntima —mañana habrá
Y quien tiende en el patio interior la ropa íntima —mañana habrá
que levantarse pronto y acudir al trabajo—.
Ya se apaga la luz de la mesilla y el libro cae de las manos.
El último pitillo es apagado, los dientes limpios, las cremas hidra-
Ya se apaga la luz de la mesilla y el libro cae de las manos.
El último pitillo es apagado, los dientes limpios, las cremas hidra-
tantes, adiós, adiós, hasta mañana.
Los amantes se duermen, los cuerpos distendidos, después del
Los amantes se duermen, los cuerpos distendidos, después del
viejo rito de la espera y el goce.
Y hay quien nace, quien agoniza lentísimamente o dobla la cabe-
Y hay quien nace, quien agoniza lentísimamente o dobla la cabe-
za de súbito.
Y esto también es rito y es espera, como lo es el giro de los astros
Y esto también es rito y es espera, como lo es el giro de los astros
y las constelaciones.
¿Verdad, Bernardo Soares, que interrogabas a las estrellas desde
¿Verdad, Bernardo Soares, que interrogabas a las estrellas desde
tu humilde cuarto de Rua dos Douradores?
Hasta mañana, Eugenio Montale, no podrás ver —y eso si la lluvia
Hasta mañana, Eugenio Montale, no podrás ver —y eso si la lluvia
te deja— a través de un portón mal cerrado, el amarillo de
los limones que deshielan tu corazón.
Mientras llega esa hora, Fernando, que todos esperamos y a todos
Mientras llega esa hora, Fernando, que todos esperamos y a todos
se nos niega, no pienses, abandónate al sueño. Y olvida sig-
nos vanos.
* Fernando Ortiz (Sevilla, 1947-2014) ha sido poeta y articulista muy notable. Su obra puede leerse en la antología Versos y años. Poesía 1975-2003, publicada en la excelente colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara, Sevilla, 2003. La ed. es del poeta y ensayista Emilio Barón. Esta pieza pertenece al libro Marzo (1986).
1 comentario:
Descubrí a Fernando Ortiz hace muchos años en una antología que se llamaba "Nueva poesía Sevilla". Desde entonces lo fui siguiendo. Era de esos poetas excelentes pero poco conocido, tengo la impresión.
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