miércoles, 4 de marzo de 2009

Con las Filologías amenazadas de la Universidad del País Vasco

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La Universidad suele proporcionarnos pocas alegrías, de ella sólo nos llegan malas noticias. Cuando no son los políticos, son los propios gestores universitarios quienes se extralimitan en sus atribuciones, o los alumnos más radicales en el abuso de sus derechos. Los profesores de a pie, los que se dedican a dar sus clases e investigar, o llevar a cabo una gestión eficaz y discreta, reciben por todos los frentes. Ahora, la Universidad del País Vasco, acatando un decreto del Gobierno autónomico, publicado el pasado 29 de enero, ha decidido eliminar las licenciaturas de Filología Hispánica, Alemana, Francesa y Clásicas, porque tienen menos de 30 alumnos en el primer curso, aunque los políticos y los rectores académicos no paran de decirnos que la Universidad no va a regirse por las normas del mercado. Los alumnos más sensatos, siempre la mayoría, quienes a la hora de la verdad suelen ser más valientes y menos demagogos que las autoridades académicas y políticas, se han movilizado y protestado enérgicamente en contra de la supresión de estas titulaciones, dejando claro que a lo que aspiran es a una enseñanza de calidad, más que a las estadísticas y al dinero que dejan en las matrículas. Por lo que respecta a Filología Española, la materia que yo conozo, en la UPV enseñaron nada menos que Carlos Blanco Aguinaga y Paloma Díaz-Mas, excelente narradora y experta en el Romancero y en la literatura sefardí, y siguen siendo profesores de la casa Rita Gnutzmann, de Literatura Hispanoamericana, María Eugenia Lacarra y Carlos Mota, reconocidos expertos en la literatura española medieval y del Siglo de Oro, Juan José Lanz, uno de los mejores conocedores de la poesía española de las últimas décadas, y la joven pero brillante Natalia Vara, por sólo recordar unos pocos nombres. Pero, por lo visto, a los políticos vascos sólo les preocupa la rentabilidad ecónomica, ya que tanto desdén muestran por la incidencia social y cultural de estos estudios.
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Reproducimos a continuación el Manifiesto de la Plataforma de Defensa de las Letras.
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Ante los rumores aparecidos en prensa sobre la desaparición de las titulaciones de Filología Hispánica, Francesa, Clásica y Alemana en la Universidad del País Vasco (UPV), los alumnos y profesores de la Facultad de Letras manifestamos lo siguiente:
1) La eliminación de estas cuatro filologías supone la amputación de una parte fundamental del patrimonio cultural de la Comunidad Autónoma Vasca, con la disminución del capital intelectual y simbólico que ello supone y el coste social que implica en el marco europeo en que nos ubicamos.
2) La L.O.U. y los Estatutos de la UPV definen como uno de los objetivos principales de la Universidad la “preparación para el ejercicio de actividades profesionales”, pero, según recogen la ley y los citados estatutos, es también tarea primordial de la Universidad garantizar “la difusión del conocimiento y la cultura”, “el desarrollo de la ciencia […] así como […] la transferencia del conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de la vida” y la formación de una actitud “crítica”.
3) No se puede estructurar la enseñanza superior atendiendo exclusivamente a las necesidades mercantiles de un sistema económico y social que proyecta su rentabilidad económica a corto plazo. Los beneficios sociales de los estudios humanísticos, y de las filologías en particular, son mucho mayores que las ganancias económicas directas que se producen en un sistema de mercado como el que soportamos.
4) El papel de la investigación y de la transferencia de conocimientos en Filología es quizá más difuso que en los dominios de las ciencias duras, pero su impacto social y cultural es tan profundo y duradero como el de aquellas.
5) La eliminación de las cuatro titulaciones de Filología en la UPV plantea dos problemas fundamentales: la redefinición del saber en el estadio actual y el papel que la enseñanza superior, pública y de calidad, desempeña en nuestra sociedad.
6) La supresión de estas cuatro titulaciones de la Universidad pública abre el debate sobre la implantación de un modelo privatizado en la enseñanza oficial.
7) A su vez, la extinción de estas cuatro titulaciones cuestiona y desarticula el futuro de la enseñanza secundaria en la Comunidad Autónoma Vasca y su valor como servicio público obligatorio e indispensable para la formación de los ciudadanos. ¿Qué sucederá cuando la demanda de nuevos filólogos en secundaria no pueda ser satisfecha? ¿Quién va a desempeñar esa labor?
8) Es necesario repensar el papel de la investigación y de la transmisión del conocimiento en la UPV y en la propia sociedad vasca, y el papel esencial que en ésta desempeñan los estudios de Filología.
9) El estudio de las filologías no es sólo un modo de erudición, sino una forma de profundización en la cultura y de construcción de una identidad histórica y social, tanto en nuestra comunidad como en el contexto europeo.
10) La Universidad debe desempeñar el papel de garante de una conciencia crítica en la sociedad, a la que sirva como espacio de reflexión y de defensa rigurosa de los valores de un sistema plural.
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Os invito a que déis vuestra opinión sobre la supresión de estos estudios en la Universidad del País Vasco. Por mi parte, me sumo al Manifiesto y añado mi protesta contra una medida que me parece utilitarista, demagógica y arbitraria. Espero que los nuevos gobernantes de la Comunidad Autónoma, los políticos del Partido Socialista, rectifiquen el grave error cometido por los del PNV, de los que nada sensato podía esperarse.
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* Las esculturas son de Oteiza.
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15 comentarios:

