.......
Cuenta García Márquez que Álvaro Mutis y él habían hecho un pacto para no hablar en público el uno del otro, ni bien, ni mal, como una vacuna contra la viruela de los elogios mutuos. En 1993, cuando Mutis cumplió 70 años, el autor de Cien años de soledad rompió el pacto porque, según él, no le había gustado el peluquero que su amigo le recomendó.
Estaría bien que este pacto cundiera entre los escritores y que sólo pudiera romperse por razones semejantes a las citadas. Si otros autores hubieran hecho lo mismo que Mutis y García Márquez, nos hubiéramos ahorrado los infinitos, inncesarios e inflados elogios que a lo largo de su existencia se han intercambiado...
...............
3 comentarios:
Una idea fantástica, aunque veces el elogio es necesario.
Genial, portentoso, divino... Lo mejor escrito desde Quevedo.
Pues eso
Gracias, Amando, por tu entusiasmo. Saludos.
Publicar un comentario