En unas declaraciones que acaba de hacer Javier Marías, en el diario El País, con motivo de la aparición de sus cuentos completos, titulados Mala índole. Cuentos aceptados y aceptables, afirmaba no soportar el microrrelato. No debe de ser un error del periodista porque en otras ocasiones también ha despreciado el género. ¿Todo el género, nada se salva, ni siquiera los textos de Juan Ramón Jiménez, Gómez de la Serna, Arreola, Borges, Marco Denevi o Monterroso (sin dinosaurio)? Soportar puede no soportarse una novela, de hecho se publican numerosas novelas insoportables; pero ¿un microrrelato? Ni siquiera da tiempo a no soportarlo... Con anterioridad afirmó Marías que detestaba el teatro, por lo que mantuvo una polémica con Vicente Molina Foix, y él mismo ha recordado que Juan Benet, Carlos Barral y Juan García Hortelano despreciaban el cine, que tanto le interesa a él, y que a Joseph Conrad no le gustaba la poesía. También recuerdo yo que Benet, se lo oí decir a él mismo, prefería la música clásica grabada, pues comentaba que se apreciaba mejor que en un concierto en directo. En fin, la cosa no tiene mayor importancia.
De todas formas, me gustaría saber si el autor de Corazón tan blanco ha leído, por ejemplo, Los niños tontos, de Ana María Matute, Los males menores, de Luis Mateo Díez, o La glorieta de los fugitivos y El libro de las horas contadas, de José María Merino, por no salir de los libros de microrrelatos de sus compañeros de la Academia. Si los conoce y también le resultan insoportables, yo me preocuparía. Pero si la idea que se ha hecho del microrrelato procede de las piezas que suelen aparecer en los diarios, como los premiados en los concursos que ha organizado El País, o El Mundo, en su suplemento El Cultural, puro gato por liebre, sería como afirmar que no soportamos el cine, tras haber visto No desearás al vecino del quinto, o Chicas calientes 7. Habría que repetir entonces sus mismas palabras, `cuanto lo lamento, cuanto lo celebro´, y no darle demasiada importancia. A mí, por ejemplo, me aburre el claqué.
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48 comentarios:
Me atrevería a decir que Javier Marías se ha quedado con una idea superficial del microrrelato. Debería saber, para no decir tonterías, que ningún género, como ningún soporte, es bueno o malo -soportable o insoportable- en sí mismo, sino que su calidad depende del contenido que cada uno le dé.También debería saber que mientras más breve sea un texto, mayor es la exigencia de precisión y economía para expresar lo que se quiere decir (contar, narrar).
Antonio, a mi me gusta decir que se cuenta como microrrelato la historia que probablemente no pueda narrarse en otra dimensión narrativa, puesto que exije esa precisión extrema que lleva a la brevedad, como tantas veces ocurre también en la poesía. Un abrazo.
En realidad los columnistas suelen soltar generalizaciones de este estilo porque la provocación forma parte de ese género llamado columna de opinión, y que algunos lectores califican como insoportable y ombligista, pero no seré yo el que lo haga. Yo lo que no soporto es la música mala, los guiones malos, los microrrelatos malos y los columnistas malos.
Para estar en candelero, a algunos les da por decir y hacer tonterías. Todo para llamar la atención. Me importa un comino lo que diga este señor, yo no soy deudora de nadie ni creo en dioses.
Abrazos triples.
Ya en 2007, también en el diario El País, Javier Marías definía a los microrrelatos como “textos inanes”, calificaba de “insoportable” el dinosaurio de Monterroso y tildaba de “escritores chistosos” a sus practicantes. Ha llovido ya desde entonces - quizá poco -, pero parece que el género breve ha sobrevivido a sus palabras. Así que confiemos que siga así; al menos hasta el próximo arrebato, allá por el 2017, calculo. Ya se sabe, el papel lo aguanta todo.
Abrazos.
Voy a hacer un poquito de abogado del diablo...
