jueves, 29 de enero de 2009

WISLAWA SZYMBORSKA

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------"Vermeer"
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Mientras esa mujer del Rijksmuseum
con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
la leche de la jarra al cuenco
no merecerá el Mundo
el fin del mundo.
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* El martes pasado fue presentado en la ópera de Cracovia el nuevo libro de Wisława Szymborska, titulado Tutaj (Aquí), publicado por la editorial Znak, de esa ciudad. Asistieron al acto unas setecientas cincuenta personas y la autora leyó once de los diecinueve poemas que componen el conjunto. La lectura estuvo intercalada por las improvisaciones de trompeta de Tomasz Stanko, famosísimo músico polaco de jazz que acababa de regresar de Nueva York. La presentación estuvo al cuidado del prestigioso crítico de poesía polaca Marian Stala. Al concluir el acto, sus traductores habituales al castellano le entregaron a la escritora un ejemplar del libro, convertido en una especie de collage, puesto que incluía también una primera versión a nuestra lengua de sus nuevos poemas. Todo esto nos lo cuenta su Alteza imperial, el príncipe Vilanovoski, comodoro de nuestra nave, destacado en la ciudad polaca, y añade que la señora Szymborska, quien tiene fama de ser tímida y poco amiga de este tipo de jolgorios, se mostró encantada con el regalo y estuvo bromeando con los traductores. Este poema, inédito en castellano, forma parte del nuevo libro que en España publicará Igitur. La versión es de Gerardo Beltrán y Abel Murcia.........

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8 comentarios:

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

¡Unas setecientas personas! Jamás pensé que la poesía pudiera congregar a tanta gente. Si ella merece felicitaciones por sus estupendos versos, su público es digno de admiración. Lástima de España.

Anónimo dijo...

Desde luego nada sucedería si nos diese igual el Nobel de Literatura, pero no se me ocurre mejor respuesta a la ironía de Julia Uceda que este maravilloso poema. ¿Quién leería a Wislawa Szymborska fuera de Polonia si no hubiera sido Nobel? Yo no, desde luego.

Saludos,
Ricardo MS

Anónimo dijo...

Sí. eso es lo terrible: ¿quién la leería, fuera o dentro de Polonia, si no hubiera sido Nobel? Y el poema sería igual de magnífico.

Anónimo dijo...

A rebufo del Nobel.

En Juan Marsé todo es literario: la trama, los nudos, el lenguaje, las pasiones, siempre siento en su lectura, que me hallo ante un retrato robot de lo que es un escritor universal: inconmensurable, digno, excesivo, honesto, prolijo, expansivo, de pluma grande y fuerte, "de manos grandes y fuertes", de ahí que a veces tropiece con los objetos (llámese la corte o el mundo editorial). Polémico, lo acepto; lo espero.
Deudor de un carácter en su palabra que levanta testimonios y aviva reflexiones, exageradas tal vez; también se las perdono; fiel a su poética, logra convocar una y otra vez al lector: tiene qué decir y tiene quién desea leerlo. Proveniente del reino natural de los que nacen y miman el “don” desfleca, construye, crea. Y cumple ciertas certezas:
decía Benjamín Prado que “en un poema (aplíquese a la literatura) la inteligencia sin belleza o la dignidad moral sin valor estético no sirven para nada”. Él es hondo, sanguíneo, embrida las palabras y rebosa con los silencios. Parece que lo ha dicho todo y, entonces, alcanza nuevos límites, regresa y nos ofrece en el que fuera Premio Nacional de Narrativa 2001, la magnífica Rabos de lagartija, cuando ya parecía que su brillantez estaba hartamente consolidada. Lo más difícil o encomiable es ser un Auden o un Lowell o un Marsé: ser capaz de seguir buscando después de haber llegado al todo.

Leo Medea o Edipo y cualquiera de mis alumnos (adolescentes y por tanto en edad difícil para el hábito lector) accede al conflicto y al pathos. Leo a Marsé en el aula y sus Últimas tardes con Teresa sigue siendo un texto de iniciación, de comunión, que convoca y genera cierta epifanía; que nace para la adicción.
Creo que ÉL tiene la voluntad de sostener una mirada a pesar del tiempo. Y la tendrá.
Ese es el filtro literario por donde debería colarse un Nobel; así que me niego: no me da igual, Julia, lo siento (tono irónico, por supuesto).

A tu esfuerzo, Fernando añado parafraseando a Marina Tsvietáieva (para mí, una de las grandes poetisas rusas y magnífica ensayista literaria) que “los libros deben valer para unir”: así tu blog, así tus propuestas, cañamazos sobre/para/de literatura.
De nuevo, un abrazo,
Natalia

Anónimo dijo...

http://ambaryspunk.blogspot.com/search?q=WISLAWA+SZYMBORSKA

Olga Bernad dijo...

Lo mío es peor, no la había leído ni siendo Nobel. Pero esas cosas tienen arreglo.
Me quedo con el color de pensamiento que me ha dejado esa poética llamada de atención sobre el cuadro de Vermeer. Y me lleva a pensar que también el gesto a la vez natural y mágico de su astrónomo, con esa mano que parece querer acariciar el mundo, tiene algo salvador.
Un saludo.

Manuel Abacá dijo...

Qué poema tan bueno. Estaré atento a esa publicación.

Rosabcn dijo...

Szymborska es una de mis poetisas favoritas, si es que puede hablarse de 'favoritos'. Pero sólo he leído sus poemas en holandés, es una pena que no pueda entenderlos en el idioma original. Aunque he traducido, no me gustan mucho las traducciones, siempre pierden.

Ahora me doy cuenta de que anteriormente entré en un fragmento antiguo del blog...todos estos fragmentos aparecieron de repente como por arte de magia.

Casualidades de nuevo, la pintura de Vermeer y la mención del Rijksmuseum de Amsterdam. El director... bueno, esto es otra historia.

Y vivo en Holanda.

Un placer de nuevo haber descubierto estos textos!
Necesito semanas para ponerme al día.