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Lo malo de la realidad real, esa que observamos con los ojos de la cara, en la calle, en el metro o en el aula, es que cada vez se parece más a la ficción, a las peores ficciones, a esas que nos inyectan en la telebasura. Lo peor de la realidad, decía, es que casi siempre aparece degradada por ficciones espurias, casi nunca por las más auténticas y nobles.
Lo malo de la realidad real, esa que observamos con los ojos de la cara, en la calle, en el metro o en el aula, es que cada vez se parece más a la ficción, a las peores ficciones, a esas que nos inyectan en la telebasura. Lo peor de la realidad, decía, es que casi siempre aparece degradada por ficciones espurias, casi nunca por las más auténticas y nobles.
* El cuadro es de Gerhard Richter.
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15 comentarios:
Sospecho que lo que llamamos realidad y no es más que lo que vemos, es una fantasía de nuesta imaginación que debe de estar en algún rincón de nuestro cerebro.
Una entrada muy lúcida, Fernando. Lo malo de la realidad es que ya no supera a la ficción sino que la imita. Vivimos en un estado de perplejidad continua.
Pilar
Es consecuencia de nuestra condición humana, empeñada siempre en demostrar a golpe de instinto primario que el animal que lleva dentro sigue vivo.
Ese cuadro me ha recordado la agonía de Omayra Sánchez, otra pesadilla atroz.
Un saludo
Pues sí, Fernando, y quizá lo peor sea el cariz de normalidad que ésta adquiere, así como la búsqueda y exposición infinita del todavía más. Pienso en la torpeza informativa y el circo mediático del trágico suceso de Francia, en la pornografía de los detalles, en el asedio televisado al asesino, pero especialmente aquí en España en el crimen atroz de esa banda que descuartizó y se comió a uno de sus miembros. Me sorprende – iluso - la reiteración y cobertura desmesurada que la noticia ha adquirido en todos los medios, y la repetición incesante del “y se lo comieron”, “y se lo comieron”... a todas horas, una y otra vez, sin fin. Únicamente les ha faltado darnos la receta.
Abrazos.
Sí, hay días en que todo se ve de color morado y dan ganas de repetir lo de IN NIHIL SAPIENDO IUCUNDISSIMA VITA (el adagio lo recoge Erasmo del Ayax de Sófocles en sus Adagiourum Chiliades, nº 1981).
En Japón representaron lo mismo hace siglos con los famosos tres monos del santuario de Toshogu. Uno se tapa los ojos, otro la boca y otro las orejas.
Pero ¿habría literatura si la realidad fuese sólo placentera?
Hoy en Gotemburgo hace sol y vamos a tener 15 grados. Ya hay flores en los parques y no me duelen los pies. ¡Hasta podría escribir un poema!
Seguro que por algún rincón de Barcelona os sonríe la fábula.
¡Un saludo muy cordial!
Ramón Puig de la Bellacasa
Pero la pregunta es la de siempre, la tan cacareada del huevo o la gallina. ¿La realidad imita a la ficción? ¿Es la ficción la que se nutre de la realidad? ¿Ambas llegarían al mismo punto de modo independiente? No sé, lo que sí sé es que me sigo quedando perplejo ante la naturaleza humana. ¿Real? ¿Irreal? A veces me siento perdido en la niebla (o en la tiniebla) de la existencia.
Impactante foto, Fernando
Se podría resumir en:
"La ficción, exhausta, corre tras la realidad"
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Fernando, obviamente quería decir, impactante imagen (cuando la fotografía se hace cuadro).
Saludototes
Creo yo que la relación entre ficción y realidad debería ser una especie de ósmosis unidireccional, en la que la ficción se nutriera de la realidad, en la que lo real fuera capaz de crear ficción, pero no al revés. Y en caso de que la ficción nutriera a lo real, habría de ser asunto claramente delimitado, envuelto en papel inequívoco de ficción.