Anónimo dijo...

La decisión del PNV es equivocada, a mi entender. La oferta educativa debe ser tan amplia y variada como sea posible, para que todos hallemos lo que buscamos. Me parece que fue (hace muchos años) Victoriano Fernández Asís, quien dijo que no habrá una sociedad mejor sin una universidad mejor. Creo que la universidad merece todos los esfuerzos.

Juan Carlos Márquez dijo...

Primero, sacaron el griego de los bachilleratos; ahora, algunas filologías: El analfabetismo de los políticos no tiene límites.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Fernando, eso mismo está pasando en Andalucía, pero con el límite en 20 alumnos de nuevo ingreso. En la Junta de Andalucía, con el beneplácito de la mayoría de los rectores, se aplica el siguiente criterio: no puede haber titulaciones duplicadas si tienen menos de veinte alumnos, aunque se garantiza que al menos habrá un título con independencia del número de alumnos (imagínate: las grandes comiéndose a las pequeñas). Tampoco se tendrá en cuenta este criterio en aquellas que tengan "especial relevancia" por razones estratégicas o culturales (este cajón es tan elástico como quiera el mandamás de turno). Es evidente que estamos asistiendo a una reconversión de la Universidad española a rebufo de Bolonia. Y que todo lo que no se traduzca inmediatamente en rentabilidad en el mercado pasa a un tercer plano o desaparece. No hay más que ver los criterios de financiación, donde se premia la "ocupabilidad" y a los alumnos se les llama "clientes". Como si el proceso de "ocupabilidad" de un ingeniero industrial fuese el mismo que el de un licenciado el Filología Árabe. Y lo del griego que dice J. Carlos no es baladí. La reconversión empezó hace años en Secundaria: si allí se recortan posibilidades docentes y, por tanto, se anula la demanda, se justifica el recorte en la universidad por falta de demanda. La Enseñanza, en este país, empezaron a destrozarla los ministros socialistas, y siguen en ello. No creo que cambie nada en el País Vasco si gobiernan. Un abrazo.

Unknown dijo...

Me acaba de escribir Juan José Lanz,y me ha enviado el manifiesto,lo hemos firmado de inmediato Ricardo y yo, el tema de la eliminación es un sin sentido mas dentro del espiritu nacional vasco que tanto daño está haciendo a necesaria y urgente concepción abierta y progresista de la cultura en la que poder y deber integrar el saludable conocimiento además del Euskera de otras lenguas como el Español,Francés o Aleman que forman parte del Patrimonio de la Humanidad, no quiero extenderme mas, pero es un urgente una movilización en defensa de estas filologías que son la salvaguarda de una pluralidad intelectual en libertad.

un saludo a todos
Julia Otxoa

Anónimo dijo...

