Me extraña, en cambio, que el futbolín, que no sabría decir si es juego, deporte, o sólo un mero entretenimiento, no sea aún deporte olímpico, visto lo visto. Claro que tampoco lo son el sumo (la televisión alemana no para de dar combates de sumo) y el billar. Pero, ¿por qué no, si lo es el tenis de mesa? No se me escapa que para que el futbolín sea considerado deporte olímpico, primero tendría que ser considerado deporte, lo que no sé si ha ocurrido aún. Lo que sí me consta es que existen campeonatos del mundo de futbolín (el gallego Manuel Candal ha ganado el título), como existen campeonatos -lo cuenta Quim Monzó, siempre atento a cualquier extravagancia, en uno de sus artículos en el dominical de La Vanguardia- de lanzamiento de móviles, actividad que tampoco hay que descartar que un día se convierta en olímpica, si a los señores del COI les interesara, por cualquier razón, más o menos pecuniaria.
Lo divertido de su historia, no sé si la conocen, es que el futbolín lo inventó el español Alejandro Campos Ramírez (1919-2007), durante la guerra civil para entretener a los niños de un hospicio levantino. Con su seudónimo, Alejandro Finesterre, fue poeta y editor, durante su exilio en Ecuador, donde fundó la revista de poesía Ecuador 0º 0’ 0’’, Guatemala y México. La casa que fundó llevaba su apellido y en ella aparecieron libros de Juan Larrea, Américo Castro o León Felipe, de quien fue albacea. Y un grupo musical gallego, Os Diplomáticos de Monte Alto, empezaba una de sus canciones, dedicada al futbolín, con este recuerdo: "Ano 37 guerra civil/ Alexandre de Fisterra inventa o futbolin...".
.....
Si un día el futbolín acabara convirtiéndose en deporte olímpico, Alejandro Finisterre alcanzaría tintes casi míticos.
...
5 comentarios:
Veo que la nave no ha descansado este verano. Acabo de llegar de una desconexión total y tendré que ponerme al día. Un abrazo,
La nave, Mónica, como cosa de locos que es, descansará unas semanas en noviembre, aunque sólo sea por llevar la contraria...
Por mí, perfecto, Fernando, futbolín olímpico ya, pero siempre que no sea válido detener la bola y arrastrar.
Juan Carlos, detener la bola y arrastarla eran dos de mis jugadas favoritas, y aunque no pretendo ser olímpico en futbolín...
¿¿¿y para cuándo la petanca???
ya va siendo hora (digo yo)
Publicar un comentario