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Un mundo de islas
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La carretera de montaña está cubierta de nieve. Me cuesta avanzar entre las curvas y llegar al claro donde me asomo. Abajo, entre la niebla, me espera un mundo de islas. Cada isla guarda un avión gigante y oxidado. Son aviones de otras épocas, de lata, con manchas de colores cuarteadas por el sol. Una larga hilera de ventanucos recorre cada avión. Entre la niebla se perfila luminosa y brillante, y en su interior crepitan seres pequeños.
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Patagonia
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Camino despacio por un desierto de piedra y arena. Las formaciones rocosas de las paredes suben hasta sostener picos altos y delgadísimos, construyen dibujos imposibles. En un claro encuentro un rebaño de turistas tomando el sol. Junto a ellos empollan unos pájaros gordos, clavados en la arena. A veces un niño turista se levanta, camina hasta los pájaros y les llena la boca de monedas doradas. Al parecer es lo único de lo que se alimentan.
Aire como agua
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Entro en un edificio hueco por dentro, de muchos pisos de altura. Subo en un ascensor esférico, transparente. Un ascensor escafandra. Desde allí puedo verlo todo. En el quinto piso peces gigantes nadan en el aire. Tienen los bigotes largos de los peces abisales, se mueven tan lentamente que parecen quietos. En el décimo, junto a las escaleras mecánicas, dos peces pequeños luchan por quedarse el poco aire que queda. El más grande se mete dentro de la boca del otro para aguantar unos segundos más.
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....* Mariana Torres nació en Angra dos Reis (Brasil), en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guión por la ECAM, trabaja como coordinadora y profesora en Escuela de Escritores desde su fundación. Ha escrito y dirigido el cortometraje Rascacielos (2010), reconocido en festivales internacionales de Italia, Estados Unidos, Australia e Inglaterra. Su relato "Todos los colores" ha obtenido el Premio Gabriel Aresti del 2010. Escribe artículos y microficción con regularidad en Otras hierbas (http://www.otrashierbas.com), espacio creado en el 2005. Estos sueños son inéditos.
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6 comentarios:
Muy muy sugestiva esta falsa -por lo meditada- escritura automática, que es seña de identidad de cierto surrealismo, como el surrealismo lo es de los sueños y estos de la introspección y ésta de la poesía (aunque sea en prosa)… Gracias por dejarnos probar estas otras hierbas literarias, Fernando. Espero los otros tres sueños de Mariana.
Un saludo desde el sur.
En los tres hay un elemento de extrañamiento que se resuelve con otro aún mayor. Al ser sueños la realidad aparece desfigurada, pero aún así se intuye, y quizás se acentúa aún más su farsa, y su cariz absurdo.
Un placer leer a Mariana, gracias Fernando.
Abrazos.
Son microsueños de sensación, a la vez que de imagen. Le dejan a uno con esa extrañeza de recién despertado, de haber dejado escapar la lógica o la costumbre de algo que, con los ojos cerrados era normal o habitual. Esa narración en presente, tan cercana...
Un placer volver a ver a Mariana.
Saludos
Gabriel
Heráclito dijo que los hombres, mientras se sumen en el sueño, trabajan y colaboran en el devenir de la realidad.
Ahora, con los sueños de Mariana, empezamos a darnos cuenta de que las mujeres también.
Ángel Zapata
Mariana fue mi profesora en el curso online de un mes que gané por ser finalista de Relatos en Cadena, y fue una gran experiencia. Me alegro de leer sus sueños, tan extraños y cercanos como cualquier pesadilla.
Saludos
Beatriz
Lo mejor de estas 'ciudades invisibles' es que son muy visibles. La delicadeza con que en tan poco espacio nos llevan de lo cotidiano a la alucinación. Me encanta la última imagen de 'Aire como agua'.
Besicos
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