sábado, 26 de enero de 2008

Homenaje a don Alonso Zamora Vicente


"La única gran figura que yo pueda reconocer como maestro y como referencia inequívoca es mi abuelo Alonso Zamora Vicente, que se empeñó en inculcarme unos príncipios éticos herederos de la tradición humanística: la ansiedad por conocer, el amor a la lengua en sus más plurales caminos y, sobre todo, el entusiasmo en el trabajo al que hay que acercarse con rigor y constancia. Murió en marzo del 2006, así que no pudo ver el Misterio del Cristo de los Gascones, pero hay mucho de él puesto en este espectáculo, que está dedicado a su memoria"
ANA ZAMORA



* El montaje teatral del Misterio del Cristo de los Gascones, de la Compañía Nao d´Amores, dirigido por Ana Zamora, con música de Alicia Lázaro, ha sido elegido por los críticos de El Cultural el mejor del 2007. Este Cristo articulado se custodia en la Iglesia románica de San Justo, en Segovia.

* Alonso Zamora Vicente (1916-2006), filologo (dialectólogo y lexicógrafo) y narrador, fue discípulo de Ramón Menéndez Pidal y de Américo Castro, catedrático de la Universidad Complutense y secretario de la Real Academia Española de la Lengua. Entre sus ensayos destacan, Dialectología española (1960), Camilo José Cela (Acercamiento a un escritor) (1962) y La realidad esperpéntica (Aproximación a Luces de bohemia) (1968). En el campo de la creación literaria es reconocido, sobre todo, como autor de cuentos, pero con su novela Mesa, sobremesa, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1980.

3 comentarios:

Freia dijo...

Tuve la suerte de conocer a don Alonso en agosto de 1981, durante un curso en la Magdalena. Yo acababa de licenciarme dos meses antes. Compartí cenas, charla y café unas cuantas veces en aquellos quince días. Era alegre, divertido, socarrón, amable y una bellísima persona. Decía que yo tenía cara de Madonna de Rafael, pero algo facinerosa... jajaja. Me preguntó sobre el tema de mi tesina y él sabía de ella mucho más que yo.
El día en que escuché la noticia de su muerte, se me hizo un nudo en la garganta y en los ojos.

Fernando Valls dijo...

Ahora que te refieres al Palacio de la Magdalena, recuerdo que don Alonso, como le llamabamos, falleció sin que le dieran el Premio Menéndez Pelayo, que concede la UIMP en Santander. Por su labor investigadora y su vinculación a esta institución, fue considerado uno de los candidatos más firmes para conseguirlo, pero la tibieza de los representantes de la Academia en el jurado, me imagino que por rencillas personales, lo impidió. En fin.
Gracias por la visita.

Joaquín Parellada dijo...

Yo no tuve la suerte de conocer a don Alonzo, pero desde que leí su edición de "Luces de Bohemia" o su biografía de Lope, en Gredos, supe que era un hombre de la estirpe de los Montesinos, Asensio, etc.
Hace poco compré, por internet, un volumen suyo de Austral, "Examen de ingreso", con dedicatoria autógrafa a Daniel Devoto y a su mujer, María Beatriz del Valle Inclán. Da un poco de pena ver esos libros circular así, pero me temo que es su sino. Copio un fragmento del último relato "Examen de ingreso": "Poquito a poquito, curso adentro, ha ido creciendo una seriedad atenazante: Hay que ir al Instituto, a examinarse de ingreso. Si se aprueba, nos matricularemos ya en el bachillerato... Todo son sueños, ilusiones, proyectos, darle vueltas a mapas y notas y apuntes, y, sobre todo, a la ortografía. Tres faltas de ortografía y no se aprueba." En fin, igual que ahora.