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Cenando anoche con unos amigos españoles que trabajan en Berlín, nos hablaron de una escritora española que estaba teniendo un cierto éxito en Alemania, pues parece ser que había vendido unos 10.000 ejemplares de su última novela, aunque la presentación de su último libro en una librería de Berlín, editado por Suhrkamp, tuvo que suspenderse por falta de público. Lo mismo que se suspendió, por esas mismas fechas y en ese mismo lugar, la presentación de otro libro de la que sería pronto Premio Nobel, Herta Müller, vecina, por cierto, de mi barrio.
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.....De Rosa Ribas no había oído hablar nunca, pero hoy mismo aparece una crónica de Sergio Vila-Sanjuan, desde la Feria de Frankfurt, en el diario La Vanguardia en la que nos presenta a la escritora. Rosa Ribas nació en El Prat de Llobregat, en 1963, estudió Filología en la Universidad de Barcelona y en 1991 se instaló en Berlín, donde daba clases de español. Los padres de su marido, un alemán diseñador de programas informáticos, con quien vive ahora en Frankfurt, son los editores de Reichenberger, que tienen en su catálogo las obras de Calderón, además de numerosos estudios sobre literatura española. Hasta el 2006 no apareció su primera obra de ficción, la novela histórica El pintor de Flandes (Roca), título que recuerda demasiado al de Pérez Reverte. Y de ahí pasó al thriller. "Cuando tuve la idea para Entre dos aguas (Umbriel), le confiesa al periodista de La Vanguardia, vi que el personaje de Cornelia daba de sí, y decidí dedicarle un ciclo de cinco novelas que permitieran ver cómo evoluciona ella y su entorno personal y familiar". Uno de los temas que más le preocupaban era el de la identidad. "Intento mostrar que la identidad no es algo que uno escoge, sino también una expectativa que los demás te crean". Al llegar a Frankfurt, Ribas empezó a frecuentar los círculos de la emigración española, entrevistó a los mayores y sus historias están en la base de su trabajo. "La emigración española a Alemania de los años sesenta fue en general bien recibida -le cuenta a Vila-Sanjuan-, a diferencia de los italianos, de los que se pensaba que habían traicionado a Alemania en la Segunda Guerra Mundial. La integración de estas dos comunidades también ha sido muy diferente. El de los españoles es un discurso de éxito, te explican que a su llegada lo pasaron muy mal y tiraron adelante en condiciones muy duras, pero a cambio han conseguido que sus hijos pudieran estudiar en la universidad y colocarse unos pasos por delante de ellos. En cambio, el objetivo de los italianos es que la familia permanezca unida, y por eso en Frankfurt abundan pequeños negocios de italianos en los que todos participan". Por lo que se refiere a la literatura de género que cultiva, aclara que el género policiaco le permitía abordar esa temática, sobre la que sorprendentemente se ha escrito muy poca literatura, de una forma atractiva para el lector, opinión más que discutible. Ahora ha concluído una nueva novela ambientada en Barcelona y está a punto de ponerse a escribir la tercera de la serie, protagoniza por la comisaria Cornelia, "que transcurre en el aeropuerto de Frankfurt, microcosmos fascinante, con un tema de tráfico de drogas de por medio". Los amigos con los que cenábamos anoche, que conocían sus libros, tenían una opinión dispar de cada uno de ellos. Por mi parte, me conformaría con que fuera una narrativa de entretenimiento hecha con dignidad, que no es poco, aunque lo de la dignidad literaria sea algo cada vez menos frecuente.
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2 comentarios:
Me hubiera gustado que ahondaras un poco más en el término dignidad literaria,más que nada por saber a qué te refieres,no siempre hay que dar por sentado que todos hemos de saber si el término dignidad es para todos igual.
Un cordial saludo!
Me refiero, Amaia, a que la obra no sea sólo un mero producto que sigue una moda vigente, sino que haya en ella una cierta ambición, un estilo y una visión del mundo personales, un empeño por contar las cosas de otra manera. Tienes razón, sin embargo, en que lo que para unos lectores puede resultar indigno, para otro es más que suficiente. Pero doy por hecho que me dirijo a lectores que no se contentan sólo con libros manufacturados. Saludos.
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