martes, 30 de octubre de 2012

TXUMA MURUGARREN, 1

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LAGUNIK ONENA
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Leiho batetik salto egin zuen gau batean, etxe barruan itotzen zuen guztia ahaztu nahian. Gau ederra zen, izarrak ikusten ziren goi-goian eta ez zen doinurik aditzen. Belar moztu berriaren usaina zegoen udako gau aratz hartan, eta erori zenean, txakurra inguratu zitzaion jostari. Bertan gelditu zen eserita, buztana astintzen, altxatu eta berriro ere noiz salto egingo zuen itxoiten.
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EL MEJOR AMIGO
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Una noche saltó por la ventana, queriendo olvidar todo lo que le ahogaba dentro de casa. Era una noche hermosa, las estrellas se veían muy arriba y no se oía ruido alguno. Había olor a hierba recién cortada aquella noche clara de verano, y cuando golpeó contra el suelo, el perro se le acercó juguetón. Se quedó a su lado sentado, moviendo la cola, esperando que se levantase de nuevo para volver a saltar.
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ESPEROAN
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Bankuaren kanpoko koskan eserita dago. Zigarro bat erretzen ari da. Norbaiten zain. Ni ere esperoan nago, aurreko espaloian, eta besterik ezean, noizean behin begiratzen diot. Hasieran ez da arduratzen, itxaroten du lasai, konfiantzarekin. Baina minutuak igaro direnean, albo batera eta bestera begiratzen du, gero eta maizago. Berandutzen ari da. Hala ere koskan eserita jarraitzen du. Telefono mugikorra atera eta begiratzen du, deirik ote duen egiaztatuz. Errepidetik igarotzen diren auto eta autobusen artean ikusten dut, tarteka, diskoteketan flash-argi horiek jartzen dituztenean bezala, asinkronismo bitxi batez. Hor dago, pentsatzen du une batez, izan ere, kale buruan, jende artean, bere lagunaren itxura duen ezezagun bat ikusi baitu. Altxatu da, baina berehala konturatu da ez dela bera. Zutik jarraitzea erabaki du, hala ere, bankuaren horman bermaturik.  Beste zigarro bat piztu du, baina oraingo honetan, burua esku artean duen txiskerora eraman duenean, begiak albo batera eta bestera begiratzen jarraitzen dute. Ez du une bakar bat ere galdu nahi. Litekeena delako segundo horretan bere laguna igarotzea. Hala uste du behintzat. Itxaronaldi luzearen paranoiak dira. Itxaroteak sortzen duen estresaren azken sintoma. Bat-batean b ere egoeraren absurduarekin konturatu dela ematen du. Ez da etorriko eta ni hemen nago, ikara batean. Baina zer inporta zait niri ez badator ere? Nire aldera begiratu du. Ni ere esperoan nagoela konturatu da. Keinua argitu zaio. Nirekiko solidaritatea sentitu du. Gauza bera espero du bueltan. Eskuak sartu ditut poltsikoan. Jada ez du albo batera eta bestera begiratzen. Horren ordez niri begiratzen dit gero eta maizago. Bizkarrean ukitu naute. Nire laguna da. Etorri da. Kalean gora abiatu gara elkarrekin. Kale gurutzean desagertu baino lehen bankuko mutilari begiratu diot. Niri begira dago. Kopetilun. Kabroi bat bezala sentitu naiz.
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LA ESPERA
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Está sentado en el poyo que hay fuera del banco. Está fumando un cigarro. Esperando a alguien. Yo también estoy esperando, en la acera de enfrente, y sin nada más en qué ocuparme, le miro de vez en cuando. Al principio no parece preocupado, espera tranquilo, con confianza. Pero pasados los primeros diez minutos, comienza a mirar a uno y otro lado, cada vez con más frecuencia. Se está haciendo tarde. Así y todo, permanece sentado en el poyo. Saca el teléfono móvil y lo examina, comprueba que no haya llamadas perdidas. Lo veo entre los autobuses y los coches que cruzan por la carretera, a ratos, como cuando ponen esas luces como flashes en las discotecas, con un extraño asincronismo. Ahí está, piensa por un momento, y es que al final de la calle, entre la gente, ha visto a un desconocido que se parece a su amigo. Se ha levantado, pero enseguida se ha dado cuenta de que no es él. De todos modos, ha decidido permanecer de pie, apoyado contra la pared del banco.  Ha encendido otro cigarro, pero ahora, cuando ha llevado la cabeza hacía el mechero que mantiene entre las manos, sigue mirando de reojo a uno y otro lado. No quiere perder ni un solo momento. Porque es muy posible que en ese exacto segundo pase su amigo. Así lo cree al menos. Son las paranoias de la larga espera. El último síntoma del estrés que crea el esperar. De repente, parece que se da cuenta de lo absurdo de su situación. No vendrá y yo aquí, cada vez más nervioso. ¿Pero que me importa a mí que no venga? Ha mirado hacia mi lado. Se ha dado cuenta de que yo también estoy esperando a alguien. Se le ha encendido el semblante. Se ha sentido solidarizado conmigo. Y espera lo mismo a cambio. He metido las manos en los bolsillos. Ya no mira a uno y otro lado. En vez de eso, me mira a mí, cada vez con más frecuencia. Me han tocado en la espalda. Es mi amigo. Ha venido. Juntos nos hemos dirigido calle arriba. Antes de desaparecer en el cruce de calles, he mirado al chico del banco. Él me mira a mí. Triste. Me he sentido como un cabrón.
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* Txuma Murugarren (Errenteria, Guipuzcua, 1964) es conocido sobre todo por su carrera musical, la cual comenzó en 1991 con el grupo Sasoi Ilunak y continuó en solitario en el año 2000. En esta última etapa como compositor, ha publicado seis discos. Ha colaborado con diversos medios de comunicación (Euskadi Irratia, Egunkaria, Gara, Berria…) escribiendo columnas con un marcado acento literario. Una selección de microrrelatos publicados en el diario Berria, en su sección "Kantu kontari" (Contando canciones) se convirtieron en el su primer libro, Larrialdietarako irteera (Salida de emergencia) (Paper Hotsak, 2006), que en el 2011 fue publicado, en edición bilingüe euskara-castellano, por la editorial Palas Atenea, con prólogo de Jon Kortazar.
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7 comentarios:

