martes, 18 de marzo de 2008

Algo más sobre el escritor Carlos Pujol

Fortunas y adversidades de Sherlock Holmes se titula el nuevo libro de cuentos de Carlos Pujol (Barcelona, 1936), aparecido recientemente en Menoscuarto. En la nota editorial se afirma que sólo un profundo conocimiento del género policíaco, de sus claves y tópicos, pero también una sabia reflexión sobre la literatura en general, sobre las fronteras entre ficción y realidad, pueden servir de soporte a la aparente facilidad de lectura y ejecución que muestra esta obra. De tal forma que el libro está llamado a satisfacer a los amantes de la figura del investigador que creó Arthur Conan Doyle (1859-1930), pero también a quienes –conociendo de Sherlock Holmes apenas los cuatro trazos más divulgados– quieran disfrutar de historias planteadas con sentido del humor, resueltas con sorpresa e ironía, desarrolladas con diálogos ágiles y salpicadas de detalles descriptivos sugerentes.

Con una prosa que rebosa inteligencia y amable ironía, en Fortunas y adversidades de Sherlock Holmes, el escritor catalán dibuja al popular detective ­–casi siempre a través de la mirada del doctor Watson­– con sus paradojas, rarezas y contradicciones: entre ellas, una curiosa incapacidad a la hora de resolver los enigmas de su propio corazón, una torpeza que Carlos Pujol aporta al perspicaz personaje para humanizarlo y pasearlo por las fronteras entre lo real y lo literario, tan difusas como si se trazasen sobre un fondo de niebla londinense.



Así pues, estos dieciséis cuentos que abordan episodios inéditos de la vida de la criatura creada por Conan Doyle, constituyen un delicioso juego sobre los límites de la ficción y un homenaje al célebre detective que nos enseñó a soñar y, de paso, a disfrutar con la lectura desde la adolescencia. En definitiva, Carlos Pujol indaga en la verdadera personalidad del célebre detective y en su entorno, hasta conseguir ofrecernos vertientes tan interesantes y misteriosas como los casos que supo resolver en vida.

¿Pero quién es Carlos Pujol? A pesar de su ya fecunda obra, lo cierto es que continúa siendo uno de los escritores españoles más secretos. Doctor en Filología Románica, discípulo de Martín de Riquer, fue profesor de Literatura Francesa en la Universidad de Barcelona durante quince años. Ha ejercido la crítica literaria desde 1969, y en la actualidad colabora en el diario ABC. Desde 1963 desempeña las funciones de asesor literario en la editorial Planeta y quizá sea la persona que en más ocasiones ha formado parte del jurado de su célebre premio de novela, aunque dudo mucho que éste sea un dato del que le guste presumir.

Es también poeta, narrador, ensayista, traductor y articulista. Entre sus novelas más destacadas se cuentan La sombra del tiempo (1981), El lugar del aire (1984), Es otoño en Crimea (1985) y Los días frágiles (2003), por sólo citar unas pocas y no hacer esta lista interminable. Su último libro de poemas se titula Versos de Suabia (2005). Asimismo, ha recogido en diversos volúmenes sus ensayos sobre literatura inglesa y francesa, además de dedicar libros, entre otros, a Voltaire, Saint-Simon, Balzac y Joan Perucho. Entre sus autores traducidos figuran algunos de los mejores escritores de todos los tiempos, tales como Shakespeare, Racine, Ronsard, Baudelaire, Verlaine, Stevenson, Henry James, Proust, Hemingway y Simenon. De ese centenar largo de traducciones en su haber, él dice preferir las de poesía.


De lo único que le gusta presumir es de estar casado con la pintora Marta Lagarriga y de tener cuatro hijos y quince nietos. Antonio Machado escribió en su Juan de Mairena (1936) lo siguiente: "Que todo hombre sea superior a su obra es la ilusión que conviene mantener mientras se vive. Es muy posible, sin embargo, que la verdad sea lo contario. Por eso yo os aconsejo que conservéis la ilusión de lo uno, acompañada de la sospecha de lo otro. Y todo ello a condición de que nunca estéis satisfechos ni de vuestro hombre ni de vuestra obra". Para mí, que he tenido la fortuna y el gusto de tratarlo, Carlos Pujol es una de las personas más sabias, discretas y generosas que he conocido jamás, un lujo que no nos merecemos.

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