Tengo un problema con este nuevo y espectacular triunfo obtenido. El problema nace del miedo que supone estar pendiente -en el Tour siempre se está pendiente de algo así- de hipotéticos análisis que embrutecieran la hazaña. Cuando pase un prudencial tiempo, me sabrá mejor. Un saludo.
Tomo nota respetuosamente del fervor que el responsable de esta bitácora evidencia hacia la noble práctica del ciclismo. Lamento no estar a la altura de las circunstancias y colaborar con algún comentario enriquecedor, toda vez que mi deporte favorito es el tenis. Un deporte que, como es sabido, merece una nula atención de los medios de comunicación, salvo cuando gana un señor que no sabe peinarse, que no sabe vestir, y que necesita coger la raqueta con las dos manos para jugar de revés. Qué le vamos a hacer.
Bueno, Paseante, no te pongas así, también me gusta mucho el tenis, sobre todo si andan por medio Nadal, Federer o Ana Ivanovic (con permiso de Antón Castro). Y el atletismo, el baloncesto, el fútbol (siempre que no ande el patriotismo por medio, tipo Barça o la selección española, últimamente), y el balonmano... Pero no es un blog de deportes, sino de literatura, y más...
Doy fe de que éste es un blog de literatura y mucho más. Por cierto, hablando de deportes, a ver cuándo quedamos todos en vernos para hacer una paella.
No sé dónde vives, Raúl, pero tienes toda mi confianza. Si el encuentro se monta con tiempo suficiente, yo voy donde haga falta, sobre todo para estar entre amigos.
8 comentarios:
Tengo un problema con este nuevo y espectacular triunfo obtenido. El problema nace del miedo que supone estar pendiente -en el Tour siempre se está pendiente de algo así- de hipotéticos análisis que embrutecieran la hazaña. Cuando pase un prudencial tiempo, me sabrá mejor.
Un saludo.
Tomo nota respetuosamente del fervor que el responsable de esta bitácora evidencia hacia la noble práctica del ciclismo. Lamento no estar a la altura de las circunstancias y colaborar con algún comentario enriquecedor, toda vez que mi deporte favorito es el tenis. Un deporte que, como es sabido, merece una nula atención de los medios de comunicación, salvo cuando gana un señor que no sabe peinarse, que no sabe vestir, y que necesita coger la raqueta con las dos manos para jugar de revés. Qué le vamos a hacer.
Bueno, Paseante, no te pongas así, también me gusta mucho el tenis, sobre todo si andan por medio Nadal, Federer o Ana Ivanovic (con permiso de Antón Castro). Y el atletismo, el baloncesto, el fútbol (siempre que no ande el patriotismo por medio, tipo Barça o la selección española, últimamente), y el balonmano... Pero no es un blog de deportes, sino de literatura, y más...
Doy fe de que éste es un blog de literatura y mucho más. Por cierto, hablando de deportes, a ver cuándo quedamos todos en vernos para hacer una paella.
Una buena paella, Paseante, me gusta casi más que la mejor literatura. Pero, ¿dónde se come una buena paella? En Barcelona, por lo menos, no es fácil.
Para eso, lo de la paella, me temo que uno tiene que bajar a mi tierra.
No sé dónde vives, Raúl, pero tienes toda mi confianza. Si el encuentro se monta con tiempo suficiente, yo voy donde haga falta, sobre todo para estar entre amigos.
Un buen arroz a banda se puede comer en Batiste (Santa Pola, Alicante). Bravo Sastre.
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