domingo, 19 de septiembre de 2010

Autorretrato de JOSÉ ANTONIO RAMOS SUCRE

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"La vida del maldito"

Yo adolezco de una degeneración ilustre; amo el dolor, la belleza y la crueldad, sobre todo esta última, que sirve para destruir un mundo abandonado al mal. Imagino constantemente la sensación del padecimiento físico, de la lesión orgánica.

Conservo recuerdos pronunciados de mi infancia, rememoro la faz marchita de mis abuelos, que murieron en esta misma vivienda espaciosa, heridos por dolencias prolongadas. Reconstituyo la escena de sus exequias, que presencié asombrado e inocente.

Mi alma es desde entonces crítica y blasfema; vive en pie de guerra contra los poderes humanos y divinos, alentada por la manía de la investigación; y esta curiosidad infatigable declara el motivo de mis triunfos escolares y de mi vida atolondrada y maleante al dejar las aulas.
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* Este texto aparece recogido en La torre de Timón (Litografía y Tipografía Vargas, Caracas, 1925). El escritor venezolano José Antonio Ramos Sucre (1890-1930), se suicidó en Ginebra tomándose una sobredosis de veronal, trabajó como profesor en un Instituto y como intérprete, tras licenciarse en Derecho. El citado es el tercero de sus libros, tras las prosas de Trizas de papel (1921) y el ensayo Sobre las huellas de Humboldt (1923). Luego le seguirían otros dos más que lo convertirán en unos de los grandes escritores hispanoamericanos del siglo xx, El cielo de esmalte y Las formas del fuego, ambos de 1929. Pero ese reconocimiento sólo llegaría en los años sesenta, quizá por ello también en España se conoció, pues el último volumen citado no apareció hasta 1988, reeditado por Siruela en 1997. La colección Archivos, de la Unesco, prepara actualmente la edición de su obra completa.
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11 comentarios:

Beatriz AA dijo...

Qué títulos tan sugerentes, qué ganas de leer más, gracias Fernando.

Juan Carlos Chirinos dijo...

Me alegra mucho que Ramos Sucre empiece a ocupar el lugar que merece en la literatura en español; ya son dos o tres generaciones de escritores venezolanos que hemos crecido leyendo al poeta nacido en Cumaná; aparte de "La torre de Timón" y "El cielo de esmalte", les recomiendo que no pierdan de vista, cuando aparezca la edición de Archivos, sus cartas, que son tremendas; espero que las incluyan.
La vida de Ramos Sucre fue oscura; pero su obra cada año brilla más.
Saludos
Juan Carlos Chirinos

Juan Carlos Chirinos dijo...

Por cierto, aquí en España la editorial Siruela publicó parte de su obra, por si lo encuentran por ahí.
La Biblioteca Ayacucho, en Venezuela publicó la obra completa que se puede descargar en pdf por aquí, en la web de la propia Biblioteca Ayacucho:
http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=103&begin_at=48&tt_products=73

Fernando Valls dijo...

Juan Carlos, entre sus considerados poemas en prosa, me parece que hay algunos más narrativos, como ocurre en Juan Ramón Jiménez, que al contar una historia podrían leerse como microrrelatos. ¿Podrías recomendarnos algunos, para darlos en el blog? No tengo a mano ninguno de sus libros.

Juan Carlos Chirinos dijo...

Ah, te acabo de dejar el link con la obra completa: Busca "El mandarín", "La vuelta de Ulises"; y yo pondría alguna de las cartas a su hermano, Lorenzo ramos, donde lo aconseja sobre qué y cómo leer.
Su libro "Las formas del fuego" casi hay que leerlo de un tirón.
Y sí, siempre le llamamos poeta, pero sabemos que sus textos sus poesía en prosa, o prosa poética, o ese instersticio que está entre mundos; quizá esa sea una de las razónes de que sea el monstruo que es.
Ah, y "Granizada" es una serie de aforismos muchos de los cuales son lecciones para meditar al estilo de Gracián: "El bien es el mal menor", "Mardios: ¡cómplicess", "Leer es un acto de servilismo".
Por último sólo quiero comentarte que en Salamanca fue creada 1993 la "Cátedra de literatura venezolana J. A. Ramos Sucre", que ha traído a decenas de profesores para dar un curso de doctorado y decenas de escritores venezolanos hemos dado conferencias y leído nuestros textos allí: Rafael Cadenas y Eugenio Montejo también, por supuesto. Y Ramos SUcre siempre ha sido dios lar de Salamanca.
¡Saludos!

Víctor Abreu dijo...

Qué alegría que usted reseñe a nuestro poeta Ramos Sucre. Siempre pendiente de este magnífico blog, hoy me he sentido especialmente impulsado a comentar. Saludos

Fernando Valls dijo...

Gracias, Juan Carlos, por toda la información que nos has proporcionado.

Juan Carlos Chirinos dijo...

Encantado de colaborar; gracias a ti por darle un espacio al gran Ramos Sucre, que como todos los grandes creadores de nuestra lengua, nos pertenece a todos -y más allá.

Juan Carlos Chirinos

Miguel A. Zapata dijo...

Un apunte con respecto a la edición que la colección Archivos prepara: imagino que será reedición de la obra completa de Ramos Sucre que publicó en esa misma colección Allca XX en 2001 (edición crítica de Alba Rosa Hdez.Bossío -coord.-). Contenía "La torre de timón", "Las formas del fuego", "El cielo de esmalte" y otros textos dispersos no publicados en libro, además de diversos ensayos críticos de sus contemporáneos, epistolario del autor, cronología y bibliografía, en un volumen de más de 1000 páginas. No sé si será difícil de adquirir, yo lo compré en Casa del Libro, pero no he vuelto a ver jamás un ejemplar. También en la misma colección sacaron interesantes volúmenes sobre Pablo Palacio o Macedonio Fernández, rescatando así a autores que pocas editoriales hoy parecen interesadas en dar a conocer al "gran" público. Saludos.

José M. Martínez dijo...

No es por haerme promocion sino porque Ramos Sucre lo merece de verdad. Hace poco me encargaron una antologia de cuentos fantasticos e inclui 'La alucinada', una pequenya joya. Lo saque de sus obras completas de Ayacucho, que me dejaron alucinado a mi. La antologia la ha publicado hace poco Juan de la Cuesta, en USA. (Lo siento, no puedo poner acentos en este ordenador). Saludos.

Anónimo dijo...

Una entrada muy acertada Fernando, me alegro muchísimo (enhorabuena por ello); para mí Ramos Sucre es de lo mejor de la literatura latinoamericana, y un referente de la influencia del decadentismo francés en Venezuela.
Muchas gracias!!!
Monteávila tiene las mejores ediciones, quizá ahora se puedan encontrar de nuevo, que yo sepa, ellos estaban recuperando el fondo editorial que se había perdido.
Inés Mendoza