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Hoy, domingo, se celebra en México el Homenaje al escritor José de la Colina, quien nació en 1934 en Santander. Sus padres, republicanos, se exiliaron, viviendo en Francia, Bélgica, Santo Domingo y Cuba, hasta asentarse en México, donde reside desde 1940. A los 21 años publicó su primer libro, Cuentos para vencer a la muerte (1955). Forma parte de la llamada Generación de Medio Siglo, junto a Juan García Ponce y Tomás Segovia, entre otros. Ha colaborado en numerosas revistas y diarios, entre las que destacan Plural y Vuelta. En el 2004 apareció en el FCE, de México, su libro Traer a cuento. Narrativa (1959-2003), donde se reunen sus cuentos casi completos. En colaboración con Tomás Pérez Turrent ha publicado un volumen de conversaciones con Luis Buñuel titulado Prohibido asomarse al interior. Su último libro, hasta donde yo sé, se titula Portarrelatos (Ficticia, México, 2007), y se recoge en él su narrativa brevísima. Los textos que damos a continuación forman parte de este conjunto. En España, apenas se le ha prestado atención, ¿por qué?
"La metamorfosis, según Chuang Zu"
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado "El dinosaurio". -Ah, es una delicia -me respondió- ya estoy leyéndolo.
4 comentarios:
Fernando, esa misma pregunta me hago repetidamente, porque no tiene mayor difusión es España, es un verdadero maestro de la crónica,el cuento y el relato breve o minificción sus colaboraciones en Milendio Diario y su blog en la revista Letras Libres son una delicia.
En México es maestro de varias generaciones y es muy apreciado y valorado
El que esté en ésta nave ya es una excelente locura y homenaje.
Un abrazo.
Sergio Astorga
Felicidades a José, por su cumpleaños, por sus preciosos cuentos.
A tí, Fernando: gracias por traerle hasta aquí.
Muy real, aunque parezca un chiste, el de “La culta dama”. Me ha recordado, por todo lo contrario, una frase de Woody Allen que decía algo así como: Hemos leído Guerra y Paz en un curso de lectura rápida. Creo que iba de Rusia.
La metamorfosis, según Pascal, genial.
Un abrazo
Alba
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