domingo, 5 de julio de 2009

Tímido adiós a Pina Bausch

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Si juzgáramos el valor de Pina (de Filipina) Bausch por la atención que le ha prestado la prensa española con motivo de su muerte, y la comparáramos -¡ya es gana!- con la que sigue teniendo MJ, rey del pop, no creo que la alemana pudiera ser considerada reina de la danza contemporánea, ni siquiera princesa de Wuppertal, y ello a pesar de que se ha dicho de ella que es una de las artistas esenciales de la segunda mitad del siglo XX.
"La danza, ha escrito, no parte de un texto existente, emerge de un juego de experiencias que consiste, en el fondo, en reconocer algo todavía desconocido. O incluso: dejar que aflore alguna cosa que sabe el cuerpo, pero que las conveniencias sociales y morales han podido reprimir".
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Ya sé que la danza no es un espectáculo mayoritario, pero la indiscutible importancia de esta coreógrafa, de su compañía en el Thanztheater de Wuppertal, era una oportunidad inmejorable para habernos explicado, al menos a legos en la materia como yo, la revolución que supusieron sus espectáculos, sobre todo a partir de los setenta. En España estuvo en varias ocasiones, pocas, pero en septiembre pasado actuó en el Liceo de Barcelona, y no creo que nadie se haya olvidado del arranque y el final de Hable con ella, la película de Almodóvar, gracias a la cual la artista alemana debió de llegar por primera vez, al menos en España, a un público mayoritario.
Os dejo con dos grabaciones de las únicas piezas en las que bailó Pina Bausch. La primera es la ya mítica Café Müller, estrenada en 1978, y la segunda es Danzón. Son, además, las dos obras que aparecen en la película de Almodóvar.
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6 comentarios:

María Jesús Siva dijo...

Su forma de mover los brazos, y las manos, al bailar, siempre ha sido algo parecido a llevar alas, transmitia la sensación del viento, la ligereza del vuelo, el movimiento perfecto al que te podías acoplar.
He sentido su muerte.
Besos

Unknown dijo...

Soy de los que la conocieron por la película de Almodóvar. Muy oportuna esta entrada. Un abrazo.

Raul Brasca dijo...

Justo homenaje tu comentario, Fernando, a Pina. La danza y el teatro se encontraron en ella, como en ningún otro artista del siglo XX. Felicitaciones.

Antonio Tello dijo...

Sí, como tú, creí que era necesario recordar a Pina Bausch, y lo hice en mi Cuaderno estableciendo una conexión artística con M.J.
Creo que ambos, desde distintas posiciones expresivas, recreaban la soledad ¿hoppereana? del ser humano contemporáneo. Un abrazo

MANUEL IGLESIAS dijo...

Descubrí a Pina Bausch allá por los mediados ochenta. Fue en un número del programa Tv, Metrópolis. Ella sola en el escenario, una silla. su vestido largo, su delgadez, con el pelo muy corto, danzando frenética como una llama. Un abrazo

Librería de Mujeres Canarias dijo...

También yo la conocí en Metrópoli (tiempos aquellos en que una veía algo de tele) y la viví en Granada mientras palmeaba los ritmos de bulerías. Era fantástica. Gracias por la entrada.
Un saludo,