Bolero de Ravel
Creo que fue ella la de la idea. El hecho es que muy rápido hicimos de esa idea un juego, uno de esos rituales que en su repetición se desdoblan al infinito pero guardando siempre un núcleo. El infinito eran nuestras caricias espontáneas, nuestras palabras a media voz, nuestras ganas de poseernos mutuamente de cualquier manera; mientras que el núcleo era la música que escuchábamos, el Bolero de Ravel. Primero, al ritmo de las flautas, anhelábamos encontrarnos en medio de la oscuridad; después, cuando entraba el clarinete, nos precipitábamos a aquello que buscábamos y que llegaba, esperado, frenético, inevitable, con el tutti de instrumentos, en medio del clímax final. Ahora que nos hemos separado, que ella ha dejado el piso sin decirme una sola palabra, que nunca más escucharemos juntos a Ravel, quiero convencerme de que se ha llevado el disco como recuerdo de lo que fue nuestra vida juntos, pero algo me dice que, infame, cruel y voluptuoso, el Bolero de Ravel será puesto a todo volumen esta madrugada.
* Félix Terrores, El viento en tu cara, Editorial Nazarí, Granada, 2014.
4 comentarios:
Es una dicha encontrarte en La nave, Félix, sabés que tengo a El viento en tu cara en el estante de los preferidos.
Félix, Fernando, mis cariños para ambos.
Descubrí al Sr. Terrones, Don Félix, en esta misma nave, hace ya tiempo. Desde ese día le sigo y leo cuanto publica. Tengo «El Viento...» desde pocos días después de que Félix nos anunciara su publicación. Lo que tenemos pendiente es compartir una Cuzqueña fría en alguna terraza, eso sí.
Recomiendo, fervientemente, el libro a todos los viciosos del género.
Un abrazo a ambos.
/Fernando: muchas gracias por el espacio y la difusión. Como dije por otro medio, siento como si se tratase de mi regreso a casa, puesto que fue en LNL que apareció el primero de mis microrrelatos.
Patricia y Pedro, hermanos latinoamericanos, gracias por sus palabras. Me alegran mucho pues vienen de ustedes, dos escritores que sigo atentamente. Pronto nos tomaremos una cerveza en Arequipa, Córdoba y Montevideo. :-)
Abrazos a todos
Félix
Siempre hay que desconfiar de los vecinos. Sobre todo si les hemos causado algún insomnio. ¿No os parece?
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