sábado, 24 de abril de 2010

¿Intertextualidad, despiste o...?

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La Biblioteca Pública Municipal de Cuenca acaba de fallar su concurso de microrrelatos. La principal conclusión, a la vista de los resultados, es que una de las finalistas ha resultado ser una gran admiradora del escritor hispano mexicano José de la Colina. Veamos.
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"La culta dama", de José de la Colina
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Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado El dinosaurio.
-Ah, es una delicia -me respondió-, ya estoy leyéndolo.
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"Conversaciones ajenas"
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Desde muy niño siempre me ha gustado oír las conversaciones de otros. Cierto día acudí a la Casa de América. Se presentaba un libro de Augusto Monterroso titulado La vaca. Desde la tercera fila del anfiteatro me pareció adivinar a un escritor tímido, irónico, pero sin duda mofletudo. Tras una hora de palabrería, la sesión de tarde terminó con un aplauso caluroso, lo mínimo que se espera de un público que no paga entrada. Me quedé rezagado en mi silla, observando a la marabunta que se volcaba con y sobre el maestro, peleándose por conseguir un autógrafo “personalizado”. En medio de aquel tumulto, vi como una señora avanzaba dando cornadas a diestro y siniestro y no paró hasta que sus ojos bovinos se situaron frente al autor. Maestro —escuché que decía—.Cuánto me está gustando su relato del dinosaurio. ¡Ya voy por la mitad!
(Finalista del citado concurso)
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* En la foto, José de la Colina.
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10 comentarios:

Pepe Cervera dijo...

Fernando, el parecido es evidente, aunque yo esa "historia" ya la conocía, pero siempre pensé que se trataba de una anécdota personal que le ocurrió al propio Monterroso, no una ficción. ¿Estoy equivocado?

Fernando Valls dijo...

Pepe, es una ficción, inventada por José de la Colina. Su origen lo desconozco.
Pero, en efecto, no eres el único que cree que es algo que le ocurrió en la realidad a Monterroso.

Víctor dijo...

A eso, Fernando, lo llamo yo un fallo. Pero en mayúsculas. O sea, un error. Si un jurado no conoce ese texto de José de la Colina, ¿qué credibilidad tiene como jurado de microrrelatos? Así va la cosa...

Un saludo.

Pedro Herrero dijo...

Puedo contar una anécdota al respecto. Una vez escribí un microrrelato de una sola frase. Poco tiempo después, lo vi publicado en un libro (de Juan Pedro Aparicio, para ser exactos) con otro título y una redacción diferente, pero manteniendo la esencia de la historia. Me dio rabia, por supuesto, pero no tuve más remedio que tirar mi relato a la papelera. De no haber leído aquel libro, habría sido capaz de presentarlo a concurso, porque tenía confianza en que valía la pena. En ese caso me habría expuesto a que un jurado competente lo descartara o me llamara la atención. También, en el peor de los casos, me habría arriesgado a que me dieran un premio.

Jordi Masó dijo...

Es probable que se trate de un plagio, quién sabe si involuntario... Un jurado competente lo habría descartado, aunque un microrrelato con la frase “la marabunta que se volcaba con y sobre el maestro” merecería ser eliminado sin más consideraciones (¡“con y sobre”!). A mí me pasó algo parecido a lo que explica Pedro: escribí un microrrelato a partir de una experiencia personal (en la Vall de Boí, una noche, nos tropezamos con una invasión de sapos en la carretera, e inevitablemente los fuimos aplastando con las ruedas). Yo estaba orgullosísimo de mi pequeño cuento hasta que tiempo después leí “La noche de las ranas “ de Pedro Ugarte. Mi microrrelato (de dimensiones mucho más modestas que el de Ugarte) reposa ahora en un cajón: nadie creería que lo escribí sin conocer el de Ugarte...

Anónimo dijo...

Tiene que ser un homenaje, voluntario o involuntario, a ese gran escritor que es José de la Colina. Las editoriales españolas le dieron la espalda, pero es uno de los grandes. Os dejo dos micros pertenecientes a TREN DE HISTORIAS (1977-1989).

Oscar Sipán

BILLET DOUX

COMO LOS GATOS, cuando se les pasa la mano por el lomo, levantan la cola para indicar dónde termina el gato, así tú, cuando te acaricio la espalda, levantas el culo para anunciar dónde empieza la puta.

UN ANÓNIMO

Quería saber qué rapidez tenía el correo dentro de la ciudad. Se escribió una carta a sí mismo,la timbró y la echó al buzón.

La recibió tres días después, se dijo que en estos tiempos no es mucha tardanza, la abrió, la leyó, palidecíó, fue en busca de su esposa y con el cortapapeles la degolló y se apuñaló el corazón.

Había leído en la carta anónima que ella le ponía los cuernos.

Edu dijo...

A quién no le ha pasado? a veces se escriben cosas que se consideran buenas o geniales y resulta que alguien ya lo había escrito... así es el mundo, así son las cosas...

Pau Alcalde dijo...

Un gaditano que conocí en marrackech me contó esa misma anécdota con la diferencia que la bella señorita era Ana Botella. No me pareció descabellado.

Raúl dijo...

Despiste, despiste.. digamos que fue un despiste.

Hiperbreves S.A. dijo...

Creo que eso puede pasar... se trata de un microrrelato que es El Microrrelato. Jugar con su brevedad, el desconocimiento y la osadía de un no lector es un recurso que se puede repetir en dos mentes no comunicadas. No creo que fuera un plagio consciente.

Es más, estoy seguro de que hay muchos microrrelatos muy parecidos en este mundo que han nacido de mentes distintas y distantes.