La telebasura, la venta violenta, el escupitajo gratuito, crecen si la ficción se ofrece como real; asombran más, conmocionan y proliferan a lo bestia. Y eso confunde, maleduca e infecta.
La prueba del error está en que ese tipo de subrrealidad sólo ofrece necedad y espanto; nunca genera ovejas azul marino riendo a carcajadas mientras sobrevuelan océanos transparentes para que niños vivos y sin violar se lo cuenten a sus madres, que no están enfermas ni secuestradas.
En fin.
Saludos
Gabriel
Pues sí Fernando, muy bien descrito. Hay una ley de masas cuyos principios son las audiencias (habría mucho que hablar) que cree sentar cátedra no cada vez que hablan - imposible -, sino cada vez que te mandan a callar. Pues no hay que callar. Celebro tu comentario. Gracias
Saludos
Yo siempre he creido que la realidad supera a la ficción, o si no ¿dónde nos inspiramos para crearla?
Saludos cordiales.
Así es, todo decae, hasta la realidad.
Sic omnia fatis in peius ruere, ac retro sublapsa referri. (Por obra del destino, todas las cosas decaen hacia un estado peor, se hunden y vuelven atrás) Virgilio.
Salud y que no nos pase nada.
Francesc Cornadó
Así es Fernando y lo más grave es que ya no sabemos cuál es la naturaleza de nuestras sombras. Un abrazo.
Justamente estaba planteándome la idea de que la realidad se está tornando un completo suspenso, no sólo por lo que pinta la televisión. Los casos de asesinatos, asaltos, violencia, nos está tocando a todos y es preocupante. Buen blog, saludos!
Hola Fernando:
mientras leía tu entrada pensaba en este pobre hombre llamado Oscar Sánchez Fernández, de profesión lavacoches en una estación de servicio de Montgat -comarca del Maresme, Barcelona-.Fue detenido en Julio de 2010 acusado de ser "un capo de la Camorra napolitana encargado del tráfico de cocaína en toda Europa" -¡ahí es ná!-
la Guardia Civil lo deriva a la Audiencia Nacional que sin comprobar ninguna de las alegaciones lo extradita a Italia.
Allí será encarcelado
"preventivamente" durante ocho meses y luego juzgado por uno de los tantos delitos del que se le acusan y derivado a una cárcel de máxima seguridad en Nápoles. Este hombre, saldrá en libertad por la presión y movilización popular de todo el municipio. Resulta que una chica rumana, de muy buen ver, le hurta el DNI -hay versiones que simplemente, él se lo deja para que haga unos trámites y nunca más volvió a verlo- y se lo revende a un capo uruguayo de la mafia napolitana que durante siete años (¡7!) se mueve por Europa con este DNI. Cuando hacen las pruebas de identidad de voz un "genio" de la foniatría italiana afirma que "evidentemente Oscar Sánchez y Marcelo Roberto Marín son la misma persona porque ambos son..."disléxicos". Lo más terrible de todo esto es que el mafioso uruguayo-napolitano llevaba seis meses detenido en la cárcel de Las Palmas acusado de narcotráfico.
Sin duda estamos ante una mala, pésima y muy cutre copia de El Proceso en lo que hace a la inercia destructora de El Poder y sobre todo por lo que supone la extrema fragilidad de aquello que pensamos que es nuestra identidad administrativa, aquello que dice qué y quiénes somos -después de 626 días en el talego la Justicia Italiana resolvió que Oscar no era la persona que había cometido el delito-. Por otra parte, tampoco Oscar Sánchez y Josep K. se parecen mucho, pero puesto a escoger te diré que me cae muy bien la visceralidad de este humilde lavacoches de Montgat.
Pienso que los que estamos en los quehaceres de la literatura hemos de intentar, como mínimo, hacer algo digno con la ficción que ya vendrá con sus miserias, sus estupideces, sus "recortes" y hasta sus tragedias esto que hemos de aceptar como "la realidad".
salut,
hugo
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