lunes, 24 de enero de 2011

CARMELA GRECIET

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"Túnel de lavado"
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Como todos los sábados, mi padre vino a buscarme a casa de mi madre en su Volkswagen. A menudo, empezábamos el día lavando el coche en la gasolinera. Lo hacíamos a mano, con lanza, y a mí me gustaba apuntar el chorro espumoso hacia el capó, los cristales, las llantas. Luego aspirábamos la moqueta y frotábamos la chapa hasta que salía brillo, tirábamos los trapos que se habían quedado más ennegrecidos, y nos íbamos a tomar una hamburguesa como premio. Me gustaba el olor de gasoil y grasa en nuestras manos.
Aquel sábado, mi padre parecía cansado:
-Hoy probaremos con el túnel de lavado -me dijo-. Puedes quedarte dentro. Cierra bien las ventanillas.
Era extraño estar en el interior de aquella burbuja de espuma, ver venir hacia mí como amenazas los gigantescos rodillos girando, escuchar el fuerte rugido de la máquina al echar el aire…
Por fin, una luz verde al salir del túnel indicó el final de lavado. Entonces, un hombre que yo jamás había visto entró en el coche y ocupó el asiento del piloto. Se dirigió a mí en un idioma extraño y arrancamos.
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* Carmela Greciet (Oviedo, 1963) es autora de un libro de relatos, Descuentos y otros cuentos (1995). Sus obras han sido incluidas en varias antologías dedicadas a la narrativa breve, como Pequeñas resistencias (2002), de Andrés Neuman; Ciempiés. Los microrrelatos de `Quimera´ (2005), de Neus Rotger y Fernando Valls, y Velas al viento. Los microrrelatos de La nave de los locos (2010). Este microrrelato es inédito.
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19 comentarios:

José Antonio Fernández dijo...

Un final muy sugerente y muy abierto.
Me gustó.

Pedro Herrero dijo...

En un delicioso poema titulado “La simple verdad”, Philip Levine empieza explicando cómo hierve unas patatas con piel, que ha comprado en el mercado, y se las come aderezadas con sal y mantequilla. Ello, antes de permitir que el lector acceda al núcleo de un drama irreversible.

Esa misma sensación de recrear algo concreto y doméstico hace que el relato de Carmela conecte de entrada con la sensibilidad del lector. El mundo inestable de la custodia compartida no es obstáculo para sentir el abrazo de la protección paterna, tan bien ilustrado en los gestos y en los olores. Ello, antes de que un frío túnel de lavado, planteado como frontera entre el cariño y la soledad, desemboque en un verbo final que se conjuga sin complementos. Un texto excelente.

Rocío Romero dijo...

Excelente, de lo cotidiano a lo insólito. Desde el punto de vista infantil es un final aterrador.
Sigo anotando nombres... Felicidades.
Abrazos,

Jordi Masó dijo...

Un microrrelato excelente. De Carmela Greciet todavía recuerdo otro micro magnífico,"Retrovisor", que publicaste en La Nave hace muchos meses. Ese cuento de final aterrador producía en el lector un impacto similar al de este "Túnel de lavado". Voy a buscar su volumen de cuentos.

Francesc Cornadó dijo...

Muy buen relato. Deja un final tan abierto que con facilidad podría continuarse como novela gótica, novela de aventuras, navela de amor, reflexión filosófica, ciencia ficción, Dostoievsky, Cortazar...

Salud

Francesc Cornadó

Rosana Alonso dijo...

¡Qué bueno!

Yo también recuedo el otro microrrelato.

Mi enhorabuena a la autora.

Un abrazo

Ramón L. dijo...

Una delicia, en efecto.

Ramón L.

Jesus Esnaola dijo...

Soberbio. El túnel de lavado es una metáfora excelente de un paso a prefiero no saber dónde. Creí que el final sería más mundano, pero elegiste, con muy buen criterio por cierto, un final que pone los pelos de punta.

Un placer leerte, Carmela, gracias, Fernando.

Esteban Dublín dijo...

Gracias por la elección, Fernando. Este microrrelato de Carmela me parece muy sugerente. Saludos.

Pablo Gonz dijo...

Me encantó este micro, Graciela. Prepara el escenario muy bien (apelando, me parece, a experiencias personales) y desemboca con naturalidad en lo fantástico. Más allá, el vértigo de la lectura, eso que querremos volver a experimentar siempre.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ

Pablo Gonz dijo...

Perdón, creo que escribí Graciela. Quise decir Carmela, naturalmente.

José Agustín Navarro dijo...

Fabuloso. Consigue invadirnos de ternura en la primera mitad y de miedo en la segunda. Enhorabuena.

Propílogo dijo...

Hay micros que presentan imágenes que te dejan con la absoluta seguridad de que no vas a volver a ver algo de la forma en la que lo has visto hasta ahora.
Espero no dejar nunca a mis hijos en el túnel de lavado. Y espero que ellos tampoco me dejen a mí.
Otro nombre para el cuaderno. "Querida tarjeta Visa, esta semana me he portado muy bien..."
Saludos
Gabriel

Jordi Masó dijo...

Vuelvo aquí otra vez para preguntar si alguien sabe cómo se puede conseguir el libro de Carmela Greciet "Descuentos y otros cuentos". He rastreado las librerías online y no aparece por ningún lado...
¿Alguien puede ayudarme?

Fernando Valls dijo...

Jordi, lo tienes en Iberlibro, a un precio módico. Saludos.

Leticia dijo...

Algunos amigos de Carmela que residimos en Santander tuvimos la suerte de acudir a una lectura de sus micros la semana pasada y escuchamos, entre otros, este que se publica aquí. Carmela, felicidades por la lectura y por la publicación.
Por cierto, que allí nos enteramos de que Fernando está preparando una nueva antología de micros. ¿Nos puedes adelantar algo más? ¿Para cuándo una buena antología de microrrelato español?

Ana Alonso dijo...

Me encantó, y alguien cita el de Retrovisor, que también me gustó mucho
Gracias, Carmela

alberto casanueva dijo...

hola carmela que tal,no se si te acordaras de mi soy alberto casanueva fui alumno tuyo en cabezon de la sal en el valle del saja me ha hecho mucha ilusion el verte en la foto y poder leer algun relato tuyo espero que todo te vaya muy bien un abrazo.

Tuneles de lavado dijo...

Gracias por la información. Tiene mucho que ver con el sector donde me muevo. Un saludo

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