sábado, 10 de octubre de 2009

Contra la censura, calabazas

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Hoy y mañana se celebra en Berlín la fiesta de la calabaza, la Kürbisfest, y por aquello de la globalización hemos decidido darle el premio, un carro de calabazas de formas, colores y tamaños distintos, a Josefa Medrano, delegada de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla, militante de IU, que es quien prohibió el Homenaje a Agustín de Foxá, en el que iban a participar Aquilino Duque y Antonio Rivero Taravillo, por "apología del franquismo". Claro que esta señora se hizo célebre al calificar a Cuba de "democracia ejemplar". Muy mal deben andar las cosas por Sevilla cuando un escritor muerto hace cincuenta años, que aparece en todas las historias y diccionarios de la literatura española, despierta todavía tantos recelos, por muy franquista que fuera en su momento. No creo que Borges se sintiera menos conservador que Foxá y dudo que la señora Medrano se hubiera atrevido a prohibir un homenaje al escritor argentino. ¿Censuraría, acaso, un homenaje a Manuel Machado? En fin, no está mal que la señora Medrano sepa que a algunos de los que nos seguimos considerando de izquierdas nos indigna tanta intolerencia, estulticia e incultura. Por lo que tengo yo mucho gusto en concederle no una Kürbissuppe (sopa de calabaza), ni un Kürbiskuche (pastel de calabaza), sino un carro entero de calabazas, ganadas con tantos méritos.
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* Agustín de Foxá (1903-1959) fue poeta, narrador, autor teatral, periodista y diplomático español al servicio de Franco. Fue miembro de Falange y colaborador de La Gaceta literaria y sobre su ingenio circulan todavía una infinidad de anécdotas. Quizá sus obras más conocidas sean la novela Madrid, de Corte a cheka (1938) y la pieza teatral Baile en Capitanía (1943), aunque es probable que lo que mejor haya soportado el paso del tiempo sean algunos de sus poemas y un puñado de los artículos que publicó en ABC. Por cierto, no soy ningún entusiasta de la obra de Foxá, que he leído y me parece que conozco bien.
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* Las fotos son de Gemma Pellicer.
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6 comentarios:

luiz dijo...

Pensaba que la izquierda habia perdido la sensatez. Menos mal que algunos conservais la cordura.

bambu222 dijo...

Calabazas siempre para la intolerancia.Abrazo.

Antonio Rivero Taravillo dijo...

Por la parte que me toca, muchas gracias, Fernando. Es una de las cosas más ridículas que me haya podido suceder nunca. Ya Juan Luis Piquero, que milita en IU, dejó una nota en la que se lamentaba de la actitud cerril de la delegada. No es cuestión de derechas o de izquierdas, sino de personas de buena o mala voluntad. Los ejemplos de autores que podrían ser censurados por motivos espuriamente iedeológicos son tantos que me los guardo porque no te quiero colapsar el blog. Un abrazo.

Joaquín Parellada dijo...

¡Menos mal que Mainer publicó su "Falange y literatura" en 1971! Hoy quizá la concejala se lo hubiera prohibido por apología del fascismo.
Y ya puestos, cómo permitieron el éxito de "Soldados de Salamina", centrada en la figura de Sánchez Mazas (por cierto, mucho mejor escritor que Foxá). Una muestra de la peor poesía de éste último: su "Poema de la antigüedad de España" (del libro "El almendro y la espada" 1940), que empieza así: "Los tanques rusos, nieves de Siberia / Sobre esos nobles campos españoles. / ¿Qué puede la amapola contra sus frías grasas? / ¿Qué el álamo del río, a su furor, opone?"
Claro que, en el otro bando también encontramos perlas parecidas. La única 'censura', la estética.
Un abrazo.

NáN dijo...

Lo mismo esa señora, con su manera de pensar, cuando le llegue el carro lo toma como un homenaje a su rotundidad ideológica.

Fernando Valls dijo...

Eso es lo malo, NáN, que la ideología no debería ser nunca tan rotunda. Aunque más que ideología lo que tienen son orejeras...