jueves, 20 de junio de 2013

El microrrelato en la vía pública

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Microrrelatos disfrazados de pájaros verdes para La noche en blanco, por María Paz Ruiz Gil
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Recibí una invitación del Ayuntamiento de Málaga para participar en La noche en blanco, una iniciativa que promueve más de ciento cuarenta actividades culturales que se desarrollan en el centro de la ciudad, ¡y todo esto en una misma noche!
Así como hay talleres de pintura, conciertos y catas de vino, los organizadores querían una acción que vinculara a los malagueños con la literatura.
Los microrrelatos les resultaban atractivos por su extensión y por su novedad, pero también manifestaron un interés porque la actividad estimulara a los paseantes a participar y a crear.
Así que ingenié una instalación en la vía pública que reuniera microrrelatos en acción. Estaba claro que mis textos necesitaban un formato visual. De ahí nació la idea de La jaula de las palabras, un túnel de red del que colgarían doscientas pajaritas de papel verde con un microrrelato dentro. Después de que el visitante leyera el texto le aguardaba una sorpresa........

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La elección del pájaro fue un reto. No quería hacer la pajarita típica, y después de algunos ensayos encontré lo que estaba buscando, un pájaro con pico y alas batibles que parece un papagayo latinoamericano y que me resultó más complicado de plegar, pero que al ponerse en grupo daba la sensación de bandada en vuelo.
Durante días, y con la ayuda de mi amiga Cristina Gómez se hizo el trabajo de origami (arte en papel) y costura, pues para que los pajaritos pudieran suspenderse en el aire decidí usar un hilo fino, con la idea de que cualquiera fuera capaz de cortarlo con sus manos.
Los primeros en llegar fueron los niños, quienes estuvieron preguntando toda la tarde cuándo iba a abrir la jaula. Yo intuí que esto podía ser así, y tenía seis modelos de microrrelatos, aptos para públicos de todas las edades, pero bien es cierto que mis ideas sobre Dios, la conciencia y la muerte se suelen asomar en mis letras y algo de humor negro se me coló entre las líneas.
En cuanto se encendió la pantalla de la Plaza del Teatro dio comienzo la función.
Cinco textos cortos empezaron a iluminar la calle y llegaron los primeros curiosos............

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Ante ellos tenían un cartel explicativo con la idea de la actividad, pero fueron pocos los que leyeron las instrucciones. Todos querían elegir un pájaro cuanto antes. Lo cortaron, lo desplegaron y luego vinieron a verme. Yo los esperaba con folios y lapiceros para que ellos crearan su propio microrrelato.
La mayoría de los participantes no sabía qué era eso, así que tuve que explicarles y definirles la nueva palabrita. Esta frase hará reír a muchos cultivadores del género, pero sí, en algunos casos es imprescindible definir.
También llevé unas octavillas impresas con los consejos que consideré más importantes para escribir estos textos: brevedad, ficción, sugerencia, impacto y acierto.
Después de hacer todo tipo de caras sobre si esto era posible, se sentaron y dieron comienzo a su momento creativo. Incluso los niños se animaron a escribir. Me llamó la atención que todos los participantes necesitaran tanto silencio para poder generar un texto. Las amigas que venían juntas, se sentaron separadas, los esposos no compartían su papel hasta que estuviese terminado su microrrelato, y los niños preguntaban a sus madres cómo se escribía una palabra, pero lo hicieron por su cuenta y mostraban caras de gran concentración.
Los más valientes pasaron a leerlo en un micrófono que había en la plaza, y los más tímidos vinieron para leérmelo en voz baja. Luego fueron a colgarlo de la red..........

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Debo decir que muchos de estos textos no fueron precisamente microrrelatos, pero hubo alguno que sí lo consiguió y eso me trajo una gran satisfacción.
La jaula estuvo abierta solo por tres horas, el tiempo que tardaron en ser arrancados todos los pájaros de la red. Tuve ocasión de hacer algo que no sé si me volverá a ocurrir, y es que en lugar de firmar libros, esta fue la primera vez que firmé papagayos.
Sin embargo, lo más llamativo es que aún vacía, la jaula tuvo público toda la noche. Y esto se debió a que los textos que escribieron los que vinieron a verme  terminaron generando un muro de microrrelatos manuscritos. Esta improvisada muralla de letras encendió tanto la curiosidad de los que habían tenido la oportunidad de participar, como la de los que por allí se asomaron cuando ya habían volado los microrrelatos disfrazados de pájaros verdes.
Agradezco al Centro de Estudios Hispano Marroquí por haberme elegido para su apuesta en La noche en blanco, e impulsar la primera instalación de microrrelatos en la vía pública que se realiza en España. MARÍA PAZ RUIZ GIL
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7 comentarios:

Susana Camps dijo...

Me parece una idea original, atractiva y muy bien llevada. Además nos cuentas todos los detalles, la preparación, las reacciones previsibles y no..., en fin, ¡gracias por compartir! Me parece muy útil para los que andamos entre despedidas de taller y fiestas de verano.
Abrazos

Isabel Martínez Barquero dijo...

La experiencia es altamente atractiva y así se desprende de lo que nos cuentas. Supongo que la satisfacción también se daría en los participantes, convertidos de pronto en microrrelatistas.
Hace un par de meses tuve la oportunidad de asistir a una experiencia similar y resultó muy gratificante para todos los intervinientes, aunque no era tan hermosa: faltaban esos bonitos pájaros llenos de imaginación y creatividad.
Un abrazo.

Manuel Rebollar Barro dijo...

¡Qué bueno! La verdad es que es un género que se presta mucho a las "performances" callejeras. Muy buena idea y muy bien inoculado el virus de la literatura, aunque fuera una noche que, espero, no se les haya quedado en blanco.

Saludotes

manuespada dijo...

Una iniciativa muy interesante. El microrrelato y el perfonmance casan muy bien, igual que el hiperbreve y el grafitti, como hace Neorrabioso por las paredes de las ciudades con sus pequeños poemas. Por cierto, últimamente me asalta una duda teórica. cada vez leo más una diferenciación entre el microrrelato y el hiperbreve, como si fueran dos géneros diferentes. ¿El hiperbreve es un género dentro de un género? Un abrazo, Fernando.

Fernando Valls dijo...

Manu, el llamado hiperbreve, en mi opinión, no es nada. Cuando el microrrelato tiene dos lineas, por ejemplo, no es menos microrrelato que cuando tiene una página, y lo demás son ganas de partir un pelo en cuatro.
¿Los poemas de dos versos son distintos que los que tienen ocho? Yo diría que, en esencia, no. Hay historias, o emociones, que necesitas contarlas en dos líneas o tres versos, y otras que te exigen veinte líneas o nueve versos.
Lo mejor sería desterrar para siempre el inútil concepto de hiperbreve. Saludos.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

No me había fijado en el aviso de los comentarios hasta hoy, vaya desastre. Aunque lo comparto.
Me parece una iniciativa genial, muy visual, muy atractiva y muy divertida. Me alegro que el resultado fuese satisfactorio.

Melanie dijo...

tus pajarillos me han traído muchas ideas, picaste su curiosidad y los hiciste participar, bravo