Yo no he leído las declaraciones de Marías (salvo error mío, aquí no he encontrado un enlace), pero considero que hay un abismo entre detestar un género o un estilo a decir que todas las obras de ese género o estilo son infumables, faltas de calidad, en fin, despreciables. Yo no soporto el realismo mágico, pero reconozco que hay muchas obras inscritas en ese estilo que han sido transcendentes en la historia de la literatura.
Hay indicios, sacados de entrevistas de El País, que me llevan a pensar que Marías está en el primero de los lados del abismo que he descrito porque por ejemplo valora mucho más el cuento que la novela:
«...la mejor novela del mundo la ha disfrutado mucho, pero con altibajos. “En cambio, con un cuento he tenido la sensación de plenitud, que dices: ‘¡Caray, qué maravilla, es algo perfecto!». Esa plenitud, estoy seguro que también la ha hallado en algún microrrelato.
Es una lástima que haga semejantes declaraciones. También me han parecido algo pesadas algunas de sus novelas y no se lo he dicho a él.
En algunos temas, las opiniones de Javier Marías son lúcidas, magistrales... Pero en otros parece que no puede evitar "épater le bourgeois". ¿Alguien puede creer a estas alturas que el Sr. Marías solo usa el móvil cuando viaja al extranjero, y, encima, no lo soporta ni así?
Pero se lo perdonamos todo cuando leemos "Mañana en la batalla piensa en mí" o "Los enamoramientos".
No sé, pero a mí me parace que Javier Marías siempre tiene cara de estar resfriado (o tiene cara de estar resfriado siempre).
No deja de sorprenderme el "alma de funcionario" que tiene tanta gente. ¿Da o quita algo al género del microrrelato que el señor Marías no lo soporte? Nada, creo.
Pero allí que van microrrelatistas y críticos que a veces parecen creerse los padres de la criatura a defender el género, como si su vida dependiera de la lectura, o no, del señor Marías.
En fin.
Todo, absolutamente todo,es cuestión de gustos. Y como tal, hay que respetarlo.
Un saludo.
Otra de sus muchas perlas que viene soltando. Yo creo que desde que se le subieron sus propias letras a la cabeza se ha convertido en un dinosaurio.
Saludos.
Gracias, César, por sacarnos del error y ponernos en nuestro sitio, y es que el "alma de funcionario" y la creencia de que somos "los padres de la criatura" nos pierde. Por fortuna, todavía quedan espírítus libres y clarividentes como el tuyo.
Hombre, César, que un escritor de la talla de Javier Marías desprecie a todo un género, es normal que levante algunas ampollas.
Las generalizaciones no suelen funcionar.Que no se soporten las croquetas desmayadas y aceitosas de muchos bares no las descalifican a todas. Modestia aparte, hago unas de pollo con shiitake y jamón, que son boccati di cardenale.
¿Joder, César, también al discutir sobre literatura sale a colación el funcionario? Lo de Marías no lo comento, porque es muy libre de no soportar lo que otros valoramos, pero las alusiones al funcionario sí que hastían.
Marías ha alcanzado el nivel de Cela, a quien tanto detestaba: Detrás de mí, nada.
Juan Gracia Armendáriz
Marías debe pensar en el microrrelato como una ocurrencia, una pavesa instantánea, efímera, que nace y muere en la hoguera de las vanidades personales que es la literatura. Mirando esa hoguera alguna de esas "chispas" se posan en la piel...Puede ser esa desagradable quemazón la que le molesta.
Se dice que al buen lector de microrrelatos se le asigna un papel de co-creador... tal vez sea esa especie de cooperación recomendada la que desagrade al señor Marías demasiado elitista y clasista. Dominique Vernay Juillet
Está divertido este debate. Lo confieso: leo microrrelatos, investigo el género y, para colmo, soy funcionaria. Ay, me parece que voy por el mal camino. Sobre las declaraciones de Marías, pienso que hasta los escritores que han escrito algunas obras buenas pueden caer en tópicos revestidos de "intelectualidad". Habrá que tomarlo con sentido del humor...
