....Bajo tu sombra, Junio, salvaje parra,
ruda vid que coronas con tus pámpanos las dríadas
.............desnudas,
que exprimes tus racimos fecundos en las siestas
sobre los cuerpos que duermen intranquilos,
unidos estrechamente a la tierra que tiembla bajo
.............su abrazo,
con la mejilla desmayada sobre la paja de las eras,
la respiración agitada en la garganta,
como hilillo de agua que corriera secreto entre
.............las rosas
y los labios en espera del beso ansioso
que escapa de tu boca roja de dios impuro.
Bajo tu sombra, Junio,
yedra de sangre que tiende sus hojas
embriagando de sonrisas la pared más sombría,
la piedra solitaria;
Junio, paraíso entre muros, que levantas la antorcha
..............de tus árboles
ardiendo en la púrpura vesperal,
bajo tu sombra quiero ver madurar los frutos,
las manzanas silvestres y los higos cuajados de corales
..............submarinos,
la barca que va dejando por los ríos lejanos sus perfumes,
los bosques, las ruinas,
las yuntas soñolientas por los caminos
y el zagal cantando con un junco en los labios.
Quiero oír el inquieto raudal de los torrentes,
el crujido de las ramas bajo el peso del nido
y el resonante silencio de las constelaciones
entreabriendo sus alas como pájaros espumantes de fuego
al fúnebre conjuro de los nocturnos pífanos.
Bajo tu sombra quiero esperar las mañanas fugitivas
.............de frescura
y los atardeceres largos como miradas
cuando todo mi ser es un canto al amor,
un cántico al amor entregado,
mientras las manos se curvan sobre las espaldas desnudas
y mis párpados se tiñen con el violento jacinto de la dicha.
(Junio, 1957)
Sólo tu amor y el agua... Octubre junto al río
bañaba los racimos dorados de la tarde,
y aquella luna odiosa iba subiendo, clara,
ahuyentando las negras violetas de la sombra.
Yo iba perdido, náufrago por mares de deseo,
cegado por la bruma suave de tu pelo.
De tu pelo que ahogaba la voz en mi garganta
cuando perdía mi boca en sus horas de niebla.
Sólo tu amor y el agua... El río, dulcemente,
callaba sus rumores al pasar por nosotros,
y el aire estremecido apenas se atrevía
a mover en la orilla las hojas de los álamos.
Sólo se oía, dulce como el vuelo de un ángel
al rozar con sus alas una estrella dormida,
el choque fugitivo que quiere hacerse eterno,
de mis labios bebiendo en los tuyos la vida.
Lo puro de tus senos me mordía en el pecho
con la fragancia tímida de dos lirios silvestres,
de dos lirios mecidos por la inocente brisa
cuando el verano extiende su ardor por las colinas.
La noche se llenaba de olores de membrillo,
y mientras en mis manos tu corazón dormía,
perdido, acariciante, como un beso lejano,
el río suspiraba...
Sólo tu amor y el agua...
(Rumor oculto, 1946)
Pablo García Baena nació en Córdoba en 1923. Estudió historia del arte y pintura en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal, donde conoció al pintor Ginés Liébana. Su primer libro, Rumor oculto, apareció en 1946. Un año después, funda la importante revista Cántico (1947-1949 y 1954-1957), junto a los también poetas Ricardo Molina, Juan Bernier, Julio Aumente y Mario López; rara avis dentro del panorama poético español por su exigencia formal y estética, pero también por su vitalismo y sensualidad, características que los vinculaba con los poetas del 27, pero sobre todo con Luis Cernuda, a quien le dedicaron un número monográfico, contribuyendo decisivamente a su revalorización. Tras diversos viajes, en 1965 fijo su residencia en Torremolinos y luego en Benalmádena (Málaga), donde trabajó como anticuario hasta que en el año 2004 regresa definitivamente a Córdoba. En 1984 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Quizá la más completa recopilación de su poesía aparezca en el volumen Recogimiento (Poesía, 1940-2000, Ayuntamiento de Málaga, 2000), que lleva un estudio introductorio del poeta Fernando Ortiz. Su último libro se titula Los Campos Elíseos (Pre-textos, Valencia, 2006). Acaba de obtener el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
3 comentarios:
Hemos coincidido en el homenaje a García Baena, aunque tu entrada es mucho más prolija. Para mí este cordobés forma parte de la media docena de poetas españoles indispensables de las últimas décadas.
mientras en mis manos tu corazón dormía,
perdido, acariciante, como un beso lejano,
el río suspiraba...
Sólo tu amor y el agua...
Precioso poema. No había leído a este excelente poeta pero de inmediato lo soluciono. Saludos
Alba
Gracía Baena es el ejemplo de que aún hoy, a pesar de los cantos editoriales y ferias con carpas, existen poetas consagrados a la poesía. Además, has destacado dospoemas de a los que recurro demasiadas veces. Salud, amigo.
http://tropicodelamancha.blogspot.com
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