sábado, 5 de marzo de 2011

En los 70 años de José María Merino

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"Paraguada"
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El temporal había sido muy violento y aquella tarde la ciudad estaba llena de paraguas rotos. En algunos puntos, papeleras, contenedores, se amontonaban sus cuerpos destrozados. Desde cierta sensibilidad artística, podría pensarse que aquel conjunto de estructuras quebradas componía curiosas instalaciones dignas de figurar en algún museo de vanguardia. Pero solo los camiones municipales de la basura parecían haber advertido su presencia. Iban recogiendo los montones para trasladarlos al basurero. Qué júbilo entonces ante los sucesivos reencuentros. Separados desde hace tiempo, los paraguas de la misma procedencia empezaron a reconocerse, y su maltrecha condición no los impidió saludarse con júbilo. Pero lo más emocionante fue el momento en que dos pequeños paraguas, con su ropaje de nailon estampado de flores amarillas, procedentes de Hong Kong y supervivientes durante más de cuarenta años, se descubrieron de repente el uno junto al otro. Qué vibración de varillas, qué temblor de telas.
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* La nave de los locos, su capitán y toda la marinería, grumetes, marmitones y micifú incluidos, felicitan al escritor José María Merino con motivo de su 70 cumpleaños.
Este minicuento inédito forma parte de El libro del más acá, y en concreto de un capítulo titulado "Anderseniana", que aparecerá en otoño en la editorial Alfaguara. Se trata de un ciclo de cuentos, novelesco, en opinión del autor, donde se alternan los cuentos canónicos y los minicuentos, nombre que Merino suele darles a los microrrelatos.
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* La primera foto, tomada en Valencia, es de Pedro Herrero. La segunda es de Gemma Pellicer y en ella aparece Merino con su esposa, Mari Carmen Norverto, en la terraza del restaurante Al Sarago, de Berlín, que ha cambiado de nombre y empresa.
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7 comentarios:

Pedro Herrero dijo...

En su poema “Ceremonia después de un bombardeo”, Dylan Thomas acaba cantando glorias sobre las ruinas de la catástrofe. Yo creo que ese mismo espíritu de renacer de las cenizas, ese mismo canto, centrado aquí en la celebración de un reencuentro, queda patente con una maestría envidiable. Qué difícil de conseguir parece la sencillez de Merino. Qué agradecida su lectura. Me sumo a las felicitaciones por su cumpleaños.

MANUEL IGLESIAS dijo...

Como dice El Heredero( feliz recomendación de La nave ); "Ahora quiero pensar que ningún destino está escrito, que no es verdad que exista el pecado original, que cada uno de nosotros tiene su propio tiempo". Merino, felicidades y gracias por tu obra.

Anónimo dijo...

Felicidades, José María, muchacho. Más muchacho que nunca ahí al lado de Mari Carmen, claro, con su presencia siempre luminosa. Al microrrelato, o minicuento, estupendo, una sola pega desde este Sur: duele leer eso de "su maltrecha condición no 'los' impidió...". En este lado del mapa, desde luego, "su maltrecha condición no les impidió...". José María: o lo cambias en la edición de Alfaguara, o desde este Sur nos enfadamos un poco contigo.
¡¡Felicidades!!
Un fuerte abrazo.
Poli G.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Muchas felicidades desde Cádiz, ciudad en la que lo tendremos a finales de marzo. Acabo de comprar vuestro "El heredero", para celebrar este cumpleaños. Un abrazo.

Miguel Sanfeliu dijo...

Me sumo a la felicitación con una particular "vibración de varillas y temblor de telas".
Saludos.

Rosana Alonso dijo...

Muchas felicidades.

Me sumo al temblor de telas y varillas.


Un saludo cordial

Daniel Sánchez dijo...

Bello microrrelato, como se puede observar muchas veces basta con una bella imagen y un lenguaje muy cuidado para captar la atención del lector.