sábado, 13 de diciembre de 2008

La fuente de la edad está en Vilcabamba

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Cuenta Ricardo Soler, en su libro La eterna juventud (Planeta, Buenos Aires, 2008), aunque yo me he enterado por una entrevista que le hace Soledad Gallego-Díaz en El País, que existe un pueblo en Ecuador llamado Vilcabamba donde la gente suele superar con facilidad los 110 años. En la selva de Vilcabamba, por cierto, fue derrotado el último emperador inca Túpac Amaru, en 1572. Sus habitantes no se privan del alcohol, del tabaco, ni de la sal o el chamico, una sustancia tóxica; mantienen los dientes sanos y no usan gafas, ni por supuesto tienen problemas con la tensión. Por no hablar de que practican el sexo todo lo que pueden. El caso es que cuando abandonan el lugar, fallecen y tienen los mismos problemas de salud que el resto de los mortales, de lo que puede deducirse que no se trata de un pacto con el diablo. Por no hablar de que Mefistófeles no tiene ya tiempo de tratar con los mortales, ocupado como está en su carrera cinematográfica, vestido de Prada.
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Y puesto que Ricardo Soler no ha conseguido saber por qué, yo se lo voy a revelar: en ese pueblo se halla la preciada fuente de la eterna juventud, pero tiene que encontrarla él mismo, porque los nativos no le van a decir ni mucho menos dónde está. Puede hallarse una pista, sin embargo, en la novela de Luis Mateo Díez, La fuente de la edad.

*Lucas Cranach el Viejo, La fuente de la edad, 1546.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entonces he vivido engañado todos estos años, desde el 93 cuando visité Samaná, en la República Dominicana y Moncho, nuestro taxista de estranjis (ya nos advirtieron contra los taxistas de estranjis en el hotel, sus mala práxis y todo eso)nos llevaba a embarcar para Cayo Levantado. A medio camino allí que nos paró, en una especie de balsa-manantial y nos hizo beber de la fuente de la que él, nos hizo creer, eterna juventud. Íba en viaje de novios, lo que quiere decir que al menos la mentira tiene de bueno que mi mujer no me tendrá que aguantar eternamente.

Tu post sobre el dibujante de "Rigoberto Picaporte", y "Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón" me ha traído buenísimos recuerdos. Me gustaban sobre todo las historias de este último, cuñado-cara dura. Ya no me acuerdo del nombre de su autor, que citabas, pero lo importante es que el autor permanece en mí a través de su obra.

Un abrazo.
José Cruz Cabrerizo

Nocturna dijo...

Un poco de Cine...

Te dejo la página de un amigo catalán: XAVI SALA.

www.xavisala.com