miércoles, 24 de abril de 2013

AGUSTÍN MARTÍNEZ VALDERRAMA

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MARCO TEÓRICO DE MEDICIONES

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Si uno atiende –con cierto desvelo y afán, claro– al vuelo oval, elíptico y babilónico de la mosca común o cojonera, advertirá, con mayor o menor prontitud, según, dos cosas:
Una, las lechugas son gilipollas.
Y dos, el vuelo no es un vuelo, sino una fábula, o la fábula de un vuelo, a saber, pues es la mosca quien permanece inmóvil, suspendida en el aire, y son los ojos de uno quienes, en su ir y venir, en su allá para acá, suscitan con su desplazamiento el vuelo.
Obviamente a escala real, y en un sentido estricto, común, cojonero.
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* Agustín Martínez Valderrama (Gavá, Barcelona. 1976 ) es licenciado en Filosofía. En el 2010 ganó el certamen Relatos en cadena de la Ser. Sus microrrelatos se incluyen en diversas antologías del género, entre ellas Mar de pirañas. Las nuevas voces del microrrelato español (Menoscuarto), Relatos en Cadena (Alfaguara) y la recientemente publicada por la revista norteamericana Confluencia. Desde 2010 mantiene la bitácora Previsiones meteorológicas de un cangrejo. El libro Sentido sin alguno (Talentura, 2012) supuso su debut literario.
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11 comentarios:

Araceli Esteves dijo...

Agustín tiene un estilo muy particular, muy Agustín.Es experto en hiperbreves y en micro-visual, dos de las formas más complicadas del microrrelato. Recomiendo su libro "Sentido sin alguno" a todos los aficionados al género.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Un relato llevado con una habilidad magistral para llevarnos al subrealismo, como sólo él sabe hacer.

Susana Camps dijo...

Si física cuántica nos dice que sólo se hace visible y real aquello que miramos, Agus afirma que "el vuelo no es un vuelo, sino una fábula o una fábula del vuelo", porque "son los ojos de uno quien (...) suscitan con su desplazamiento el vuelo".
Genial, Agus, como siempre, en su manera literaria y humorística de plantear verdades físicas y filosóficas. Con la mosca cojonera, nada menos. Y con sentido alguno.
Un abrazo y una sonrisa.

Pedro Herrero dijo...

Agus en estado puro, tibando del sentido común para hacer oscilar el punto de vista, y con él el significado de lo que parece no admitir discusión. Texto sugestivo y provocador, de grata lectura.

Lola Sanabria dijo...

Depende desde qué óptica se mire, así se nos presenta la realidad. No hay nada más que escuchar a quienes ostentan el poder y a quienes los sufren.

Agudeza visual de Agus. Como siempre.

Abrazos a visitante y anfitrión.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Cuando alguien me pregunta por mi adicción al género, es raro -muy raro- que no les acabe hablando de los microrrelatos de Agustín y de ese perfume surrealista que identifica su registro literario. Es raro -muy raro- que no acabe diciéndoles que deberían leer su "Sentido sin alguno"; que yo se los prestaría, si prestara libros.

Este, como ya se ha dicho, es un micro con el hierro ñdel Sr. Martínez Valderrama bien visible. Fantástico, por cierto.

Me alegra que -con regularidad- nos lo traigas a la nave, Fernando.

Un abrazo.

Manu Espada dijo...

Una realidad a escala la de las moscas, una realidad de testigo y de protagonista, de perspectiva y enfoque. Como apuntan todos, un sello inconfundible el de Agus, único. Un abrazo.

David Moreno dijo...

Lees este micro y enseguida sabes que es de Agus. Inconfundible estilo.

Un saludo indio
Mitakuye oyasin

AGUS dijo...

Gracias a todos; navegantes y capitán. Y mis excusas, sinceras, a las lechugas.

Abrazos.

Propílogo dijo...

Por fuera es un microrrelato.
Y por dentro, bajo una frágil capa de ironía de la observación y el ensoñamiento cotidiano, está la literatura (en su allá para acá), y un vapuleo obvio de la filosofía existencial díptera, y, por ende, de la nuestra propia.
Así, creo, funcionan estos micros de Agus, que envuelve en huevos de barquillo una sustancia que, una vez descubierta, uno no es capaz de volver a esconder.

Buff, cómo se contagia la filosofía.
En fin.
Abrazos.
Gabriel

David Vivancos Allepuz dijo...

Asombroso. Qué bueno. Me siento incapaz de añadir nada más.

Enhorabuena, maestro,

D.