domingo, 22 de junio de 2008

Aviso para los posibles enemigos de Vila-Matas

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En un viejo periódico (El País. Cataluña, 16 de julio del 2006), tengo la costumbre de ojearlos en el día, pero a veces los leo con retraso, me encuentro una entrada del llamado Diario voluble, del autor de Hijos sin hijos, titulada "Enemigos". Al final de su texto, Vila-Matas, con una cierta sorna, se sincera: "Tengo una táctica ante cualquier enemigo que pueda surgirme. Cuando ataca, no me doy por enterado, practico la indiferencia (...) Cuando el enemigo se retira, le persigo. Cuando está fatigado o veo que el imbécil olvidó ya sus pullas, ataco. Despiadadamente". En fin, que Enrique concluye su pieza haciéndose el milhomes.
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En la ilustración de Perico Pastor que acompaña al texto, aparece el escritor con poco pelo, la nariz mucho más grande, una bufanda y su célebre abrigo de color vino tinto, mientras que un monito de culo pelado que no le llega a las rodillas, le planta cara y desenvaina un sable.
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En fin, no sé por qué, me he acordado de la disputa que Vila-Matas mantuvo con otro autor, en el bar del restaurante Giardinetto, tras la presentación en Barcelona de Soldados de Salamina. En realidad, no se produjo enfrentamiento alguno porque Enrique lo abroncó, tachándole de escritor tradicional, realista, castizo..., mientras que su mudo interlocutor no paraba de encogerse de hombros y recular, hasta dar con la pared. Lo cierto es que, en aquella ocasión, me sentí cercano del más débil entonces, hasta que descubrí cómo en la última entrega de su novela en marcha relataba la escena prescindiendo de aquellos hechos que no le convenían, para no salir mal parado, según tiene por costumbre hacer en su caprichoso diario.
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En definitiva, que hay que vigilar de cerca a Vila-Matas, procurar mantenerlo a raya, aunque a ciencia cierta no sepamos aún si desde su última y reciente metamorfosis seguirá siendo el mismo...


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12 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre infeliz. Además de mal escritor, resultó ser un tipo siniestro y resentido. Pff...

Rafael.

Fernando Valls dijo...

Bueno, Rafael, no sé a quién te refieres, pero que conste que Vila-Matas es un escritor a quien aprecio mucho, no en vano he escrito bastante sobre él y siempre de manera elogiosa, aunque no todos sus libros me gusten lo mismo, como parece lógico y normal.

Anónimo dijo...

Sí, Fernando, llevas razón: fui bastante ligero al escribir mi comentario. Me disculpo.

Quise decir que, a juzgar por el incidente que relatas en tu entrada, el señor Vila-Matas no parece una buena persona. Además, si nos atenemos a las palabras que le dirige a ¿Javier Cercas?, tampoco parece un buen escritor.

Me explico por partes:

I. La imagen que nos ofrece el señor Vila-Matas en aquel bar es la de:
1. Probablemente, un alcoholico.
2. Una persona con problemas de autocontrol.
3. Un tipo cruel y rencoroso.
4. Una persona que deforma la realidad: ve enemigos donde no hay aduladores.

En definitiva, un loco.

Todo esto se deduce, y creo que se deduce correctamente, de tu artículo. No creo que una persona que se calienta en un bar y arrincona a un adulto hasta paralizarlo de terror contra la pared, encima el día de la presentación de su libro (que debe ser un día enteramente feliz para él), sea alguien a quien podamos llamar "un buen tipo" o "una persona amable", "un adulto equilibrado".

II. Un escritor que cree juzgar duramente a otro por llamarlo "tradicional, realista y castizo" no da para nada, ni siquiera para un aprobado. Se ha limitado a describir el estilo literario de ¿Javier Cercas?, que no es mejor ni peor que otro cualquiera. Muchos escritores nacionales han escrito de un modo tradicional, realista y castizo y han creado obras maestras. Es más, literatura "tradicional, realista y castiza" podría ser una definición de la literatura española. ¿Se cree el señor Vila-Matas mejor escritor que los que ha dado la tradición española? Dudo mucho que con estos criterios pueda saber ni entender mucho de literatura. Peor aún, que sepa escribir bien.

Y, después de no poder terminar de puro aburrimiento su VIAJE VERTICAL, amén de sus artículos en prensa, estoy por creerlo.

Un saludo,
Rafael.

Anónimo dijo...

