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“Robinson”
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Todas las mañanas bajo corriendo hasta la playa, para ver si las olas han arrastrado algún objeto que pueda serme útil: un jirón de vela, unas tablas, alguna cuerda, un barril de ron… Pero, rara es la vez que encuentro algo provechoso.
“Robinson”
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Todas las mañanas bajo corriendo hasta la playa, para ver si las olas han arrastrado algún objeto que pueda serme útil: un jirón de vela, unas tablas, alguna cuerda, un barril de ron… Pero, rara es la vez que encuentro algo provechoso.
Tampoco vislumbro en lontananza la silueta de ningún barco. Ni encuentro a nadie conocido con quien hablar. Ese muchacho negro al que llamo Viernes, hace días que no aparece. Aburrido y descorazonado, a mediodía recojo la toalla y la sombrilla y me voy para la piscina del hotel.
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“Los aparecidos”
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“Los aparecidos”
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Con frecuencia, pero también cuando menos lo espero, se me aparecen mis padres. Tras el susto inicial, el miedo va dejando paso a un sentimiento de impotencia y de rabia, porque, por más empeño que pongo, nunca consigo comuni-carme con ellos. Me gustaría decirles, sobre todo, que los echo mucho de menos, que me cuesta asumir que aquel desgraciado accidente me haya privado de su compañía.
Luego, cuando desaparecen, me quedo durante horas muy triste, abrazado a las flores que amorosamente han depositado sobre mi lápida.
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.......Luego, cuando desaparecen, me quedo durante horas muy triste, abrazado a las flores que amorosamente han depositado sobre mi lápida.
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* Fermín López Costero (Cacabelos, León, 1962) ha publicado cuentos, Pequeño catálogo de historias breves (2003); poesía, Memorial de las piedras (2009), con el que obtuvo el Premio «Joaquín Benito de Lucas»; y un volumen de microrrelatos, La soledad del farero y otras historias fulgurantes (Leteo, 2009). En el 2006 apareció su Catálogo bibliográfico de Antonio Pereira. Y ese mismo año fue comisario de la exposición bibliográfica «Antonio Pereira y su obra», organizada en Ponferrada (León). Estos microrrelatos son inéditos.
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9 comentarios:
Me han gustado, sobre todo el primero.
En la playa desierta, en la piscina del hotel, bajo la lápida, así sin verbos: lugares de soledad.
Salud
Francesc Cornadó
No conocía a Fermín, Fernando, pero tras leer esos dos micros, tiraré del hilo, a ver qué saco. Un abrazo.
Estás mirando a través de un cristal para ver la realidad, y luego resulta que es la realidad la que mira a través de ese mismo cristal para verte a ti. Esos dos textos se giran y se vuelven del revés en la última frase, convierten al sujeto en objeto pasivo y dejan en el lector una mueca agridulce, llena de humor y melancolía.
Conforme vamos descubriendo nuevos e interesantes autores, también sabemos de editoriales cuyo nombre constituye una revelación. Habrá que buscar ese libro, sin esperar a que un naufragio nos lo acerque por las buenas. Saludos a Fermín.
Hola Fernando.
Descubrí este blog por casualidad y ,como todo lo que se encuentra por casualidad, ha sido un hallazgo maravilloso. Decirte que La nave de los locos ya está entre mis favoritos.
Yo también soy profe de literatura pero mi vocación real es la de SIRENISTA. Desde hace ya muchos años, llevada por no sé que pulsión extraña de mi inconsciente , hago sirenas . Llegué aquí por Cunqueiro y el sabor de los besos de estos seres acuáticos. Aquí descubrí a un SIRENÓLOGO ilustre, Javier Perucho y en breve os dedicaré a ti y a él, una entrada en mi blog: lalunaquesemeceternamente.
Enhorabuena por la calidad de este espacio. Está siendo muy nutritivo para mí.
He disfrutado también de los relatos de Fermín López.
Gracias.
Un saludo
Mónica
Hola Fernando:
Hace unos días, la grata sorpresa a bordo de LaNave era Juan Senís Fernández y hoy nos vuelves a soprender con Fermín y estos dos micrazos
En los dos relatos se pilla al lector con el paso cambiado, quizá el segundo sea un poco más previsible. De todos modos en "Robinson" antecede a la resolución ese "Ni encuentro a nadie conocido con quien hablar" que sólo se advierte en la relectura. Algo parecido sucede en "Los aparecidos" con la mención al "desgraciado accidente".
En ambos la alteración del horizonte de expectativa viene determinado por un cambio brusco en la focalización. Un riesgo nada fácil de solventar en tanta brevedad narrativa y que Fermín lo hace con un oficio digno de elogio.
Finalmente decirle a Fermín que nos une un amigo común, don Antonio Pereira -¡dos años ya!-.
gracias Fernando por darnos a conocer a Fermín...¡cómo va LaNave este año!!
salut,
hugo
Muchas gracias por vuestros comentarios tan elogiosos. Me reconfortan.
Gracias también a Fernando, que me ha dado esta oportunidad.
Estos dos micros son (eran) inéditos; por tanto, no se encuentran en el libro cuya cubierta aparece reproducida junto a ellos, pero, dadas sus características, perfectamente podrían estar incluidos en él.
Y, en efecto, Hugo, pronto se cumplirán dos años de la retirada de nuestro querido Pereira. Pasado mañana me acercaré hasta el cementerio de Villafranca del Bierzo, donde reposan sus cenizas, y le contaré todo esto que me está pasando en La Nave de los Locos y ya verás lo contento que se pone.
Un abrazo para todos.
Hugo ya lo explica muy bien.
Los giros de tuerca defraudan si son tramposos pero aquí de forma muy hábil se dosifica la información y es el lector el que genera un contexto que no es, estos micros es un placer releerlos porque es cuando ves las pequeñas pistas que te saltastes.
Muy buenos los dos, el del naúfrago me inquieta por su soledad en una isla turística.
Gracias Fernando
Enhorabuena a Fermín.
Me gustan, me gustan. Tengo especial predilección por estos de final sorpresivo. Procuraré hacerme con el libro.
Un saludo.
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