Inexplicable
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Tenía dos hijos gemelos, idénticos. Ella los
vestía con la misma ropa, y les preparaba simétricos desayunos cada mañana.
Ellos se comportaban de la misma manera y parecían tener una única
personalidad. Los dos sacaban las mismas notas en el colegio, se magullaban la
misma rodilla —el mismo día, a la misma hora—, les gustaba la misma chica,
hablaban a la vez para decir una frase semejante. Ella los arropaba por igual
cada noche, en sendas camas gemelas, cada uno bajo su propio edredón azul de
plumas. Luego, se acercaba con sigilo a uno de ellos, siempre el mismo, y le
susurraba al oído: «Tú eres mi favorito».
......
11 comentarios:
Magnífico el microrrelato, y es que la pluma que lo firma sabe muy bien lo que se hace.
Abrazos.
Que sorpresa de ha dejado el final ¿Seguro que siempre era el mismo?
Extraño.
Felicidades, Juan Jacinto, por tu nueva publicación que nos hará pasar buenos momentos y nos hará creer en los milagros. Un buen empuje para el género.
Me gusta releer a Juan Jacinto. Curioso relato sobre las igualdades/desigualdades.
Un abrazo
Aplaudo, con ilusión, la publicación de este libro. Me gustará conocer al Sr. Muñoz Rangel microrrelatista.
Ahora bien, he de confesar que un gran amigo (alumno suyo, además) no deja de recomendarme cuanto escribe y yo, a mi amigo, siempre le hago caso. :)))
Un abrazo,
Fabuloso y perturbador. Juan Jacinto es un maestro todoterreno que ahora nos sorprende en las distancias ultracortas.
Toda la suerte del mundo para este libro y su autor.
Abrazos.
Un libro estupendo, estoy con él y no tiene desperdicio.
Me gusta mucho cómo se pone el acento en lo irracional de la vida en el microrrelato propuesto,
¡Enhorabuena y mucha suerte Juan Jacinto!
Muchas gracias a todos por vuestras calurosas palabras. Pocas cosas dan más alegría cuando se publica un nuevo libro que sentir que a su alrededor se suscitan expectativas. Ojalá nos os defraude. ¡Un abrazo!
Lo estoy escuchando en radio3, un buen medio para escuchar relatos. Fantástico!
Gracias y suerte con el libro!
No conocía a Juan Jacinto, pero si todos sus pequeños milagros son como este, es algo muy grande.
Un abrazo
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