martes, 27 de agosto de 2013

ANTONIO COSTA GÓMEZ entre los puentes yugoslavos

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PUENTES EN YUGOSLAVIA
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Yugoslavia estaba llena de puentes.  El más famoso es El puente sobre el Drina, de Ivo Andric, que simboliza todos los lazos que se han roto. En un país tan vertiginoso, lleno de montañas, precipicios, ríos, culturas, los puentes eran fundamentales. En Territorio comanche de Pérez Reverte un fotógrafo espera la destrucción de un puente. En La batalla del río Neretva, de Bulajic, unos partisanos  vuelan un puente que ellos mismos han levantado. Tantos puentes se han tirado o se han reconstruido. En agosto de 2013 visitamos algunos puentes en la antigua Yugoslavia, alejados de las multitudes. En Zagreb pasamos el Puente Sangriento, ahora es una calle, antes separaba a los clérigos  de los comerciantes y en él se mataban. En  Belgrado, vimos a lo lejos el puente Gacela, que parece saltar ágilmente a través del río Sava simbolizando el dinamismo de Serbia. Y vimos el puente que es una torre encima de otras dos torres en el alucinante edificio Genux en Nueva Belgrado. Los aviones de la OTAN destruyeron el puente de la Libertad en Novi Sad que cruzaba el Danubio hacia el castillo y sus trozos se ven en el agua, pero nosotros atravesamos bajo la canícula otro puente poderoso.

Visegrad, puente sobre el Drina
 
En Visegrad  cruzamos el puente sobre el Drina, construido por un visir turco de origen bosnio, que unía oriente y occidente, lo turco con lo austriaco, y recordamos al borracho que avanzaba por el borde en la novela de Ivo Andric, y hablamos con las chicas, y Consuelo bailó flamenco mientras los jóvenes tocaban la guitarra. Recordamos a  la joven Fata  que se tiró al agua y la noche para escapar del fanatismo que la sojuzgaba. Miramos con nostalgia el edificio donde estaba el hotel de la tía Lotte, que había llegado de Cracovia y vitalizaba a todos sus conocidos con su coraje. El puente de Mostar sobre el Neretva era un sueño en sí mismo, una leyenda reconstruida por equipos españoles. Pero nosotros nos fijamos en el pequeño Puente del Asno en el río afluente, escondido en la espesura, que fue modelo del grande. Una ciudad con puentes de todos los tonos es Sarajevo, pues ella misma puenteaba todas las culturas. En el puente Latino un serbio asesinó al heredero del Imperio Austriaco y acabó con todo un mundo. En el puente de los Amantes un serbio y una bosnia murieron abrazados bajo las balas de los francotiradores. El puente  del Nudo indica todo lo que tendría que anudarse en esta ciudad mezclada como un sueño  amenazada por exclusivismos.......
 
Travnik, el Agua Azul
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En Travnik nació Ivo Andric, escribió Crónicas de Travnik y abundan los puentes mágicos. Cruzamos los que cruzan el manantial Agua Azul que bajaba haciendo cascadas desde la montaña en medio de sauces y cenadores. Miramos junto al agua los restos del café Lutva donde  los comerciantes de la novela aseguraban la inmovilidad del imperio otomano. En Prizren, Kosovo, cruzamos el puente otomano para ir al barrio antiguo que tiene más atmósfera que Estambul, mientras los soldados de la OTAN dejaban revistas para adolescentes en los tendederos. Cerca de allí estaba el puente de los Sastres, una joya medieval semienterrada en mitad de Kosovo pero no nos atrevimos a acercarnos. Recordamos que la propia Prístina, la capital de Kosovo, es un puente. Debajo circulaba un río pero fue soterrado y los ecologistas que defienden que se recupere aparecieron muertos por los especuladores inmobiliarios. Y entre las calles caóticas circulan las fuerzas de la OTAN. Pero nosotros preferíamos refugiarnos en el café Strip mirando viñetas de Tintín y escuchando jazz americano.  “Todo es una transición, un puente. Y toda nuestra esperanza está al otro lado”, escribió Ivo Andric. Los yugoslavos  olvidaron la idea  y se encerraron en sus siete naciones puras parapetados detrás de fronteras.......
 
Sarajevo, puente del Nudo
Prizren, sur de Kosovo
Mostar, la luna petrificada
Belgrado, puente Gacela
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*Las fotos son de Consuelo de Arco.
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta. Muy interesante la idea de los puentes como enlaces... Muy sugerente todo el artículo.
Ángeles