domingo, 7 de noviembre de 2010

Lengua y literatura para J.M. Blecua

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Mientras se anuncia la aparición de la Fonética y Fonología de la Academia, coordinada por José Manuel Blecua, hijo, algunos de sus amigos y discípulos le han rendido homenaje, con motivo de su jubilación como profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, donde ha trascurrido casi toda su carrera académica, con un volumen titulado Al otro lado del espejo. Comentario lingüístico de textos literarios, al cuidado de Gloria Clavería y Dolors Poch.
José Manuel Blecua nació en Zaragoza, en 1939, hijo de quien luego sería ilustre filólogo y catedrático de la Universidad de Barcelona, de quien heredó también el nombre, y hermano del no menos sabio Alberto Blecua. Sus maestros fueron Francisco Ynduráin, Rafael Lapesa y Martín de Riquer, nada menos. Y quizá su obra más ambiciosa haya sido hasta ahora la Gramática española (1975), que escribió con don Juan Alcina Franch.
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La materia de este libro, con su subtítulo, me ha llevado a plantarme en 1975 cuando era estudiante de Hispánicas en la Autónoma de Barcelona. Entonces la carrera constaba de cinco años y los que en el segundo ciclo, que entonces se iniciaba en el tercer curso, queríamos especializarnos en Literatura, teníamos que cursar al menos, de forma obligatoria, una asignatura de Lengua española. Ahora me da un poco de vergüenza contarlo con tanta crudeza, pero un grupo de estudiantes a los que nos interesaba más la Literatura, para evitar los cursos de Lengua, sobre todo la Gramática generativa, nos conjuramos para inventar alguna asignatura que, siendo de lengua, no dejara de ser también de literatura. O sea, se trataba de algo así como descubrir la cuadratura del círculo. Ya se sabe que cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo.., por lo que se me ocurrió una asignatura en la que pudiéramos aprender a comentar textos literarios, pero desde el punto de vista lingüístico, la propusimos en una reunión del Departamento y se aceptó. José Manuel Blecua accedió gustosamente a darla y ha seguido impartiéndola desde entonces a lo largo de todos estos años y hasta el momento de su jubilación, con el título de Comentario lingüístico de textos literarios.
Aquellos eran años en que los estudiantes de filología, sin dejar de leer textos de ficción, leíamos también muchos estudios y ensayos. Y, entre ellos, solíamos encontrarnos con un tipo de trabajo que combinaba con rigor la lengua y la literatura, de autores como Ramón Menéndez Pidal, Tomás Navarro Tomás, Dámaso Alonso, Rafael Lapesa, Emilio Alarcos, Alonso Zamora Vicente o Fernando Lázaro Carreter. Recuérdese que en El lenguaje, de Edward Sapir, traducido por Margit Frenk y Antonio Alatorre en 1964, el los Breviarios del FCE, de México, el segundo capítulo estaba dedicado a "El lenguaje y la literatura". El caso es que a los estudiantes nos constaba que Blecua, en sus clases de Lengua, solía hablar bastante de literatura, por lo que pensamos que nuestra propuesta no era del todo disparatada. En fin, no deseo presumir de nada, y desde luego no presumiré de haber sido un buen alumno de Lengua española, pero sí de que siendo alumno me inventé una asignatura que ha durado en los programas académicos varias décadas, pero también de haber formado parte de aquel primer curso en el que Blecua impartió la materia. Creo recordar incluso que me tocó comentar en clase un artículo de Pereda sobre los raqueros de Puerto Chico, en Santander, de lo que me parece que no salí mal parado del todo.
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Pero volvamos a las cosas serias, tras darme un poco de pisto, que sabréis perdonarme. La mejor manera de concluir este comentario es recomendando el libro, entre otras razones porque los colaboradores son todos ellos prestigiosos profesores, profundos conocedores de sus materias, tales como Carme Riera, Aurora Egido, Luisa López Grigera, María José Vega, Montserrat Amores, María Luisa Hernanz, Agustín Vera, José Jesús de Bustos, Juan Gutiérrez, José A. Pascual, Salvador Gutiérrez Ordóñez y Gonzalo Pontón, hijo.
Entre las muchas cosas que nos enseñó Dámaso Alonso, una de especial relieve fue que no puede haber un gran lingüista que no sea al mismo tiempo un gran crítico literario. Este volumen es un excelente ejemplo de que no lo hemos olvidado del todo.
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7 comentarios:

Anónimo dijo...

Eugenio Coseriu, uno de los grandes linguistas que dio el siglo XX, cuando hizo revision de la historia de la linguistica subrayo como un gran fenomeno la peculiaridad de la Escuela de Filologia Española al haber sabido unir estudios linguisticos y literarios. Lo que cuentas hay que tramsmitirlo. Nada de Lapesa, de Damaso, de los Blecua ( su padre es autor de una Historia de la lengua, 1947), de J. M Blecua hijo, y de tando otros se puede entender sin saber de ese tronco común. Quienes fuimos incluso catedráticos de Gramtica y Critica nunca hemos olvidado que nada de la liteatura ni de la lengua puede expliciarse solamente desde la lengua o la literatura. Antes de que lo dijera Jakoboson lo habian dicho los grandes maestros españoles. No es patriotismo, lo dice Coseriu, que fue rumano.
Un abrazo fuerte para Jose Manuel, y para quienes e supisteis dacarle esta verdad de dentro en la Autonoma. Jose Maria Pozuelo

Fernando Valls dijo...

Me parece muy oportuna tu puntualización, José María.

Isabel Mercadé dijo...

Es verdad, antes de que lo dijera Jakobson lo habían dicho los grandes maestros españoles, quizá por eso cuando leí a Jakobson me sonaba casi todo como a ya sabido. Tenemos una gran deuda con ellos. Gracias por recordárnoslo.
Yo tuve el privilegio de tener como profesor, en uno de sus últimos años, D. José Manuel Blecua (padre).

Primitivo Algaba Mansilla dijo...

Me gustado mucho enterarme de tu batallita cuando eras más joven. Interesante. Un abrazo
Primitivo

Mario dijo...

Fuiste tú, Fernando!

Recuerdo que el primer día de clase un grupo de chicas llegaron tarde y Jose Manuel Blecua paró la clase. Cuando todos creíamos que se iban a llevar una bronca de cuidado, Blecua las llamó, les dio las fotocopias que estábamos trabajando y siguió tan tranquilo... hasta el examen final, donde me toco comentar lingüísticamente el capítulo 68 de Rayuela.
En fin, gran invento el tuyo y gran, grandísimo profesor J.M.Blecua.
Un abrazo,

Mario

Anónimo dijo...

Aunque no me dio esa asignatura porque entonces la daba M. Lluïsa Hernanz, gocé igualmente de sus clases de Prácticas de Lengua Escrita. Aprendí muchísimo de este gran profesor.

Felicidades, Fernando, por tu idea, y gracias por esta información.

TQ dijo...

Le deseo todo lo mejor a José Manuel en su jubilación. No llegué a cursar esa asignatura, una lástima, pero sí Lexicografía I i II y con su hermano Alberto, que recuerde ahora mismo, Literatura del siglo de Oro. Ambos profesores entrañables y realmente muy queridos y respetados por los alumnos de Filología Hispánica.

TQ