No pensaba intervenir, porque cada cual tiene derecho a manifestar sus opiniones, al margen de si éstas nacen del conocimiento de una materia o de las limitaciones de tipo personal. Pero no tengo inconveniente en manifestar que yo, por probar las croquetas de Araceli, soy capaz de optar ahora mismo a una plaza de funcionario.
El microrrelato es muy complejo, es muy fácil hacer un microrrelato malo, yo en una tarde puedo escribir diez malos, hacer una novela mala también es fácil pero tardas más. El editor de microrrelatos tiene una función muy importante. Saludos.
No os molestéis en mandar comentarios con insultos porque no voy a publicarlos, como tampoco publico y seguiré sin publicar los anónimos.
En mi entrada no había menosprecio ni insulto alguno para el escritor, y me parece que es público mi respeto por la obra literaria de Marías, y privado, hasta ahora, al menos, mi aprecio por la persona. Buena prueba de lo primero es que el próximo sábado El País publicará mi elogiosa reseña de Mala índole, sus extraordinarios cuentos completos. En fin, no nos confundamos.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Me has hecho reír, Pedro. No hace falta que te hagas funcionario,
lo de las croquetas está hecho.
Araceli, como yo funcionario ya soy, con o sin alma de tal, según se mire, cuento también con esas croquetas, de las que -por cierto- nuncas me habías hablado...
Los gustos de cada individuo son los que son. El mío, por lo que acabo de leer, tiene pocos puntos en común con el del sr. Marías. Pero claro, yo no soy nadie, y mi opinión no trasciende.
Sin embargo, no creo que sea ni elegante ni correcto criticar aquello que uno mismo es incapaz de hacer.
Saludos.
Me apunto a lo de las croquetas, funcionario también yo. Será un placer compartir esa mesa con vosotros. Hablaremos de microrrelatos, Marías y del alma que tenemos, si es que hay alma detrás de la palabra. Abrazos.
Todos los que leemos las columnas de Marías (incluso él mismo) saben de sus filias y sus fobias, por lo tanto ninguna sorpresa ante esa descalificación general del microrrelato por su parte. Lo que no llego a comprender es cómo, cada vez que Fernando publica una entrada donde alguien habla en contra del "género", se salte a defenderlo y salgan más de 20 comentarios a propósito de ello, como si la ofensa fuera descomunal y hubiera que protegerlo. Creo que cada cual es libre de opinar como quiera y mostrar sus gustos o disgustos. Obviamente, Marías tiene tirón y, creo que, elementos de (su) juicio para decir lo que dice sin que nos rasguemos las vestiduras por ello. Faltaría más. Microsaludos a todos (incluidas las croquetas de Araceli y los funcionarios del Estado)
Es como si después de leer su novela Los enamoramientos, que me resultó aburridísima, yo afirmara que la novela como género es aburridísima.
La calidad esta en la sustancia, no la forma.
Saludos,
Carmen Simón
Pues sí, cada cual que soporte lo que le plazca, pero por aquí que se habla mucho de microrrelato está muy bien que Fernando escriba de aquellos que públicamente no lo soportan, y a su vez dé una opinión clara de lo que es y no es, vamos, como si fuera su blog. Yo por ejemplo no soporto las coquetas de Araceli. Soy intolerante a la lactosa.
Saludos
Sí, Antonio, hay alma, pero no como nos lo han contado.
Pues francamente los relatos de Marías NO me gustan nada. Sí como novelista, pero sus cuentos son muy aburridos.
A mí no me gustan las novelas largas, creo que a algunas les sobran la mitad de sus páginas, desconfío por tanto cuando sale al mercado una obra monumental. Sin embargo hay novelas de gran lomo que me han encantado.
Si hubiera escrito: "No soporto las novelas largas", hubiera sonado despectivo.
