martes, 17 de julio de 2012

El Cádiz de Beatriz Alonso Aranzábal

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POR ALEGRÍAS (CINCO DÍAS EN LA COSTA GADITANA)
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Se trataba de desprenderse del halo de amargura que envuelve la realidad cotidiana, impregnado por las malas nuevas que llegan de todas partes, y dejar que los pensamientos flotaran empujados por el Poniente o por el Levante,  que se depositaran sobre cualquier loma de alcornoques, pinos o meros arbustos. La noche anterior a nuestra partida habían emitido en TVE un documental sobre la grabación de “La leyenda del tiempo” de Camarón, en 1979, disco que supuso una revolución en el flamenco, al principio no muy bien recibida. Y ya en el coche, atravesando Andalucía, descubrí que lo llevaba en el portacedés. “El sueño va sobre el tiempo flotando como un velero. Nadie puede abrir semillas en el corazón del sueño” (letra inspirada en un poema de “Así que pasen cinco años” de Federico García Lorca). La leyenda del tiempo se convirtió en la banda sonora de nuestra breve estancia en la costa de Cádiz. Allí nos encontramos un lagarto enorme cerca de la playa y una luna llena surgiendo anaranjada en el  encinar. Descubrimos que las almendritas son un tipo de calamar  y el payoyo un rico queso. Que las piernas pueden caminar y no simplemente arrastrarse sobre el asfalto. Que el tiempo vuela igual de rápido que en la ciudad, pero que cada minuto se siente más propio.
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Castillo de Sancti Petri
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El telón de fondo fueron las espectaculares puestas de sol, siempre intensamente teñidas de rojo. Desde una duna en la playa de La Barrosa (mientras de fondo gritaban el segundo gol de La Roja), desde un barquito en torno al castillo de Sancti Petri, desde las inmaculadas callejuelas de Vejer de la Frontera o desde lo alto de Medina Sidonia, la hora bruja se llenaba del revuelo de los pajarillos en las copas de las palmeras y el de los críos en torno a las fuentes de varios caños: “Tiene la tarara un vestido blanco que sólo se pone en el jueves santo. La tarara sí, la tarara no, la tarara niña de mi corazón”, escuchaba en la voz de Camarón.
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Plaza de España en Vejer de la Frontera
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Callejuela de Vejer de la Frontera
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Atardecer desde Medina Sidonia
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Al volver a casa, aún quedaba arena en el fondo de la liviana maleta, unas cuantas olas enredadas en los tobillos y un poco de fuerza para no pestañear ante las embestidas de la realidad. Y poder doblegarla. “Enamorao de la vida aunque a veces duela. Si tengo frío busco candela. Volando voy, volando vengo” (Kiko Veneno).
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P. S. El libro que me acompañó en este viaje fue Correr el tupido velo (Alfaguara), de Pilar Donoso, en el que hay un capítulo dedicado a Calaceite, localidad que llegué a conocer por este blog. El libro es impresionante, en cuanto que profundiza en el carácter y motivaciones de un reconocido escritor de forma sincera y descarnada. La autora, su hija adoptiva, lo escribe de maravilla pero no pudo con el peso de la vida…
ENLACES: Documental de La 2: 
http://www.rtve.es/archivo/camaron/
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Con esta entrada iniciamos la publicación de crónicas sobre viajes. Las que me mandéis y me gusten las publicaré agradecido y encantado. 
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10 comentarios:

BB dijo...

Cómo hacerme un ovillo y viajar contigo en ese viaje de ensueño, a comerme los paisajes, amaneceres y crepúsculos de esa tierra que se dice Cái...
Un beso

AGUS dijo...

El viaje que narra Beatriz, se asemeja mucho a otro que emprendió en su día Isaki Lacuesta y que inspiró "La leyenda del tìempo" (2006): "Hace unos años viajé por primera vez a la Isla de San Fernando, persiguiendo algo que sabía que era imposible de encontrar: el fantasma del mítico cantaor Camarón de la Isla. Como era previsible, de mi admirado Camarón no hallé otra cosa que los rastros de su leyenda, una presencia sutil y corpórea a la vez, espectral como un eco. Sin embargo, lo que más me fascinó a lo largo de aquellas estancias, cada vez más frecuentes, en la bahía de Cádiz, fueron una serie de paisajes y personas que me marcaron con tanta intensidad que me vi empujado a hacer esta película".

Espléndida crónica, Beatriz. Gracias, Fernando.

Abrazos.

Isabel González González dijo...

Lo que más me gusta es la acertada fusión de paisaje, música y lecturas. Porque es cierto que los viajes no están hechos sólo de los sitios sino de lo que los rodea.
Das envidia, Beatriz.

Manu Espada dijo...

Una crónica la de Bea llena de duende, de esas que se pueden oler y escuchar, como un buen plato. Abrazos.

Beatriz AA dijo...

Lo dificil en estos tiempos en que viajar se ha puesto fácil, es viajar de verdad.

Quise compartir la sensación de viaje, de transportarse a otro mundo, de salir de tu mundo, de conocer otro mundo.

Gracias a Fernando por la oportunidad de poder hacerlo "a gran escala".

Y a los que habéis compartido aquí mi pequeña escapada. Gracias.

Patricia Nasello dijo...

Qué suerte: sin haber estado nunca, estoy
Abrazos!

Arte Pun dijo...

Hol Beatriz, a mi, qué le vamos a hacer, no me encanta Camarón, pero me ha gustado mucho la interpretación que has hecho de tu viaje, me ha sonado genial.

Gracias por la crónica y la entrada. Abrazos.

Lola Sanabria dijo...

Excelente crónica, Bea. Fotografías bellísimas. Gran poder evocador que me devolvió a tierras gaditanas.

Abrazos flojitos por la calor.

Yashira dijo...

Beatriz has convertido un viaje en toda una crónica de sentimientos, emociones, imágenes y olores, creo que sin conocer nunca la tierra, casi me la has hecho vivir.

Gracias y también gracias a Fernando por acercarnos a tu viaje.

Abrazos a ambos.

Rosana dijo...

Gracias Bea, me pasa como a Patricia sin estar he estado. Y tiene razón Isabel.



Abrazos