Querido Fernando:

Me sumo al manifiesto de los profesores de filología en el País Vasco con amargura y tristeza. Yo tuve la suerte de estudiar en una universidad pequeña ( entonces el Estudi General de Lleida)con muy buenos profesores ( Jaume Pont, Guillermo Serés, Pere Rovira, Paco Tovar)y sentí como una ventaja que las clases no fueran amplias y tener un acceso directo al profesor. La universidad es un bien y por ello debe estar por encima de la ley de la oferta/demanda. Tiene que servir a los ciudadanos en su formación y ofrecer una pluralidad de materias. ¿Quién se hará cargo en unos años de los puestos de profesores de instituto de estas lenguas y literaturas? ¿ y en los colegios privados y concertados? No habrá docentes, por lo que también se eliminaran estas materias en Secundaria. Hay que protestar ante tal atropello, en el País Vasco o donde convenga. Como licenciada en filología hispánica y como editora de la revista INSULA me sumo a la protesta y abro las páginas de la revista a una reflexión sobre este asunto que tanto nos lastima a quienes vivimos las letras no como una mera profesión sino como una vocación y un servicio público.

Un abrazo,

Arantxa Gómez Sancho
Editora
INSULA

Unknown dijo...

Arantxa, te honra abrir las páginas de Insula para el debate sobre Bolonia, porque el conflicto hasta ahora no ha salido de las universidades y creo positivo que salga hacia la sociedad, porque sus consecuencias la de la implantacion de la ley Bolonia son nefastas, profesores con los que hablo en Alemania,Italia,Francia, nadie está contento, porqué entonces se deja hacer? el debate social, cultural es imprescindible, ante la barbarie disfrazada de efectividad demanda oferta social, opongamos el pensamiento, el conocimiento como horizonte imprescindible para la vida y la convivencia.

un saludo
Julia Otxoa

hombredebarro dijo...

Doy clase de Latín y Griego en Bachillerato. Según los años el número de mis alumnos ha oscilado entre 4, el curso con menos matrículas, y 12-13, el año con más, en 2º de Bachillerato. Este año tengo 21 en 1º, de los que el año que viene podrá haber en 2º 14, por dar un número. Quiero decir que son materias que necesitan plazos largos y no pueden las autoridades académicas dejarse llevar por los momentos críticos. Generalmente porcentajes considerrables de esos números corresponden a alumnos de cierta brillantez académica,cuando no sobresaliente. Otra cosa es los que se deciden por cursar en la Universidad esas materias. Son excepciones y rarezas los que se empeñan en una Filología Clásica. Ya se sabe, no hay salidas inmediatas y no son estudios de moda, etc.
En vez de mimar a quienes se interesan por esas especialidades y abrir el campo de sus espectativas futuras con acuerdos con la empresa, se pretende eliminar esos estudios. Qué preclaras calaveras al
frente de todos los gobiernos.
Imaginaos que se le vendiera a las empresas del sector que fuese ( y de vender se trata en estos tiempos)que los alumnos formados en esas dsiciplinas pueden ser excelentes en cualquier ámbito del mundo laboral. Pongo ejemplos: en publicidad, en empresas de formación, en los ámbitos de selección de personal, etc. Como ha conseguido hacer creer la sicología.
En fin.
Un saludo.

Javier Quiñones Pozuelo dijo...

Fernando, me ha enviado Javier Lluch en un correo electrónico el manifiesto que incluyes en tu entrada; no me lo he pensado dos veces y lo he colgado en mi blog y también las direcciones para enviar la protesta. Todo esto es una vergüenza. Tiene razón Antonio, la cosa empezó hace ya años en la Secundaria con el arrinconamiento de las literaturas y aunque algo menos también de la lengua,y con la práctica desaparición del latín y el griego; la honda expansiva llega ahora a la universidad. ¡Vamos por mal camino, o mejor dicho, algunos se empeñan en ir por mal camino!
Un abrazo y mi solidaridad con los profesores y alumnos de la Universidad del País Vasco.