La peor mentira es una verdad a medias. Y el peor desprecio es el que aparece con una pátina de opinión sin más. Si el señor Marías hubiera dicho que no le gustan los microrrelatos, otro gallo cantaría.
Y bueno, Araceli, yo no soy funcionaria, pero trabajo como interina para la Comunidad de Madrid, dando el callo, y bien, con personas con discapacidad intelectual. ¿Me pasas unas croquetas?
Abrazos para todos.
Yo no soy funcionaria, hago croquetas, no he probado las de Araceli, me gustan los microrrelatos, creo que no es un arte fácil y también escribo novelas.
Creo que cada uno debe elegir lo que le gusta y lo que no. Y escribir lo que sabe, o lo que le apetece.
Abrazos a repartir
Creo que si Javier Marías probara las croquetas de Araceli y se molestara en leer la antología de Lagmanovich, sobre el microrrelato hispánico, `La otra mirada´, cambiaría de opinión. Saludos y gracias por vuestros comentarios.
ArtePun, mis croquetas no llevan lactosa, es parte de su gracia, que las hago con salsa de avena. Me has obligado a contar un secreto que tenía muy bien guardado, porque nadie se había dado cuenta hasta ahora.
Desde ya me pongo a hacer croquetas para todos.¿Quién trae el vino?
Yo si que he probado las croquetas de Araceli, son tan buenas como sus microrelatos y no llevan lactosa, de alguna manera las cocina que no se parecen a funcionario alguno...las novelas de Marías también me gustan.
Fernando, no suelo ser yo de hacer comentarios, prefiero leer los de los otros, pero tras leer sobre todo este asunto juro que no puedo aguantarme las ganas. ¿Es relevante que a alguien, por ejemplo Marías, le resulten insoportables los microrrelatos? ¿Tanto como que a alguien le resulten insoportables las lentejas? ¿Cuál es el alcance de esa relevancia? ¿Se conoce a estas horas, por ejemplo, si el microrrelato ha sido prohibido? Por si las moscas -¡Hostias, otra vez!- ya he guardado algunos libros, empezando por el de Lagmanovich y por Los Tigres Albinos, en un bote, escondidos, ya que el código capitalista prescribe que las prohibiciones aumentan el valor de lo proscrito.
Pero mira que si hubiese suerte...; pues por si acaso advierto que encuentro insoportables las lentejas, mi opinión goza al menos de tanta autoridad en materia papilionácea como la de Marías respecto de los microrrelatos. Aunque las prohíban no voy a guardar lentejas dentro de un bote, sin embargo; las lentejas son muy aburridas y ni chocan ni zumban como diciendo algo, uno se cae dentro de un bote lleno de lentejas y es como si el tiempo le hubiese vuelto su negra espalda.
Ea, saludos a todos, pero saludos largos como una novela no vaya a ser que por breves parezcan un saludo insoportable. Valls, qué bien me lo paso con tu blog, oye.
Felipe R. Navarro
Pues estoy bastante de acuerdo con Manuel Rebollar. De hecho, hace meses, ya hubo una entrada en La Nave sobre el tema microrrelato, esta vez el protagonista era Patrico Pron, si no recuerdo mal, y ya dije en mi comentario que hasta la próxima entrada sobre el tema microrrelato y sus detractores. Yo creo que el microrrelato se defiende perfectamente solo, ya es mayor de edad a pesar de ser chico en tamaño. Que a día de hoy hay escritores a los que les parece insoportable la poesía o a otros la novela respecto al cuento y no hace falta que nos rasguemos las vestiduras. Que el microrrelato está ahí para quien quiera saborearlo, que hay antologías, libros de autor, recopilaciones y también libros de teoría, historia y orígenes del microrrelato y más.
Si alguien sigue manteniendo que le parece insoportable pues para gustos los colores. ¿Que se puede ser más preciso en la definición de por qué uno no soporta el microrrelato? ¿Si se refiere a concursos cutres o si se refiere a que le parece que aparece en todas partes, o si se refiere al microrrelato en general? Pues sí, pero se ve que a Marías no le apetece ser más preciso, o, según se mire, tiene muy claras las cosas: No lo soporto, no soporto el microrrelato miren ustedes.
