domingo, 4 de marzo de 2012

Arne T. Worren, traductor del Quijote

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El  pasado 16 de diciembre murió en Oslo el profesor y traductor Arne T. Worren. A la mayoría de ustedes este nombre no les dirá nada, pero su versión al noruego de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha es una referencia imprescindible para todos los lectores de su lengua. Esta versión, que data del 2002, fue galardonada, lo ha recordado oportunamente Mario Lucarda de quien tomo los datos, con el premio Bastian, muy prestigioso, y con el de la Academia Noruega.
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Arne T. Worren (Ålesund, Noruega, 1924) inició su carrera en el mundo de las artes y las letras como empresario de una compañía teatral regional en Rogoland. Después fue profesor en un colegio, defendiendo su tesis sobre Góngora en 1974. Hasta 1994, año de su jubilación, dio clase en el Departamento de Lenguas Europeas de la Universidad de Oslo y formó parte del denominado “Grupo del Barroco”, época a la que dedicó numerosos trabajos en torno a autores tales como 
Calderón, Lope de Vega y el citado Góngora. Su pasión por el Siglo de Oro lo llevó a las antiguas bibliotecas nobles noruegas en busca de ediciones de los más destacados autores de este período, constatando el importante papel que desempeñó el castellano como idioma franco en la Europa del XVII.



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Como traductor publicó versiones de obras de Ignacio de Loyola, Cervantes, Clarín, Álvaro Pombo y Javier Marías, entre otros. Coincidí con Arne Worren en la tertulia del Oxford, en Barcelona, hoy trasladada a otro local, por cese del negocio, capitaneada por el maestro Alberto Blecua. Arne era un excelente conversador, apasionado por las cosas de España. Un hombre que sabía disfrutar de un buen vino y una rica comida, en compañía de amigos, y desde luego de una charla distendida y civilizada.
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1 comentario:

Joaquín Parellada dijo...

Muchas gracias, en nombre de los tertulianos oxonienses que conocimos a Arne, por tu palabras recordándolo. Era una persona extraordinaria, de una amabilidad, una educación y una cultura fuera de lo común. Y además, como diría el maestro, "muy simpático, simpatiquísimo...".
Abrazos,
Joaquín