viernes, 16 de enero de 2009

El caso del Nadal y el jurado soplón

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El fin de semana se presenta entretenido... Para Juan Palomo cualquier excusa es buena para meterse con el diario El País. Y no es que le falten razones, pero tampoco ellas son precisamente la casta Susana... Así, en el blog de El Cultural, entrada del 7 de enero, parecen sorprenderse de que el mismo día del fallo del Premio Nadal, diéramos aquí la noticia del ganador, achacándolo a la incontinencia verbal del jurado... Pues no, la verdad, la cosa es más sencilla. La noticia la daba La Vanguardia, y de allí la saqué yo. El mérito, por tanto, es mínimo, y la culpa del jurado, en este caso, ninguna.
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A decir verdad, cierto pecadillo sí debió de cometer alguno de sus miembros, me imagino que el que ejerce como crítico en El Cultural (en el invierno de su desesperación, tras la reseña que Jordi Gracia le dedicó a su libro en El País), también conocido ahora como Garganta superficial; no en vano, en el mismo blog, unos días después, el 13 de enero, se nos relataban los entresijos de la votación del Nadal, en los siguientes términos:

"Me cuentan -apunta Juan Palomo- que el fallo del último premio Nadal, concedido a Maruja Torres, fue menos sencillo de lo que la editorial pensaba, y que al final tuvo que ser el propio editor, Emili Rosales, quien decidiera la partida, porque el jurado estaba dividido por la mitad, 2 a 2, y nadie daba su brazo a torcer. Me aseguran también que el nivel era flojo tirando a malo y a peor. Para empezar, y a pesar del seudónimo, ninguno de los jurados era ajeno a la identidad de la autora de Esperadme en el cielo, porque Torres no disfrazó su identidad en un relato en el que habla de Beirut y de íntimos amigos como Terenci Moix o Vázquez Montalbán. Y sí, me dicen que es un libro divertido, que no está mal y que tiene cierta gracia... Pero ¿es eso suficiente? Me temo que no. Y lo mismo malpiensan los editores, que sospechan ya la respuesta de la crítica antes incluso de que el libro vea la luz, aunque confían en que el público sucumba a la campaña mediática que desde ya mismo le están haciendo en su periódico".
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Dejadme ahora, para acabar, que aclare algo. Los amigos, a veces, como es natural, me comentan cosas, pero no se me ocurre contarlo aquí. Primero, y principal, por respeto a ellos; y segundo, porque si me dedicara a desvelar lo que se dice en una conversación privada, nadie volvería a hablar conmigo. En suma, que sólo explico, si viene a cuento, aquello para lo que se me ha concedido permiso explícito.
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P.S. Y para acabar también con El Cultural, sorprende que en el balance del año, la novela Derrumbre, de Ricardo Menéndez Salmón, sólo fuera recordada por Ángel Basanta. Si ya se equivocaron apoyando a Juan Manuel de Prada, ahora tienen como ídolo a Agustín Fernández Mallo. ¿No se cansan de acertar tan poco?
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* El fotomontaje es de Josep Renau.
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2 comentarios:

Cristóbal dijo...

Fernando,

Coincido totalmente con tus apreciaciones, especialmente con el P.S. Se ve que no, que no se cansan de errar sus tiros, pero supongo que mientras mantienen sus apuestas, todos (ellos y los autores elegidos)contentos.

Saludos,

C.-

Tercera Opinión dijo...

Felicidades por un artículo tan bien escrito. Estoy completamente de acuerdo contigo.

Tengo la sensación que de un tiempo -lejano- a esta parte los ganadores de concursos tienen cada vez menos calidad.

El colmo de los colmos fue Álvaro Pombo con su "La fortuna de Matilda Turpin". Este es el mejor libro que le puedes regalar a una persona para que no vuelva a leer en su vida.

Me alegro de haber conocido tu blog, un saludo.

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http://www.terceraopinion.net