martes, 22 de noviembre de 2011

Necrólogicas, ¿cómo?

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La vida es tozuda. Ha muerto el editor y periodista Javier Pradera, codirector de la revista Claves de razón práctica, personaje capital en la trayectoria del diario El País y en la historia de la edición española, en especial por su trabajo en el F.C.E. y en Alianza Editorial. Pero todo esto ya lo sabéis. Lo que me ha llamado la atención es que estos días se ha comentado que Pradera estaba en contra de las necrológicas en primera persona. Y, sin  embargo, todos los comentarios que se le han dedicado, ¿eran necrológicas?, no utilizaban otro punto de vista. Los que se pasan por este blog saben que me interesa el género y que suelo cultivarlo, por lo que me pregunto: ¿puede utilizarse, en un obituario, otro punto de vista que no sea la primera persona? Claro que sí; pero no sé si tiene interés la mera constatación de unos datos que hoy suelen encontrarse fácilmente en diccionarios, enciclopedias o en Wikipedia, a pesar de las numerosas inexactitudes que esta última contiene. A mí me parece que el género exige precisamente una visión personal y un cierto trato y conocimiento del difunto, para tratar de trascender lo anecdótico. Lo demás son datos fríos que, al fin y a la postre, dicen poco de la persona y nada del personaje. Pero la necrológica debería exigir también una cierta ecuanimidad y una visión global de la persona. A menudo, cuando el fallecido es importante, estas se multiplican, pero no por ello la imagen plural resultante es más matizada y precisa. Como ha ocurrido en el caso citado, tiene uno la sensación de que todos quieren dejar constancia de su amistad con el difunto, aunque al fin y a la postre repitan más o menos lo mismo. Quizás este despliegue de reiteraciones sea lo que menos le hubiera agradado al propio Pradera, aunque ni decir tiene que todos y cada uno de los articulistas lo han hecho con la mejor intención y, seguramente, con el ánimo de mostrar su aprecio y destacar el valor del personaje. La más curiosa es la de La Vanguardia en la que José María Brunet nos recuerda que Pradera estaba en contra de la independencia de Cataluña, pero opinaba que en el caso de que se produjese, él quería ser catalán. ¿Cómo no? Pero yo le pregunto al periodista catalán si no se cansan de llevar todo el rato el agua a su molino, sin apenas tomar aliento, de ser tan monotemáticos, incluso en las necrológicas.   
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8 comentarios:

´´ dijo...

Ayer Masoliver le escribía una a Daniel Sada en La Vanguardia,

http://enmemoria.lavanguardia.com/obituarios/daniel-sada.html

Fernando Valls dijo...

Excelente, Francis, pero espero que me aclares que relación tiene con lo que hablamos hoy. Saludos.

´´ dijo...

¿No dices que te interesan las Necrólogicas?

Fernando Valls dijo...

Sí, pero no espero que me mandéis todas las que parecen en la prensa, por no decirte que leo La Vanguardia todos los días. Gracias, de todas formas y saludos.

´´ dijo...

Me pareció un ejemplo de buena necrológica y coincidía con el post, por cierto en el lateral de la página enlazada sale la que citas de La Vanguardia.
Saludos

Beatriz AA dijo...

Me gustan las necrológicas como sucintas biografias escritas desde el apasionamiento, que devuelven por un momento a la vida a quien acaba de fallecer. Descubro, cuando ya es demasiado tarde, los detalles más humanos de nombres más o menos ilustres.
Una buena necrológica despierta mis ganas de saber más. La última que leí, justo antes de la de Javier Pradera, fue la de Pilar Donoso (tanto en El Pais como en un periodico digital de México), y ahora quiero leer su libro...

Por supuesto, me leo con fruición todas las necrológicas que publicas, Fernando. y respecto a lo que planteas, no me importa la primera persona, aunque sí me molesta que el autor trate de darse protagonismo.

Un abrazo

Fernando Valls dijo...

Beatriz, estoy bastante de acuerdo contigo en la concepción de la necrológica. Te aconsejo mucho el libro de Pilar Donoso, de quien voy a intentar ocuparme en una próxima entrada. Saludos.

Edu dijo...

se vale introducir una cita de la biblia? Eclesiastés 7:1 dice:"Mejor es un nombre que le buen aceite, y el día de la muerte que el día en que uno nace". Esto viene a colación porque, la necrológica es eso, hablar de lo que hizo en vida la persona que murió... y el legado, al fin y al cabo es lo importante, y lo que se debe recordar...