Anónimo dijo...

Fui alumna de una clase de bachillerato en la que estábamos diez personas en clase de latín y siete en griego. Ahora en la carrera, filología hispánica, el número de alumnos rara vez ha sobrepasado la cincuentena, y en la mayoría de los casos ha llegado a la mitad. Y eso lo he considerado siempre un privilegio pero, claro, yo no lo veo con ojos de empresario.

Añadir que esto no sólo ocurre en el País Vasco o en Andalucía, sino que en Aragón, la Universidad de Zaragoza ha anunciado que para el próximo curso recortará unas quince titulaciones entre las delegaciones de Zaragoza, Huesca, Teruel y la Almunia de doña Godina. ¿Qué pretenden estos políticos, que el día de mañana no haya cultura? ¿No haya profesores? ¿En los colegios no se enseñe a leer, sino sólo a consunir? Por supuesto, me uno al manifiesto. La prepotencia de los que sólo nos llevan al analfabetismo me enerva.

María dijo...

El desarrollo del pensamiento crítico que nos sirva para tener una vida civil participativa, más democrática, para ser buenos ciudadanos (aquellos que ejercen activamente su ciudadanía, que no se dejan engañar ni llevar con facilidad y que aprenden a respetar a los demás) está inevitablemente vinculado a las humanidades. Que los políticos se muevan por intereses económicos quizá enriquezca a algunos, pero empobrece inevitablemente a nuestra sociedad al favorecer el adocenamiento.

jesuhristo dijo...

Muchas gracias por tu publicación y por tu apoyo. Linkearemos tu blog desde el nuestro, de acuerdo?

¡Muchas gracias!

Sergi Bellver dijo...

Medidas como esta van en contra de la propia etimología de la palabra "universidad".

Reducir el saber, la cultura, el conocimiento y, sobre todo, la curiosidad, a todo lo que encaje en un molde armado con intereses políticos y económicos se parece a lo del maíz transgénico: el utilitarismo y la productividad parecen "valores" a corto plazo, pero no tardarán demasiado en traer el desierto a las puertas de nuestra sociedad.

Anónimo dijo...

Estimado colega:

en tanto que afectada, por mi doble condición de docente de alemán en la UPV/EHU y de presidenta de la asociación GERN (Germanistas de Euskadi, la Rioja, Navarra), le agradezco enormemente su apoyo y la difusión que da a nuestro problema a través de su blog.
A mi modo de ver, esta situación supera los límites de lo estrictamente universitario y tiene que ver con la falta de interés y senisbilidad de nuestras autoridades hacia la enseñanza de las lenguas (incluso de las propias). De hecho, uno de los motivos de la baja matriculación en carreras como la mía o la Filología Francesa es sin duda la inexistencia de una segunda lengua extranjera obligatoria en secundaria: si los alumnos no tienen contacto con estas lenguas antes de llegar a la universidad, es difícil que se decidan a cursar dichos estudios. El cierre de las filologías implica que en nuestra comunidad autónoma no podrán formarse profesores de dichas especialidades y, si en un futuro las autoridades educativas deciden al fin reforzar la presencia de estas lenguas en la enseñanza preuniversitaria, se encontrarán con que no hay un profesorado formado adecuadamente, o no al menos que esté en posesión de los certificados de conocimiento de euskera necesarios para enseñar en el País Vasco. Son sin duda medidas cortoplacistas que, una vez adoptadas, será muy costoso revertir.

Caminante dijo...

Con tu permiso, y el de tus comentaristas anteriores, publicaré en mi blog el Manifiesto en defensa de las Letras y la opinión que tenéis al respecto, a la que me adhiero, porque sin formación no somos nada, hojas caídas a favor de la corriente, al albur de lo que quiera el que tenga "mando" en "plaza".
Gracias a tod@s. PAQUITA

Anónimo dijo...

Fernando, yo también me sumo al Manifiesto de la Plataforma de Defensa de las Letras.
Mi asombro no tiene límites aunque, en relidad, no debería extrañarme.
¿Cómo podría detenerse esta mutilación?