martes, 10 de febrero de 2009

Giotto/Rothko

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En la Gemäldegalerie, de Berlín, en un pequeño espacio acotado e íntimo, puede observarse el diálogo que se establece entre "La crucifixión de Cristo" (c. 1315), "La dormición de la virgen" (c. 1310), de Giotto (1264-1337), y la composición "Reds nº 5" (1961), de Mark Rothko (1903-1970), bajo el título común de "La tangibilidad del cuadro". La exposición pretende trazar vínculos entre el arte moderno y los maestros antiguos. Así, el título apela a la cualidad material de la pintura en ambos artistas, a su carácter físico; si bien, lo que en Giotto es percibido como plasticidad de los cuerpos, en Rothko se convierte en enormes masas de color no exentas de la mayor ingravidez. Así, podemos percibir de qué modo Rothko llegó a trascender, en sus composiciones monocromas, la materialidad del color que descubriera Giotto, allá en los albores del Renacimiento.
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El artista americano, considerado como uno de los principales representantes de la Escuela de Nueva York, del expresionismo abstracto, siempre insistió en que él no era un pintor abstracto, catalogando sus obras como murales, descendientes de la técnica italiana clásica de pintura al fresco. El cuadro expuesto forma parte de los llamados campo de colores, creados a partir de la década de 1950, que le proporcionaron reconocimiento internacional. Lo que le interesó a Rothko, de la obra del pintor italiano, fue su capacidad para organizar el espacio y la acción por medio del color. Y como Giotto, trató de intensificar las masas de colores que iban a ser observados por el espectador como figuraciones de acción y emoción.
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El objetivo de la pequeña muestra, en suma, es llamar la atención sobre la influencia que ejercieron en el artista abstracto algunos pintores italianos renacentistas como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, y especialmente Giotto. Rothko encontró en los renacentistas una dimensión mística, una plasticidad y una organización del espacio que le interesaron hasta el punto de viajar varias veces a Italia. Así, apunta Stefan Weppelmann, comisario de la muestra, los marcos arquitectónicos, el pan de oro, y las figuras de líneas bien delimitadas de Giotto, sirvieron de inspiración a un Rothko que había comenzado a ser conocido y a forjarse un estilo personal, caracterizado por sus célebres rectángulos de color. Precisamente el punto de unión entre ambos artistas reside en un uso similar del color, como herramienta para crear estructuras.
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En “La dormición de la Virgen”, el marco de la escena se vale de la forma triangular de los tímpanos de los templos griegos. María aparece acostada sobre una cama en el centro, contrastando su horizontalidad con el hieratismo casi vertical de los apóstoles y ángeles que la acompañan. La silueta aislada de Cristo, en su serenidad, queda un poco al margen de las demás, una muestra más del clasicismo del pintor, a pesar de no conocer el arte griego, que puede observarse también en los vuelos y volúmenes de los trajes, en la contención de los gestos. En el cuadro se repiten los contrastes entre el rojo y el azul de las túnicas que visten los apóstoles, creando una "estructura simétrica". En "Reds n°. 5" observamos una cierta degradación de color, del magenta al cadmio, que refleja la preocupación de Rothko por los estudios de color.......

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* Presunto retrato de Giotto, atribuido a Paolo Ucello.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces, también, entre lo sucio, nos invade la belleza.
Gracias, Fernando,
Natalia

sigma dijo...

Fernando, continuamente tendríamos que revisar a los artistas antiguos, tenemos mucho que aprender de ellos, y ,para mí , hay algo en común a todos, a los de antes y a los de ahora,más allá de las explicaciones, y es la capacidad de emocionar que tienen.Claro, que a veces también tengo mis dudas, porque hay quién se emociona viendo Gran Hermano.

Samuel Andrés Arias dijo...

¡Qué buen blog! Aprovecho para felicitarlo también por el buen prólogo a Todos los cuentos. No imagina las peripecias para conseguirlo aquí en Colombia, pero hoy lo logré.

Fernando Valls dijo...

Samuel, tenemos un potencial de lectores inmenso en castellano, pero no hemos logrado que los libros circulen con normaliodad en los países de habla hispana, lo que supone un grave problema que habría que solucionar.
Te aseguro que tu empeño en dar con el libro de CFC se verá recompenado en la lectura de sus cuentos.