.....
Segesta
.....
Dejé el tren en una estación que no recuerdo. Era
lejos, sí, y hacía calor. Un calor siciliano de mediodía ardiente. Para llegar
a la colina, tuve que caminar al borde de una estrecha carretera con matorrales
que se bamboleaban levemente entre la brisa tenue y el peso de los caracolillos
pegados a sus troncos. De esos caracolillos guardo en un joyero tres o cuatro
caparazones, testigos silenciosos de mi ansia por llegar al templo de Segesta.
........
Y allí estaba, abierto al cielo, un rectángulo
bordeado de columnas, resto magnífico y esplendoroso, inusitado edificio
recorrido por lagartijas y pajarillos delicados que se posaban entre los
intersticios del mármol. No había nadie y el sonido del verano se mezclaba con
un susurro lejano, como el cántico de un troyano enamorado o el recitado de
algún poeta entre las piedras.
......
.......
Toqué sus piedras, acaricié las rugosas columnas,
sin estrías, sin fuste, robustas; me embelesé un rato a su sombra, rodándome
ligeramente según cambiaba el sol. Soñé con el mar, en el horizonte azul y con
alguien que me sonreía desde el tímpano, quizás un élimo encargado de velar por
su templo.
.......
El silencio, sólo roto por un aleteo fugaz o el
ris ras de las colas de los lagartos, me llevó lejos, más allá del mar y de la
historia, a un lugar donde la vida y el arte se confabulan para hacernos sentir
parte del universo. Medio dormida sobre los escalones, el templo de Segesta
entró en mi sangre y borbotea a ratos en ella, llamándome a que sueñe
nuevamente sobre sus piedras.
.............
26 comentarios:
Vi pasar por aquí a Manu, a Raúl, a muchos escritores que todavía no habían visto la luz en las columnas de la madre patria...
Es un placer y un halagazo ver a Virgi hoy. Por su sencillez en la prosa, ya no por sus imágenes, sino por su manera de narrar, de ser, parca, sincera, limpia en la metáfora, y sin estrías en la palabra.
Gracias Fernando.
Y un beso para ella-
Delicada en su prosa, exquisita en su manera de transmitir. Así es la escritura de Virgi. Esta semblanza de Segesta no hace más que confirmar su mirada sensible, su corazón abierto a toda la belleza de este mundo.
Abrazos para ambos, Fernando y Virgi.
El placer sí que es mío, Fernando. Y grande.
Mi agradecimiento una vez más.
Un abrazo
Y mi sorpresa dichosa, querida Eva, de verte inaugurando los comentarios con esos piropos que no merezco.
Besos besos.
Ella mira y cuenta... su blog es una delicia!!
Un placer, Virgi, leerte por esta Nave. Ese viaje solitario ya no lo es tanto, pues con tu delicada prosa ya hemos viajado contigo y te tenemos, como un caracolillo, en nuestra memoria. Y el amarillo y verde de tu fotografía que siempre te acompaña.
Isabel, creo que escribía la contestación para Eva a la par que venías tú con la delicadeza que te caracteriza. Gracias por ese perfil con que el que me ves.
Muchos besos.
Isabel Mercadé, deliciosa tú, chiquilla, montón de gracias.
Y besos besos
Un caracolillo lento que se pasea entre las palabras.
Lo único, Ximens, es que esa foto no es mía, es de la red. Quise saborear Sicilia sin tener que capturarla con la cámara.
Una sonrisa a tu humor más que enorme.
Un placer leerte aquí, Virgi, y más aún por poder disfrutar de este viaje que con tanta hermosura relatas.
Abrazos a los dos.
Precisa redacción de este texto, me hiciste estar en el mismo lugar en el que tu estabas. ¡Qué maravillosa expresión!.
Besos Virgi.
Que lugar tan imponente.
Querida Vir! un placer, como siempre, leerte...en esta ocasión lo siento muy cercano y eso me hace revivir todas las sensaciones que pude sentir...lo has relatado con una naturalidad y sensibilidad que me encanta.
Genial, como siempre, un abrazo, amiga.
¿Dónde no ha estado nuestra querida Virgini? Besos sorprendidos.
El templo no destruido por no ser descubierto. Imagino cómo se quedaría el campesino cuando lo vio. Sí, es espléndido y majestuoso, doy fe. Y del calor veraniego, para qué contar. Pero merece la pena verlo.
Abrazos de compañía de viaje.
Sabes mirar y sabes contar. Suerte para todos nosotros.
Un beso.
Isabel, Pluma, Mary, Juan, Lola, Thornton, gracias por venir y mimarme.
No quiero extenderme en las respuestas para no abusar de la generosidad de Fernando.
Besos a repartir.
Muchos.
Qué puedo decir. Precioso.
Un beso Virgi.
¿Así que Virgi también es escritora? Yo creía que solo hacía fotografía ¡Una cajita de sorpresas!
Recuerdo la visita al templo, hace unos años, en medio de una nube de turistas, que no impedían disfrutar de su grandiosidad, aunque le pusiesen esa sordina de espectáculo plastificado que a menudo segregan las visitas en manada. Me imagino lo que debe de ser visitar un lugar así en solitario. Me ha ocurrido en otros sitios comparables. Es un placer leer en La nave a alguien con tanta sensibilidad.
Gracias, Virgi, por permitirme, a mí que estoy en el sur del sur,tan lejos, soñar en tierras que desconozco a través de tus sueños.
Gracias, Fernando, por ser el anfitrión de esta maravilla.
Mis cariños para ambos.
Ese cielo enmarcado sobre las huellas del tiempo en las columnas del mármol, lagartijas y pájaros es un gran escenario para que se desarrolle la pureza de los sueños.
Besos Escritora!!!
Gracias, Sue y Alí.
Besitos para ambos.
Alfredo, Patricia, Aristos, pues eso...gracias, gracias, gracias.
Tres buenos besos
Solo tú sabes dar forma a esas tablas, ilustrando este templo de la palabra sin necesidad de quemar las naves tan solo navegando por los espacios con tanta soltura y dominio que siempre es un placer leerte :))
un abrazo V.
y un saludo para F.
Jamás he estado allí, pero a partir de las palabras de Virgi puedo decir que yo también "Soñé con el mar" y sentí el silencio de sus piedras.
Felicidades tanto al autor del blog por traer sus palabras, como a Virgi por escribirlas.
Un saludo
Gracias, Alonso, muy complacida me dejas.
Un fuerte abrazo.
Publicar un comentario