viernes, 17 de octubre de 2008

¡Noticia bomba! Nuevas revelaciones sobre el Planeta

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Este año el Premio Planeta nos ha traído dos nuevas y extraordinarias revelaciones que nos aclaran definitivamente cómo funciona este galardón literario. La primera, y principal, a cargo de un veterano periodista que, a veces, parece empachado de canela fina: que el Premio Planeta es una farsa, que está dado, vamos; y la segunda, de un aspirante a novelista con ínfulas de caníbal, aunque tenga el estómago jibarizado por su ligero desconocimiento del medio: que si bien el ganador del Planeta está dado, el finalista -y ésta es su principal aportación- lo decide libremente el jurado. ¿En qué basa su juicio? Pues en algo concluyente, listillos de poca fe: en el hecho de que un día antes de la concesión del premio, el susodicho se encontró a Ángela Vallvey en su barrio, cargada con los paquetes de la compra del súper, y que, claro, alguien que supiera a ciencia cierta que va a ser finalista del Planeta no andaría por ahí en plan tirado, antes al contrario, en una limusine y con vestido de lamé. Sin embargo, me han interesado mucho más las revelaciones que nos ha hecho acerca del lenguaje privado de la escritora, en la línea del profesor Bacterio y los personajes de Mortadelo. En fin, modestamente, a mí me parece que tanto el ganador como el finalista son, por igual, decisión del jurado (jurado de lujo, por cierto, si nos olvidamos de las señoras Posadas y Regàs, y que Laura Freixas me perdone, donde los únicos hombres de la casa son Carlos Pujol y Pere Gimferrer), pero conforme al menú que les presenta la editorial, que tiene que ser de régimen.
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No conozco ninguna de estas dos novelas, claro está. Desde que Silvia Bastos abandonó la prensa de Planeta (junto a Nahir Gutiérrez, ahora en Seix Barral, las responsables de prensa más eficientes que he conocido) nunca he vuelto a recibir un libro de la editorial. El caso es que he leído las novelas que ha publicado Fernando Savater y ninguna me pareció desdeñable, teniendo en cuenta los propósitos y aspiraciones del autor, y que Savater no es por descontado un narrador, o al menos no parece haberse dedicado a la literatura. Y, sin embargo, me consta que es una de las personas más valientes y que más respeto me merecen dentro de este desdichado país nuestro. También conozco varios de los libros de Ángela Vallvey, en verso y en prosa, y lo más recomendable, por no salir ahora de la narrativa es, en mi opinión, Los estados carenciales, con la que obtuvo el Nadal.
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Y por hoy, nada más, queridos locos, si es que alguno de vosotros lee estos dislates, y no se limita a entrar y salir de esta nave como alma que lleva el diablo...
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* En la foto, Fernando Savater, Ángela Vallvey y Carmen Posadas.
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9 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas:

Completamente de acuerdo contigo respecto a lo de Fernando Savater.

Y si... lo reconozco, suelo entrar en tu nave de vez en cuando, e incluso leer tus soliloquios. ¿estaré loco?

¡Saludos y enhorabuena!

hombredebarro dijo...

Lo que a mí me intriga es cómo se presentan al premio más de 500 novelas, cómo se prestan al circo para actuar de comparsas, como si tuvieran alguna oportunidad.
Yo también estoy loco, muloco.

Sergio Astorga dijo...

Fernando, me lleva el diablo y tengo nave, pero me quedo.
Un abrazo sin Amador.
Sergio Astorga

Fernando Valls dijo...

Bueno, Hombredebarro, debe haber todavia 500 personas en el mundo que escriben y creen en los Reyes Magos...
Gracias a todos por alentar los delirios...

Carlos Frontera dijo...

¿Más de 500 novelas se presentaron? Qué barbaridad. A estas alturas, no sé cómo puede haber quien ignore que este premio, como casi todos, es un mero artificio comercial, una pantomima para hacernos pasar por literatura lo que no es más que una estrategia de marketing. Y no estoy valorando la calidad de las novelas ganadoras, que no las he leído (ni creo que lo haga, ya hace años leí algún planeta y, la verdad, hay muchos libros mejores como para perder el tiempo), hablo simplemente del circo que se forma en torno.
Todo esto lo digo, claro está, desde la ignorancia del observador atento, no conozco los entresijos del premio, el andamiaje, pero sí la fachada.
Abrazos, Fernando.

Anónimo dijo...

Bueno, pues mi experiencia es exatamente la contraria de la de 'Canelo Fino'. Y, como la tengo vivida y publicada, la repito aquí: "Un editor como José Manuel Lara, que incluso se empeñó en tener en la nómina de su premio Planeta a un escritor tan alejado de su línea editorial como Juan Benet y lo consiguió –mediante la sencilla fórmula de promesas inconcretas de conseguir el primer premio y darle los dos millones de pesetas del premio de finalista antes siquiera de que se le ocurriera escribir la novela 'El aire de un crimen', 1979, que el escritor denominaba 'de acción'- (...)".
Como era de esperar -y Benet, a quien frecuentaba aquellos años, lo esperaba-, no ganó el Planeta, que fue para Antonio Larreta con 'Volavérunt'. Años después, leí a Rafael Borrás, director editorial de Planeta y muñidor de los premios, declarar: "Creo que fue una injusticia que 'El aire de un crimen', de Juan Benet, no ganara el premio" ('El País, 3, junio, 2005). Ja, ja, ja: Borrás siempre ha tenido un sutil sentido del humor.

Juan Carlos Márquez dijo...

No. Me niego. No puede haber 500 inocentes que envíen su novela al Planeta. Yo creo que la cifra debe de ser mucho menor, seguramente irrisoria. En cuanto a los finalistas del premio (los diez finalistas) suelen corresponderse con autores de obras paupérrimas para que parezca que, en comparación, la novela ganadora y la finalista son buenas. Yo he visto con mis ojos quedar finalista (de los diez que comento) a tipos y tipas que no saben ni escribir su nombre con corrección.

Fernando Valls dijo...

Tu versión de los hechos, Juan Carlos, seguro que es mucho más realista que la mía, y -sin duda- más acertada.

basiliopc dijo...

Y no puede ser que esas 500 personas, o la mayor parte de ellas, se presenten al Planeta, no con la intención de ganar el premio, sino para que alguien lea sus obras.
Porque, alguien las leerá por si pueden sacar de ahí alguna novela publicable. ¿No?