Pedro Herrero dijo...

Sendos ejemplos de calidez literaria, relatados por una cámara fotográfica de gran angular. Calidez y ternura, más allá de la fría descripción de los hechos, sobre todo en el primer texto, en el que al protagonista ni se le nombra. El hábil giro de la cámara en la segunda frase, buscando coordenadas externas para describir la acción, confiere valor a todo cuanto rodea la caída en el abismo.

Mayor tensión en el segundo relato, donde la cámara narradora en primera persona se ha montado en un trípode que la mueve a derecha e izquierda, mientras se acerca y se aleja del objetivo, logrando con ese simple movimiento transmitir un cúmulo de sensaciones que atrapan al lector. Nuevamente, el protagonista permanece anónimo, pero al final sabemos que es un chico. Y que su pequeña tragedia afecta tanto al narrador como a los transeúntes lectores.

En mi opinión, dos excelentes relatos.

Susana Camps dijo...

De hecho los dos relatos son sobre la espera, y da la impresión de que en ambos la respuesta es algo aleatorio, porque el narrador enfoca sólo la esperanza y el ansia, un ansia que adopta una dimensión próxima al absurdo. Me parece un tema muy interesante, tratado de una forma novedosa y magnética, muy sugerente. Para mí tiene un gran valor que adopte un punto de vista testimonial y que consiga, paradójicamente, aproximarse tanto al lector.
Abrazos.

manuespada dijo...

Me ha gustado mucho la desnudez narrativa del autor, sin artificios, pero con historias sólidas. En euskera suenan muy bien, por cierto. Un abrazo.

Rosana Alonso dijo...

Me han gustado muchísimo los dos microrrelatos de este autor que no conocía.
Escritura concisa, inclus cortante, directa y puñetazo al lector.

Buscaré Salida de emergencia.

Saludos

Ana dijo...

Eskerrik asko euskaraz eginiko mikroak zabaltzeagatik/ Gracias por difundir micros en euskera,
Un saludo,
Ana Martínez Blanco

Jesus Esnaola dijo...

Sería ridículo no reconocer la ilusión que me ha hecho leer microrrelatos en euskera (aunque confieso que para entenderlos he tenido que acudir a la traducción al castellano). Sería ridículo no reconocer que me ha hecho ilusión que sean, además, de un autor de Rentería, de donde es mi mujer y el pueblo al que voy cada vez que subo a visitar a la familia. Pero más ridículo aún habría sido no pasarse por aquí para felicitar a Txuma por estos dos microrrelatos excelentes, tan llenos de sensibilidad sin artificios, tan profundamente humanos (y perrunos).

Zorionak eta eskerrik asko!

PD. Buscaré el libro la próxima vez que vaya por Rente.

Manu Espada dijo...

Me sumo a lo que dice Jesus de Rentería, yo me crié allí y estudié euskera en sus colegios.