Todos tenemos fobias, hay quien no soporta a las palomas y quien no soporta el mar y prefiere la montaña. qué sé yo...
Que no es para tanto, que ya se dice en la entrada que depende de qué microrrelatos le han llevado a Marías a hacer su afirmación.
Saludos
Bueno, los escritores de microrrelatos no somos los únicos a los que nos molesta que escupan en nuestro trabajo. A Mendoza se lo comieron los novelistas cuando dijo que la novela había muerto y que Kafka era un escritor mediocre. Cada uno puede detestar lo que quiera, faltaría más, pero si un escritor del nivel de Marías dice algo así debe decir los porqués, por talla y por nivel intelectual, que se supone. Si yo digo que detesto el impresionismo no pasa nada, pero si lo dice un pintor reconocido debería explicar sus razones.
Manu, me parece que no es para tanto lo diga quien lo diga y sobre el género literario que sea. No me entiendas mal, no estoy atacando a quien escribe microrrelato, estoy diciendo que darle tanta importancia a lo que dice Marías es como tener poca seguridad en el género. Los géneros se defienden solos por su propio valor, diga lo que diga Marías o la Santísima Trinidad. Y quise recalcar que visto que opina en 2012 lo mismo que opinaba en 2007, pues más que opinión es fobia, algo sin justificar. Es decir que me importa un bledo, me preocupa más que en algunos de los concursos mencionados el jurado no tenga ni idea del tema.
Soy funcionario y escribo microrrelatos. No me molesta que uno diga que no soporta ese género literario ni que otro hable del "alma de funcionario", con comillas. Si me apuran, hasta sin comillas.
No soy intolerante a la lactosa, me gustó mucho el libro de relatos que Felipe R. Navarro publicó hace siglos (por cierto, ¿para cuándo otro?) y si Araceli, que sí que puede tenerse por madre de la criatura (o por padre, no se me vaya a enfadar alguien; o por progenitora A y B, o 1 y 2, o como diablos se diga), lo tiene a bien, me apunto a esas croquetas.
Lo que no sé, Fernando, es cómo un "espíritu clarividente" podrá comérselas.
En realidad lo que tenemos que hacer es jibarizar una novela de Marías para mandársela a Manuel Rebollar y luego invitar a este hombre, Marías, a unas croquetas de Araceli. Qué hambre.
Pues mira sí...
¡Qué coincidencia! A mi tampoco me gustan sus novelas -a pesar de que estén tan tarducidas y de moda en Europa-,es más, añado que el reino de las letras no hubiese perdido nada si este autor no hubiera publicado nada.
Pero hay personas con suerte y él la ha tenido.
Casi me pierdo este debate, caray, y con banquete y todo! Me sumo a la propuesta de Manuespada de jibarizar las novelas de Javier Marías,mmmmhmmm, se me hace agua a la boca!
También decía Josep Pla que leer novelas a partir de no sé qué edad era de cretinos. En fin, si es una boutade, pues ahí queda. Lo malo es que supongo que Marías lo dice tomándose tan en serio como de costumbre.
P. D. A mí también me aburre el claqué.
El problema es que hace un rato he leído tu reseña en Babelia y me han entrado ganas de leer esa "Mala índole". Me apena que a Javier Marías no le guste el microrrelato, se pierde algo fascinante, pero a pesar de eso me gustan sus novelas y disfruto con sus artículos. ¿Esto es malo? ¿tengo derecho a alguna croqueta de Araceli?
Besitos
Elysa, que te gusten las novelas de Marías me hace pensar que tienes buen criterio literario. Estoy seguro que los cuentos también te interesarán. Las croquetas dependen de la generosidad de Araceli, pero seguro que tiene para todos... Saludos.
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