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Durante años, al acabar las clases de la mañana en la Universidad, un grupo de profesores del Departamento de Filología Española íbamos a comer a un restaurante que había entre Bellaterra y Cerdanyola, al que nosotros denominábamos por el nombre de la camarera que solía servirnos, Esther, aunque el local tenía otro nombre que he olvidado, si es que alguna vez lo supe. En esas comidas, que a veces solían prolongarse en largas sobremesas, hablábamos de todo, no solo de literatura, claro está, pero un tema que solíamos plantear de vez en cuando era quién era mejor autor de teatro, si Lope de Vega o Shakespeare. Partidario incondicional de Lope era Alberto Blecua, gran experto en su obra y director del proyecto de investigación PROLOPE que lleva años ocupándose de la ed. de las obras del poeta y dramaturgo. En el bando inglés, en cambio, militábamos, sin ceder ni un ápice, Sergio Beser y yo, que no éramos expertos, ni mucho menos, en la obra del autor de Hamlet, pero sí forofos acérrimos. Estos días, me he emocionado al leer la noticia de que por primera vez un dramaturgo extranjero, un clásico de otra tradición, va a ser representado en The Globe, el reconstruido teatro de Shakespeare, y que la obra escogida es El castigo sin venganza, de Lope de Vega, representado por la compañía Fundación Siglo de Oro, dirigida por Ernesto Arias.
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* La caricatura de Lope es de David Pintor, y siento no saber a quién se debe la de Shakespeare.
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6 comentarios:
Parece que hables de una época dorada, Fernando, cuando los profes podían permitirse pasar horas de sobremesa discutiendo sobre literatura, o sea, cuando podían permitirse lo que de verdad importa...
Y, por cierto, ¿no entraba Calderón en el debate?
Pues, sí, Isabel, fue una buena época. Nos permitíamos esas sobremesas porque solo teníamos clase por la mañana, y charlando aprendíamos mucho, no solo con Sergio y Alberto, sino con otros contertulios, como Dolors Poch o María José Vega, que sabían mucho también de sus respectivas materias. Por no hablar de lo bien que se comía, para ser un menú del día, o de la recordada Esther... Un abrazo.
Ah, me he olvidado de Calderón, pero no entraba en nuestras disputas, nos gustaba menos que Lope y Shakespeare, lo que ya es hilar fino...
¡Fernando, es que la elección es muy difícil, Lope, Shakespeare! Este es uno de los casos en el que habría que buscar un cierto eclecticismo...
Un abrazo, Javier.
Sí, Javier, la cosa no resulta fácil, y lo bueno de la literatura es que podemos quedarnos con los dos, e incluso con Calderón también. Sumemos.
Un abrazo.
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