Fernando, no entiendo por qué debe constarle a Rafael que tú has escrito procelosa y elogiosamente sobre Vila-Matas. No creo que su opinión deba estar condicionada por ese hecho. Su opinión es suya. Lo que sí se os podría solicitar, tal vez, es que argumentaseis la razón de vuestro juicio.
Ramón

Fernando Valls dijo...

Rafael, no era Cercas el interlocutor.
Ramón, pretendía con mi aclaración que Rafael pudiera entender mejor lo que había escrito, no presumir, desde luego
El texto que cito de Vila-Matas me parece que está escrito en un esilo zumbón, por lo que no habría que tomarlo al pie de la letra.

Tomás Rodríguez dijo...

Ni Trapiello ni Vila-matas ni ningún otro escritor asentado en las cumbres debe dejar constancia de sus miserias. Las migajas de Trapiello por su "Manía" son tan sesgadas como las propias de Vila-Matas. Ahora bien, los dos son magníficos escritores, uno con una prosa escrita bajo el soplete de la perfección, la de Trapiello, y otro por remover los cimientos del concepto de literatura en la actualidad (su prosa, se enfanga demasiado en los clichés, galicismos, solecismos,etc.), tanto me alegraron y sorpendieron "El Doctor Pasavento", "El mal de Montano" y "Bartleby y compañía" como los tomos anuales de los diarios de Trapiello. También merecen atención sus recipilaciones de artículos y semblanzas, como "Mil de mil".
No parten de los mismos presupuestos estéticos (e incluso políticos), eso es cierto, pero los dos, desde sus propuestas son excelentes.

Anónimo dijo...

Vaya, la cosa es más grave de lo que pensaba: el señor Vila-Matas se presenta en saraos ajenos para ajusticiar a sus víctimas... jajajaja. Es un material excelente para una buena novela. Si fuera productor, compraría los derechos para llevarla al cine:

"Más allá de Sherlock Holmes, más allá de Drácula, más allá incluso de Dr. Jekyll y Mr. Hide, todavía más allá de El estrangulador de Boston, más incluso de más allá y de más allá aún y de todo lo imaginable... este verano, el 17 de agosto en las mejores pantallas... LA CÓLERA DE VILA-MATAS, PRIMERA PARTE: EL ÚLTIMO GRAN AJUSTICIADOR"

En fin, cualquier cosa es posible. Yo prefiero la química inorgánica. Qué le vamos a hacer...

Rafael.

Anónimo dijo...

Huelga decir que mi último comentario era una exageración cómica, pero una exageración cómica de una escena que refleja con toda su crudeza una realidad deforme.

Los escritores deberían ser un reflejo moral en el que la sociedad se mirase, pero resulta que buena parte de ellos es mezquina y barrullera: Vila-Matas, en la escena que comenta Fernando, parece un compadrito sacado de un cuento de cuchilleros borgiano a punto de asestar cuatro navajazos a un pobre infeliz.

Si los escritores viven del rencor y ajustan cuentas en los bares, ¿qué podemos esperar de esta sociedad? No se les puede tener como referentes. ¿Quién podrá leer con agrado sus libros sabiendo, no hablo ya de Vila-Matas, que detrás se esconde un tipo siniestro?

Un saludo,
Rafael.

Fernando Valls dijo...

¡Qué exagerado eres, Rafael! ¡No te lo tomes tan a la tremenda, hombre! ¡Más ponderación!

Raúl dijo...

La tradición literaria española, está jalonada de mil y un ejemplo de escritores mancillados, que aprovechan el menor descuido del rival para practicar el noble arte del despiece. Muy patria, la cosa.
Además, querido Rafael, es precisamente el bar, taberna o café, el lugar más habitual en donde hacer pública la carniceria. "bebamos pues la sangre del vencido... Yo invito a esta ronda"... que dijo el poeta.

Saludos.

Anónimo dijo...

Es que llevo una semana en un curso de programación de páginas web y yo creo que tanto código HTML altera mi circuito neuronal. Hasta mediados de octubre no se me puede tener en consideración nada de lo que escriba. Ni siquiera aunque parezca cabal.

Un saludo,
Rafael.

Anónimo dijo...

A mí me da que uno no debe mirar en el fondo de la persona, sino en el escritor. De no ser así, uno acabaría por no leer a nadie. Ni Trapiello ni Vila-Matas me parecen angelitos. Eso sí, los diarios de uno y de otro no se pueden comparar: el llamado "Dietario voluble" es, según mi juicio, un fiasco. Trapiello, o Jiménez Lozano, es mejor diarista. Mucho mejor.

Saludos.

Otro Rafael